La política es así: “Recuérdalo tu y recuérdalo a otros”

Mi memoria se desliza a hasta la década de los años setenta. Breve estancia en esta ciudad; lectura de las revistas antifranquistas ”Cuadernos para el diálogo” y “Triunfo”, en sus páginas se comenzaba a edificar el discurso democrático que habría de conjurar dos demonios que amenazaban el alma pública española. Me refiero a la derecha que postulaba La España Eterna y la práctica terrorista que descansaba sobre el culto a particularismos culturales e idiomáticos. Comunico la sensación que experimento al compartir la cultura democrática que prevalece en este país. Herencia permanente, sin lugar a dudas, de hombres como Jordi Solé Tura. Arquitecto, entre otros, de las normas constitucionales que rigen la vida pública de España.

Regreso a esta Barcelona de finales del 2009. La herencia de este militante e intelectual permanece vigente. Muralla de pensamiento y acción que resiste los embates de cierto desenfadado regionalista.

En Venezuela, hoy en día, enfrentamos la amenaza de quienes intentan borrar nuestro pasado democrático. Esta circunstancia hace obligante, no tan solo recordarlo, igualmente, se hace indispensable relatar los esfuerzos y sacrificios que se invirtieron en construirlo. Imperativo cívico que debemos ejercer en tiempos en los cuales tercamente se intenta cancelar nuestra memoria democrática
«Nos aproximamos hacia una «transición». Pasaje indispensable del autoritarismo mesiánico hacia la democracia ciudadana. El ejercicio de memoria forma parte de las fortalezas a ser exhibidas.

“Recuérdalo tú y recuérdalo a otros”.

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