La relevancia e importancia del Diálogo

    ¡Cómo hace falta  en el tiempo presente hacer uso del diálogo, en todos los aspectos! Pues con él se podrían evitar acciones de violencia, disturbios, atropellos, muertes, en fin, lograr que surja  un clima que conlleve  a resultados favorables, y no tan negativos como el que actualmente afronta Venezuela, en donde se ha dificultado hacer uso del diálogo y evitar el clima negativo que  cada vez se consolida.

   Se requiere  dar oportunidad al diálogo  que intervenga y permita encontrar soluciones a fin de garantizar el retorno a la paz,  armonía  a la que tenemos todos derechos.

   Al respecto Javier Saura   comenta, que  el origen filosófico de esta palabra se lo debemos a Sócrates, quien le dará el sentido de búsqueda de la verdad o liberación del alma. Del griego “dia-logos”, diálogo significa el encuentro entre dos logos o pensamientos que buscan alcanzar una idea mejor o superior.

   Hay verdadera “escucha”, pues va más allá de la empatía o ponerse en el lugar del otro: hay concordia, “corazón con corazón”; se escucha y se siente el “alma prisionera”, como diría Platón, tanto la propia como la del otro; se intuye que en realidad no existe un tú ni un yo, sino un “nosotros” porque todos los seres, visibles e invisibles, somos Uno. Es la vía del lenguaje del alma y de la síntesis.

   Para Ortega y Gasset esta característica del “dia-logos” o encuentro de dos pensamientos, es la base del perfeccionamiento continuo, de la amplitud de criterio y del aspecto social de la filosofía: la filosofía es auténtica comunicación entre varias personas y perfeccionamiento permanente de nuestra forma de pensar.

   Para el filósofo y antropólogo Fernando Schwarz, “el diálogo es la relación que se establece entre dos seres humanos que se comunican, a partir de ser dos conciencias que investigan y buscan una verdad superior; se trata de compartir una presencia invisible a través de una relación visible entre dos personas, porque la verdad `surge´ entre los que están dialogando”.

   A través del diálogo, no se obliga a nadie y se respeta la libertad del otro; es lo más opuesto al fanatismo. El diálogo busca siempre lo universal, lo mejor para todos. Dice Jean Lacroix que “el diálogo es el advenimiento de la filosofía, que es la no violencia”.

   Raras veces nos movemos en el campo del diálogo, que es el leguaje del alma; pero sí podemos hablar menos y conversar mejor. Para ello necesitamos aprender a escuchar y a reflexionar sobre lo escuchado, para tener ideas propias y saber qué queremos decir. Es una regla básica de la mente: primero necesitamos saber qué queremos, después vendrá cómo lo exponemos. Pero… ¿sabemos REALMENTE lo que queremos?

   Definitivamente: Es necesario en el caso venezolano que nos concierne, dar apertura al diálogo, respetándose los valores, avalados de  ética, moral  de las parte involucradas,  buscar a llegar acuerdos  que permitan alcanzarse resultados favorables,  que eviten que las discrepancias  que conllevan a situaciones tan nefastas como las que se están afrontado alterando a  la paz, armonía a la que todos tenemos derecho de disfrutar.

*Fuente mencionada

Web: www.carmorvane.com