La Reconversión de Venezuela (Parte II)

Como complemento de las debilidades del país señaladas en la primera parte, se agrega un resumen del informe del Banco Mundial de los países que presentan trabas para hacer negocios años 2006-2007, en este informe aparece Venezuela en la posición 172 de 178 países encuestados; señalando como las trabas más relevantes las siguientes: requerimiento de licencias individuales por cada transacción, solicitud de solvencias, estabilidad laboral obligatorias, registro de propiedad, inseguridad de propiedad privada. (Información tomada del Diario El Universal del 17-01-2008, cuerpo 1, pag. 14)

Aunado a esto tenemos la lentitud para obtener las divisas para realizar las importaciones de las materias primas y otros insumos básicos para el proceso productivo.

Todos estos males son la consecuencia de un enfoque equivocado de lo que debe ser un Estado moderno ajustado a las exigencias de la era de la informática. En Venezuela se ha desdeñado a la educación como instrumento imprescindible para formar a los ciudadanos con las credenciales para consolidar a los diferentes estamentos que constituyen la red de gestores de modernidad del país.

El malestar que nos agobia es una consecuencia de la actuación de todos los ciudadanos empezando por los que han concebido al Estado como una hacienda sin caporal, donde sus recursos son dilapidados sin racionalidad. Con un agravante, el deterioro de la moral y el incremento exponencial de la corrupción.

Otro factor en crisis es la obsolescencia de todas las instituciones establecidas para desarrollar a los ciudadanos necesarios para enfrentar los retos de la modernidad, en gran parte corresponsales de esta tragedia. Las instituciones son el producto de la acción de los hombres y, cuando ellos no interpretan las necesidades nacionales, se hacen obsoletas y son perjudiciales.

El funcionamiento de una nación, constituida por su ordenamiento jurídico, la administración de sus servicios públicos y de empresas privadas; el desarrollo de sus relaciones internacionales, políticas, culturales, comerciales; son fruto de memorias cuya capacidades para la realización creativas depende de la preparación intelectual que hayan recibido en sus instituciones de educación superior. Los países son en realidad el resultado de la calidad de sus dirigentes, la cual depende de la magnitud del caudal de sus conocimientos y actitud para aplicarlos. Para aspirar a estos logros se hace inaplazable el reordenamiento de nuestras instituciones educativas privilegiando la investigación y la extensión.

Es necesario generar confianza para que los inversionistas regresen al campo y a las industrias para garantizar el autoabastecimiento, crear puestos de trabajo establece y bien remunerados. Este sueño puede ser una realidad si todos los sectores que coexisten en Venezuela se lo proponen. Los líderes genuinos desde todos los sectores: trabajadores, estudiantes, profesores, investigadores, médicos, militares, directivos de todos los Colegios de profesionales, la Iglesia y partidos políticos, etc., unidos para desarrollar el proyecto de país que deseamos e implementar las estrategias que lo hagan posible en un período de diez años.

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