La política es así: La transición democrática en Venezuela

En el fondo, me atrevo a conjeturar que esta posición, entre otras cosas, expresa una insatisfacción en relación al compromiso que los poderes públicos deben asumir frente al Estado democrático, social de derecho y de justicia. Sin embargo este desacuerdo, debemos “leerlo” no como reflejo de una carencia presente en este marco institucional, sino por el contrario, como una evidencia de la falta de voluntad política para profundizar las prácticas institucionales que supone esta Carta Magna. En otras palabras, el programa político implícito en esta Constitución, lejos de constituir un obstáculo, correspondería asumirlo como punto de partida para la elaboración de un nuevo relato político que sustituya al que ha predominado a lo largo del siglo pasado y una década del presente.

Nuestro país se enrumba velozmente hacia la restauración de exacerbado centralismo que caracterizó a la IV República. Esta concentración de poder en la rama ejecutiva, tiene una alta cuota de responsabilidad por los sufrimientos que aquejan a la población. Su rechazo debería constituir, en consecuencia, punto de partida para la reformulación de un proyecto político de largo aliento.

En este sentido, sería posible postular que la transición democrática en Venezuela debería pasar por la búsqueda de la autonomía política de las regiones. Sin duda, una oferta de esta naturaleza podría arropar a todos los actores políticos y proporcionar sentido estratégico a la lucha política democrática.
Desde luego, esta apuesta no implica desatender problemas concretos como electricidad, agua, devaluación, inseguridad, pobreza, desempleo, etc. Todo lo contrario. Estos temas se ubicarían en una perspectiva más asible para el ciudadano y sus soluciones en el marco de una apuesta política radicalmente distinta a la que encarna el Gobierno.

En otras palabras, el sendero sobre el cual debería desplegarse la transición democrática en el país, lo proporciona esta búsqueda por obtener y consolidar autonomías políticas regionales.
No lo olvidemos. La República Bolivariana de Venezuela, nominalmente, es un Estado federal y descentralizado.

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