Las instituciones y sus dinosaurios

Es común el poder apreciar en las instituciones públicas y/o privadas, sobre todo en la dirección de las mismas, a personas con muchos años al frente de ellas y obviamente en los cargos de mayor responsabilidad también. Por un lado, es de suponer que conocen su manejo dentro de lo posible de lo mejor, pero si analizáramos el giro que está tomando el mundo con respecto a la globalización, nuevas técnicas, nuevos conocimientos, nuevas y mejores proyecciones de desarrollo y crecimiento, nos daremos con la sorpresa de encontrar, a más de una, por no decir a casi todas estas instituciones, con personas que las integran desfasadas de realidades actuales y eso definitivamente en muy peligroso laboralmente, sobre todo para los fines y objetivos para las que fueron creadas.
Algo desconcertante, de acuerdo a una realidad de países pobres, es el hecho de que cuenten con una serie de asesores, que generan gastos adicionales innecesarios para estas instituciones, los mismos que cuestan y restan oportunidades para seguir desarrollando a favor de su medio, para lo que fueron creadas, inclusive hasta para contestar un simple e-mail. ¿Pueden ustedes imaginarse falta de conocimiento en el uso del internet a esta cúpula, en esta época? Pues es real, existe y ni que hablar de los nuevos conocimientos necesarios a ser aplicados en esta época global actual.
Lamentablemente esto se da, cuando lo correcto sería, dar un paso atrás y ceder la posta a la nueva gente, la moderna, la preparada la que puede ser capaz de actualizar sistemas y procedimientos como rumbos y direcciones idóneas de acuerdo a realidades.

Sin embargo, muchos ejecutivos que se desarrollan en ellas muy profesionalmente, se ven imposibilitados de plantear estas sugerencias por temor al despido, algo irónico, no se cuida uno de dar lo mejor de sí para la institución o sus objetivos, sino de no herir susceptibilidades de las jefaturas respectivas por temor a la represalia. Muchos casos de personas honestas que lo hicieron y que de una u otra manera lo supimos o conocimos, luego tuvieron que afrontar las consecuencias, para eso eran preparados, pero esos muchos son relativamente muy pocos, comparado a la gran cantidad de mediocres que no lo hicieron y continúan desarrollando su servilismo con tal de mantener el puesto, sin tomar en consideración los mínimos valores del ser humano.

Para evitar estas situaciones tan vergonzosas para los integrantes de este círculo de mediocridad, en el supuesto que tengan dignidad por el hecho de sentirse aludidos, deberían existir requisitos mínimos en las necesidades de cada puesto, para la toma del control a cualquier nivel y no debería prevalecer “la elección a dedo”, tan usada en nuestros medios, la misma que vino posiblemente después de algunos licores y acuerdos en alguna actividad social, para variar, buscando el interés personal y no el general.

El conseguir una actualización en la cúpula de estas directivas, tanto privadas como públicas, permitiría actualizarse a las mismas y poder tratar de recuperar el tiempo tan mal empleado por tantos largos años.

De esta manera, tendríamos más herramientas necesarias para el desarrollo de cada país, ya que mayoritariamente, las instituciones no son un centro de reunión social, ni área de recuerdos y menos una parcela personal, donde prime el interés personal, al general.

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