La práctica del diablo en las empresas venezolanas

Según un artículo revisado hace algún tiempo, un Gerente de Disney, debe saber; desde manejar un trencito donde toman a los usuarios en el estacionamiento hasta los parques, vender boletos, etc. Se supone que un buen gerente, debe saber cómo funciona el negocio para poder gerenciar con propiedad.

Otro caso de marketing que es muy chistoso: Resulta que murió alguien y fue al cielo. Cuando lo recibieron, le dijeron que tenía dos opciones: quedarse allí o en el infierno, y le dieron un día en cada sitio para que decidiera. Estuvo en el cielo y todo era calma, música suave, ángeles, bella vegetación y demás. No estuvo mal, pero voy a probar en el infierno –dijo el interesado. Allá todo era un bonche, bellos automóviles, mujeres preciosas, buenas comidas, apuestas y demás. Cuando regresó al cielo y le preguntaron donde quería quedarse, dijo que, por supuesto, en el infierno, y allá se dirigió. Cuando llega al infierno, se encuentra con lo que siempre se ha dicho del lugar: enfermos, calor, miseria, hambre, peleas y pare usted de contar. El hombre asombrado, le pregunta al diablo ¿qué pasó, si ayer todo estaba tan diferente? A lo que el diablo le responde: ayer estaba ofreciendo el producto, hoy eres mi cliente.

La práctica de Disney y la del diablo, son muy diferentes; pero, la mayoría de los comerciantes, empresas, negocios, se comportan como el segundo ejemplo. Prueba de ello, es cuando usted va a comprar un seguro, HCM, de vida, de automóvil, o cualquier otro. Le pintan todo de maravilla, pero no se le ocurra reclamar o hacer uso de la póliza, para saber cuántos obstáculos hay que sortear para lograr ser atendido y resolver el problema.

Si compra algún bien, desde una casa o un apartamento, un automóvil, un electrodoméstico, cualquier cosa. En el primer caso, en el de las viviendas, juegan con la inicial hasta cuando ellos quieran: que si las lluvias, que no han dado los permisos de habitabilidad, pero el dinero ya ha sido desembolsado.

Si es un automóvil, ¡por Dios!, que no salga con algún defecto, porque en la mayoría de los casos, es de terror que arreglen el problema, al igual que los electrodomésticos. Supuestamente, todos llegaron bien, sólo de mirarlos mal, se dañaron y cuesta mucho papeleo el arreglo.

A los venezolanos, nos han acostumbrado a la práctica del diablo. Si no denunciamos, nos seguirán tratando como clientes de segunda, una práctica de marketing indeseable.

En la actualidad existe la organización Asociación Nacional de Usuarios y Consumidores (ANAUCO), donde nos podemos dirigir para solicitar información o asesoría, como usuarios derrotados, sin saber donde reclamar.

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