La Productividad del Conocimiento

Este nuevo paradigma del conocimiento reacomoda a la sociedad misma, en términos de las siguientes evoluciones: cambia sus valores, su visión y concepción del mundo, su estructura política, económica y social, sus artes y sus instituciones claves. Cuando el recurso económico básico es el conocimiento, la estrategia de las empresas cambia y se orienta a estructurar su capital intelectual. P. Drucker (1998) en referencia al tema del conocimiento afirma lo siguiente: «El conocimiento no es barato. Todos los países desarrollados gastan más o menos una quinta parte de su PIB en su producción y diseminación».Por este motivo están a la vanguardia de la humanidad. Mientras que la mayoría de los países en vías de transformación, y muy especialmente los de América Latina, han pasado por tres grandes etapas de desarrollo económico: 1º) la de exportación de materias primas, resultado de un contexto cuasifeudal y oligárquico; 2º) la de sustitución de importaciones, basada en un modelo populista-nacionalista; y 3º) la más reciente, la de liberación y apertura, resultado de una concepción neoliberal pero sin un modelo de desarrollo definido.

Mientras que el grupo de países del eje Asia-Pacífico, las realidades son totalmente diferentes. Dichos países pasaron de tener «desventajas competitivas» en el sector agropecuario a tener «ventajas competitivas» en la industria moderna. Cuentan con una red invisible de instituciones del sector privado apoyadas por los gobiernos, cuya función es promover la productividad y la competitividad con base en los esfuerzos del gobierno para introducir tecnología aplicada y de los empresarios para capacitar a sus recursos humanos. ¡Estos modelos deberían ser copiados y adaptarlos a la realidad venezolana!

Si alguna experiencia de Asia vale la pena aprender, es la combinación de una gran visión de futuro –cualidad que carecen la gran mayoría de los lideres nacionales, tanto empresariales como políticos-, una estrategia de incorporación tecnológica y un modelo de desarrollo asiático.

En los países industrializados la formación de conocimiento es la inversión más grande. Por cuanto el rendimiento que un país o una organización obtiene sobre el conocimiento tiene que ser un factor determinante de su competitividad.

La productividad del conocimiento será cada vez más decisiva en su éxito económico y social y en su rendimiento en general. Se sabe que existen tremendas diferencias en la productividad del conocimiento, entre países, entre empresas, entre organismos individuales y en muchas otras organizaciones.

Es probable que la productividad de los recursos se convierta en una preocupación central de la economía en la sociedad postcapitalista. Esto estará directamente relacionado entre el medio ambiente y el crecimiento económico. También existe una contingencia con respecto al capital dinero un problema de productividad muy semejante al que se enfrenta con respecto a la productividad del capital conocimiento.

La productividad del capital dinero la pasaban por alto los economistas hasta la Segunda Guerra Mundial. Incluyendo a C. Marx, pensaban en función de la cantidad de capital más bien que en función de la productividad. Dichos economistas después de varios años del segundo conflicto bélico mundial, comenzaron a preguntarse: ¿Cuánta producción adicional genera una unidad adicional de dinero invertido? ¿Cuál es la productividad del capital?. A fines de los años 50 y comienzos de los 60, empezó a preocuparse la humanidad por la productividad del capital, lo que estaba de moda en todo el mundo era la planificación central. Lo que se preguntaban con mayor frecuencia los líderes mundiales de esa época era cuál de los dos métodos era mejor, sí la planificación detallada desde arriba, de los planes quinquenales soviéticos o la planificación del «Plan Indicatif» francés.

Las primeras intenciones que se hicieron por evaluar el rendimiento real reafirmaron en forma contundente que en eso escenarios dichas formas de planificación la productividad del capital es muy baja y que disminuye constantemente. En la planificación centralizada y en la centralización hacen del conocimiento un elemento tan improductivo, como han hecho improductivo el capital dinero. La planificación japonesa del conocimiento de «alta tecnología» está hoy de moda, como lo fue la planificación del desarrollo económico en Rusia y Francia hace aproximadamente seis lustros.
Los procesos innovadores, es decir, utilizar el conocimiento para producir «nuevo conocimiento» no es cuestión de inspiración, como un alto porcentaje de la gente lo percibe, ni tampoco es el producto de un trabajo aislado de la gente. Producir conocimiento requiere de esfuerzos sistemáticos y por supuesto un alto grado de una estructura formal eficiente.

Por otra parte la producción eficaz de conocimiento requiere tanto de descentralización como de diversidad, es decir, lo contrario de la planificación central y centralización.

Como es el caso de Venezuela en la última década. Si se sigue por esta ruta, de la centralización militarizada, se está muy lejos de la producción de nuevos conocimientos.

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