La Violencia en el trabajo se debe controlar

Consideramos muy relevante el que ante esta realidad de la violencia, se tomen las medidas necesarias para evitar que se manifieste y origine problemas que afectan la estabilidad emocional, el rendimiento, la confianza, seguridad.

Se sabe, que la OIT lleva muchos años interesándose por este problema. La protección de las mujeres, (y de los menores, tanto niños como niñas), ha sido materia de varios Convenios y Recomendaciones de la OIT. Más aún, su Declaración sobre los principios y derechos fundamentales en el trabajo de 1998, reiteró la necesidad de eliminar todas las formas de trabajo forzado u obligatorio, la erradicación eficaz del trabajo infantil y la eliminación de la discriminación con respecto al empleo y la ocupación. En 1999, la Conferencia Internacional del Trabajo debatió también el tráfico en el contexto del nuevo Convenio de la OIT sobre la prohibición de las peores formas de trabajo infantil.

Tal como lo indica cinterfor.org.uy. La violencia en el trabajo abarca una amplia variedad de comportamientos, que van desde el maltrato físico al maltrato psicológico. Tradicionalmente, la atención se ha centrado en la violencia física, pero cada vez se reconoce más el impacto y el daño que causa la violencia psicológica. Y otro tanto cabe decir contra la violencia perpetrada mediante la repetición de un comportamiento inaceptable, tal como el acoso sexual, la intimidación o la coacción. La dimensión de la violencia es insospechada. En algunos sectores en particular, está aumentado. También aumenta la conciencia de ella, aunque todavía permanece oculta en gran parte.

La violencia puede venir de otros miembros de la familia, de compañeros de trabajo y de clientes. Es un medio para controlar a otro, al que las mujeres son más vulnerables según la edad y la consideración que tengan en su empleo. Se hace más opresiva aún cuando se asocia la posición jerárquica en la empresa.

Agrega cinterfor.org.uy: Es importante abordar el problema de la violencia desde todos los ángulos. La OIT se enfrenta al problema de la violencia contra las mujeres en el mundo del trabajo como una cuestión con tres frentes: un problema de derechos humanos, un problema laboral y un problema de salud y de seguridad social. He aquí algunas recomendaciones que pueden contribuir a solventarlo:

En el nivel de la empresa: Impedir la violencia en el trabajo es responsabilidad de la dirección de la empresa. La violencia es perjudicial para su funcionamiento eficiente. Cualquier estrategia para combatir la violencia en la empresa, debería poner remedio a las raíces que pueda tener en la propia organización, dirección y relaciones interpersonales, aumentar la seguridad de los trabajadores y proporcionar rehabilitación y consejo psicológico, cuando sea necesario, para ayudar a las víctimas a superar las consecuencias de la violencia.
En el nivel nacional: Si fuera menester, habría que revisar la Legislación Nacional para que la violencia sea considerada un delito, se penalice a quienes la perpetran y se refuerce la protección a sus víctimas. En cuanto al hecho en sí, debería considerarse en todos sus aspectos –legal, médico, psicológico y necesitado de asistencia social– y en todas sus fases: prevención, tratamiento de las víctimas, tratamiento de los autores, reintegración.
En el nivel internacional: La Plataforma para la Acción de Pekín, ha arrojado mayor luz sobre el problema de la violencia contra las mujeres, pero aún son escasos los instrumentos legales de carácter internacional para combatir la violencia y la explotación, y los que ya existen se están ratificando a cuentagotas. Debe hacerse más en este campo. Las campañas de sensibilización y de presión, son importantes para suscitar una concienciación mayor y en algunos casos han conducido a la negociación de códigos de conducta, relativos a las condiciones de trabajo. Con respecto a la migración y al tráfico de mujeres y niños, habría que buscar la cooperación en el nivel regional o subregional. La protección de las mujeres migrantes tendría que abordarse, mediante acuerdos bilaterales entre países o buscando la aprobación de unas normas mínimas internacionales al respecto.

Muy importante es saber las causas que pueden provocarla, justamente sobre ello, destaca contenidos.universia.es.

Lo que originalmente fue un mecanismo de adaptación necesario para la supervivencia de la especie, es ahora un problema muy difícil de atajar y con multitud de factores que lo generan:

La relación y la educación del niño en el entorno familiar,(la familia es el primer lugar donde el niño puede desarrollar o no, las conductas violentas).
Los factores culturales, definen los límites de tolerancia. Aquellas sociedades con niveles más altos de pobreza y grandes desigualdades económicas son más propensas a generar violencia.
Los factores de personalidad: la falta de afectividad hacia los demás, la carencia de impulsos, la imposibilidad de valorar la satisfacción o las personalidades que poseen un poder de autocontrol muy fuerte.
Abusos de determinadas sustancias: Existe una asociación entre violencia y abuso de sustancias adictivas. Es una relación compleja y probablemente tiene que ver con el efecto que conlleva la imposibilidad de controlar los impulsos.
Factores biológicos. Aunque el comportamiento violento no parece ser una condición hereditaria algunos problemas como las disfunciones nerviosas pueden desembocar en comportamientos esquizofrénicos y las hormonas, particularmente la testosterona, pueden provocar un comportamiento violento. El periodo de edad donde predominan este tipo de comportamientos suele darse entre los 15 y 30 años.
Enfermedades mentales. La esquizofrenia paranoide puede, ocasionalmente, terminar en actos agresivos, aunque predecir la violencia en un esquizofrénico es muy complicado.
Influencia de los medios: La violencia engendra más violencia, por lo tanto, existe una relación entre la violencia que enseñan los medios y la que luego se produce en la realidad.
Las malas compañías pueden general muchas conductas agresivas
En definitiva, es muy cierto el incremento de la violencia en los lugares de trabajo parece ser una realidad cotidiana, pero obviada. Y es muy válido la inquietud que manifiestan algunos sobre si ¿poseen las empresas, políticas formales establecidas para tratar el tema? En muchos países, concretamente en Venezuela, se puede decir que no. Creemos que es un hecho muy nuevo y no tratado. No obstante, es un hecho cierto se manifiesta constantemente y ello ha afectado no sólo a las personas involucradas, sino a las mismas empresas, originándole conflictos organizacionales que conllevan a improductividad, costos, clima no armónicos Hoy, una persona conflictiva en las organizaciones es separada. Nos recuerda eft.com.ar., que en la búsqueda de soluciones para el tema de la violencia en el trabajo, los empresarios tienen la responsabilidad de concientizar sobre el tema de que nada bueno puede salir del maltrato; asimismo, el empleado debe cumplir la tarea encomendada con los niveles y requisitos exigidos, para así poder exigir respeto. También es importante, el papel de la negociación colectiva, mediante conductas responsables de los actores sociales comprometidos, que sin duda actuarán con sentido común. Concretamente es un tema que se le debe prestar la atención necesaria, no descuidarlo, controlarlo.…

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