Las caras de la globalización

La globalización se ha convertido en una de las categorías explicativas y analíticas de mayor relevancia en la orbe. Por ello el rasgo fundamental de la globalización es, que es un modelo de pensamiento, una forma de concebir el mundo, que se traduce en la internacionalización de las actividades en la sociedad, la producción, distribución de bienes, los avances tecnológicos, las relaciones de las naciones conocida como neoliberalismo. De tal manera, que la globalización constituye un fenómeno indetenible, lo cual se traduce en cambios vertiginosos en las relaciones económicas, políticas, culturales, educativas y científicas de las naciones. Además de ser una realidad que ha venido afectando duramente a los países tercermundistas y pobres. En síntesis, se trata de un modelo de desarrollo que está influyendo decididamente en la calidad de vida de las distintas naciones del mundo.

PALABRAS CLAVES: GLOBALIZACIÓN, CAMBIO, INTERNACIONALIZACIÓN, SOCIEDAD

Si algo ha caracterizado las postrimerías del siglo XX y los albores del siglo XXI, es el fenómeno de la Globalización. Conocerla en una forma concreta, significa pues, la ruptura de lo local, la internacionalizaciòn y la planetarizaciòn de todas las esferas de la actividad humana. Por ello, implica también, unas series de cambios y revoluciones en múltiples ambientes que están modificando las posibilidades de producción de bienes y servicios, aumentándolos a niveles nunca conocidos. Los continuos avances en las áreas de las telecomunicaciones, la informática, la biotecnología, la genética, la ciencia de los materiales, la cibernética, la electrónica, dan a conocer las inmensas posibilidades del género humano en llevar adelante los proyectos y perspectivas. Así mismo, otras innovaciones producidas en el campo de la tecnologías de las comunicaciones, el transporte, las redes, de información, tales como el acceso inmediato a Internet, interrelacionar el teléfono, el computador y la televisión por cable, han convertido al mundo en lo que se denomina “Aldea Global“, es decir, un espacio contextualizado e integrado.

Ahora bien, se puede afirmar que todos los individuos somos interdependientes, por lo cual es imposible hablar, en los actuales momentos, de la autonomía e independencia. De allí “que todo lo que ocurra en cualquier parte del mundo, de una u otra forma, nos atañe”. (Pérez 2000, p 9 ).

De lo anterior, se dan a conocer algunas consideraciones acerca de la acepción del término, con el propósito de tener una mejor comprensión de lo planteado. En un principio se entendió como la Globalización de la Economía. Pero esto, no designa solamente la internacionalización de los intercambios económicos. Nos impone también una concepción en la vida social. Touraine sostiene: “Aunque por si misma la economía sea la fuerza dominante; se habla de globalización política y cultural”.

Del mismo modo, la Globalización es una categoría que se viene utilizando en la actualidad con mucha liberalidad. Por ende, es un proceso expansivo en el campo económico, que está impulsado por el comercio y que viene acompañado por cambios tecnológicos radicales. El Fondo Monetario Internacional señala: “La globalización es una interdependencia económica creciente del conjunto de países del mundo, provocada por el aumento del volumen y la variedad de transacciones transfronterizas de bienes y servicios, así como los flujos internacionales de capital, al tiempo de la difusión acelerada de tecnología” ( p 1). Toffler sostiene: “Que la historia de la humanidad se divide en olas. La primera fue la de la agricultura, que duró hasta últimos años del siglo XIX. Todas estas economías eran agrarias. La segunda ola fue la industrialización, que se inicia a finales de siglo XIX hasta la década de los sesenta, la mayoría de los países se transformaron de sociedades agrarias en sociedades basadas en las máquinas. Por ello, la tercera ola se desarrolla a partir de los años setenta. Se basa en la información y la comunicación. Por consiguiente se observan las olas como revoluciones, en los cuales los estilos de vidas, condiciones generales de la sociedad, se desplazan, desechan, y reemplazan dando lugar a nuevos estilos.

PERSPECTIVAS DE LA GLOBALIZACIÒN

La Globalización actual no representa ninguna novedad absoluta. Es la prolongación e intensificación de una dinámica que ya había venido estructurando en los pueblos, naciones, ideologías y mercados. La humanidad ha ido pasando desde el mundo del clan, de la tribu, sangre, linaje, a las grandes comunidades que ahora se vinculan a través del Estado y el Derecho Internacional.

En este sentido, el planeta se encuentra dividido en grandes bloques comerciales: Europa, Asia, Oceanía, América y África. Donde uno de los más poderosos tiende hacia el Asia y Oceanía, producto de la magnitud de la población, el tamaño de sus mercados y los avances de la educación y del desarrollo tecnológico en los últimos años. Entre esos bloques destacan: Unión Europea, Foro Económico de Asia Pacifico, el Acuerdo de Libre Comercio, la Comunidad Andina de Naciones, el MERCOSUR, entre otros.

Por otra parte, otro rostro que se está configurando con la Globalización, viene dado por el incremento de la brecha entre países industrializados y los que están en vías de desarrollo. Un aumento de la exclusión social, que ha marginado a grupos sociales de toda participación real, con desempleo, pobreza, y donde más de 790 millones de personas sufren de hambre; el de 800 millones de adultos analfabetos y más de 654 millones de seres humanos que no llegarán a los 40 años de edad. Igualmente la Globalización está contribuyendo con la degradación ambiental y las desigualdades sociales en los países.

Dentro de este contexto, este fenómeno trae consigo cambios vertiginosos en la relaciones económicas, sociales, políticas, y culturales. Por lo tanto, se han derrumbado las fronteras financieras, se globaliza la economía y se desarrolla una planetarizaciòn de la información de la cultura, los problemas, y las costumbres. Por ello, los especialistas coinciden, que un factor que decidirá el destino de las naciones en la Globalización, será el conocimiento o el nivel educativo de las naciones, conocido como Capital Humano. Por ende, la educación se convierte en el pasaporte de los individuos y de las naciones a la sociedad del conocimiento (Torres, 2000 ).

Con base a lo anterior, la educación es un elemento clave para aumentar la productividad, abatir la pobreza y lograr un desarrollo sostenible y una distribución más equitativa de los bienes y servicios en una sociedad. Drucker plantea que el verdadero recurso dominante y el factor de producción absolutamente decisivo, ya no es el capital, ni la tierra, ni el trabajo; sino que es el conocimiento. Según Avalos (1998, p 4 ) considera : Que en un informe del Banco Mundial se expresa que 29 países concentran el 80% de la riqueza mundial, y deben su prosperidad en 67%, al capital intelectual, entendido como la educación, investigación, científica y tecnológica. Un 17% a sus recursos naturales y al 16% a sus equipos. En consecuencia, industrias como la informática, la biotecnología, las telecomunicaciones no dependen de los recursos materiales, ni de la mano de obra barata, ni siquiera del capital, sino de un factor de producción que es el conocimiento; y éste será por mucho tiempo, la llave que asegurará el futuro de las personas y países.