La Universidad de Carabobo requiere, desde ya, transformaciones proactivas

Para llevar a cabo grandes empresas
hay que vivir como si nunca se hubiera de morir.

Marqués de Vauvenargues

Las universidades nacionales, especialmente la que nos concierne, como es la de la Universidad de Carabobo, inicia este nuevo año 2009, con nuevas autoridades, con una nueva rectora joven, jurista, Jessy Divo, que debe enfrentar con sapiencia, dedicación, compromiso, una gestión educativa, que recupere la excelencia académica que se ha perdido en la universidad desde hace tiempo, dar paso a transformaciones, cambios que permitan a muchas Facultades y sus escuelas, redefinir el perfil del profesional que el país necesita, especialmente ante un escenario que requiere de un nuevo liderazgo académico, que de paso a una nueva generación; que rescate el academicismo de la universidad, capacitando, formando profesionales con los conocimientos que las ciencias han generado en los últimos años y que los actuales escenarios reclaman.

No se puede seguir bajo el mismo estilo de un liderazgo muy figurativo que, por muchos años, se ha anclado en la universidad, en donde han desaparecido los líderes académicos, estudiantiles, docentes, que sean capaces de afrontar los grandes retos que han surgido en el escenario nacional, consecuencia de las actuaciones del Gobierno que ha propiciado un escenario turbulento, incierto, riesgoso, pero con grandes oportunidades para que el saber de la universidad se haga presente, participe activamente ante los programas, acciones que se han querido emprender y que requieren del consenso de una población que interprete su alcance, repercusiones.

Se necesita de una universidad más participativa, proactiva, no sólo en transformar sus sistemas administrativos, financieros, académicos, sino insertarse más en la vida política, económica, educativa del país, colaborando en la solución de problemas que se han suscitado, así como en proporcionar soluciones, modelos de acuerdo a la realidad nacional que permita que el país transite por la senda del desarrollo, que garantice al venezolano una calidad de vida de acuerdo a sus derechos y administración de las riquezas que el país tiene.

Es necesario que las Facultades, especialmente las de Ciencias Económicas y Sociales, Ingeniería, sus postgrados, desempeñen un rol más relevante al que han venido ejerciendo; que se pronuncien con objetividad, sapiencia, dando paso a una nueva generación de líderes que expongan sus opiniones sobre las acciones muchas veces equivocadas que el gobierno lleva acabo.

Se necesita de Facultades, Escuelas más proactivas, comprometidas con su rol, haciendo realidad la investigación; más eficaz su docencia, rodeándose de profesores actualizados, motivadores, generadores de conocimientos, que sepan motivar, hacer que sus alumnos le den paso a su creatividad, a su talento a que surja una nueva renovación académica que permita formar profesionales que contribuyan con el desarrollo del país.

No puede seguir la Universidad de Carabobo, funcionando y desperdiciando el talento humano de sus docentes, participantes, marginando a quienes no forman parte de los grupos de poder, cofradías, que -por años- están enquistadas en la Universidad y la han llevado al estado actual de un anclaje que le ha sido perjudicial. Todo lo contrario, las nuevas autoridades deben integrar equipos avalados de excelencia académica, que propicien soluciones, den paso a un nuevo paradigma de la educación superior, considerando las grandes oportunidades, amenazas que el escenario presenta.

Se requiere de equipos de trabajo integrados por los mejores, por una comunidad universitaria cohesiva, en donde predomine la excelencia académica, el servicio a la comunidad, el compromiso de formar profesionales que sean garantía para un gobierno en el desarrollo de programas que beneficien a todos y no a los grupos de poder.

Venezuela, ante su actual realidad un poco incierta, da paso a que las universidades nacionales, de que éstas -si sus autoridades están despiertas- se transformen, dejen su tradicionalismo, su pérdida de rumbo en pro de la excelencia académica, que sepa aprovechar las oportunidades, debilidades y amenazas que el actual gobierno presenta.

Hoy las universidades requieren de autoridades proactivas, visionarios, estrategas, con sólidos conocimientos de lo que debe ser la gestión educativa y permita desempeñar su rol y que aparezcan nuevos líderes , los necesarios para que Venezuela se encauce por el camino en el camino que ya debía de estar hace años en pro de su desarrollo.

Vale la pena recordar en esta oportunidad lo que nos aporta Analía Vecchi Pomphile, que siendo las Universidades, las productoras de conocimiento y las formadoras del capital humano de los países, es de esperarse que sean éstas los que asuman un rol protagónico en la propuesta de nuevas estrategias y modos de actuar que garanticen éstos propósitos.

Las Universidades necesitan repensar sus agendas, desde las perspectivas de expandir su misión, para ya no sólo, formar al capital humano con las destrezas técnicas necesarias para incorporarse en el mundo del trabajo, sino para también producir, difundir y transferir conocimientos con valor añadido, a través de la investigación. Para ello deberán determinar cuál es la visión enfocada de la Educación Superior en cada región, teniendo en cuenta, que:

Visión: Es la anticipación del futuro negocio.
Miopía del mercado: Determinar la necesidad.

La sociedad no compra Médicos, Ingenieros, Informáticos, Antropólogos, Comunicadores, sino compra la necesidad, el beneficio social de cada uno de estas profesiones.

Determinando la visión y la miopía del mercado podrán prever el futuro del negocio de acuerdo a los siguientes tipos de empresa:

1.- Satisfacen necesidades
2.- Crean necesidades
3.- Crean y satisfacen necesidades

Muy interesante cuando nos agrega, que las Universidades exitosas, para competir con el futuro, deberán migrar del paradigma sobre la base de cuatro pilares fundamentales: las personas, la revolución que ha supuesto la entrada de las TIC, la relación con el entorno y, por último, la necesidad de liderazgo como factor esencial de la capacidad de cambio. «Las únicas universidades con capacidad de cambio son aquellas que cuentan con líderes dispuestos a ello”.

Las perspectivas pueden ser las siguientes:

A.- Sólo es posible el futuro, cambiando de paradigma
B.- Ir en post de la visión
C.- Imaginar el futuro, significa conocer mi realidad para generar ventajas competitivas que me permitan llegar primero que los demás

Estas ventajas competitivas, pueden estar dadas por los siguientes indicadores:

1.- Ser única desde el punto de vista competitiva
2.- Valor recibido por el cliente
3.- Expansible a la mayor cantidad de negocios

En definitiva, ha de esperarse que la rectora Jessy Divo y su equipo de trabajo, den paso a una nueva gestión con la autenticidad de un nuevo estilo gerencial educativo, libre de los grupos que le dieron su apoyo para llegar a su cargo y propicien la renovación de una Alma Mater, que tiene en el presente una oportunidad para realizarlo, Se necesita de un nuevo estilo gerencial educativo, de nuevos procedimientos que conlleven a que se den los cambios que permitan sacar a la Universidad de su anclaje en donde permanece desde hace años.

El no hacerlo, será muy negativo para la supervivencia de esta universidad que necesita de nuevos estilos de aprendizaje, participación. Esperemos que se sepan aprovechar las oportunidades y que nuestro tiempo, que le dimos a la universidad en nuestra labor de docente, no se haya perdido.

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