Las políticas económicas en Venezuela han ocasionado el desenfreno de los lobos

La situación crítica de la economía venezolana, es atribuida a los efectos controladores de las políticas fiscales, monetarias y a otras  ejecutorias aplicadas por el Gobierno, impregnadas de un alto contenido socialista; y al comportamiento de un grupo de mafiosos que se aprovechan de las circunstancias para elevar el dólar paralelo haciendo ineficientes las medidas implementadas para controlarlo.

Es más, existe un consenso casi generalizado en el país, que el manejo  de esas políticas – controles de precios, control cambiario, expropiaciones y  otras – no han surtido el efecto esperado en beneficio de la población;  y lejos de servir de estímulo  a los productores, reducir la importación y controlar la inflación, lo que han ocasionado es una conducta distorsionada en la sociedad en general.

Entre las principales distorsiones fomentadas en el empresariado por las políticas gubernamentales, encontramos:

1.  El desenfreno de los ¨lobos¨ por la caza de los dólares oficiales y extraoficiales, como una forma de aprovechamiento circunstancial y de protección ante la inflación y de la poca confianza  para  invertir.
2.  El fomento del contrabando de los productos -incluyendo los importados- a los países vecinos, para  generar mayores ganancias como consecuencia de la sobrevaluación del bolívar.
3.  El remarcaje especulativo de precios y sobrefacturación por distribuidores inescrupulosos,  pese haber recibido divisas preferenciales.
4.  El acaparamiento de ciertos productos, como los vehículos por  los cuales hay que pagar  precios superiores a los que pagan los consumidores del continente y además comisiones exorbitantes; y  de los alimentos de primera necesidad que son acaparados y vendidos a mayores  precios que los establecidos por las instancias controladoras de precios.
5.  La influencia del dólar paralelo en la formación de los precios especulativos de los comerciantes, quienes con el cuento de los costos de reposición, han incrementado indiscriminadamente sus precios, cuando es sabido que la proporción de productos que se adquieren con el dólar extraoficial es una proporción muy baja.
6.  Los precios de los servicios privados ofrecidos por  – los seguros, las clínicas y  los médicos – son desmedidos y rechazados por la sociedad, son exagerados no cabe duda al respecto.
7.  En fin,  una serie de actitudes contrarias a la lógica existencial del mercado, como consecuencia del control cambiario, que carga de muy mal gusto a la población al sentirse impotente ante tantos desafueros.

Del lado de la demanda podemos observar, que la política monetaria y fiscal del Ejecutivo ha estado orientada con fines electoreros en los dos últimos años.  A mantener un alto nivel de liquidez monetaria o circulante en manos del público; aspecto este, que cuando no va acompañado con incrementos en la producción, lo que hace es empujar la inflación al alza y poner al descubierto las conductas inapropiadas comentadas en relación al sector empresarial.

También vale destacar, que aquellos consumidores que disponen de algunos recursos líquidos  y ante el conocimiento de lo que está pasando, se han volcado a la cacería del dólar oficial y paralelo, en la creencia que de esa manera se protegerán de la pérdida del poder adquisitivo que implican las devaluaciones ocurridas y a la final, lo que hacen es continuar estimulando la actividad de los mafiosos. Mientras que la mayoría, aquella que percibe apenas el sueldo mínimo, sufre las consecuencias de los efectos de las políticas económicas instrumentadas, recibiendo el impacto de la mayor inflación de Latinoamérica.

Como puede observarse, estamos entrampados con una economía totalmente distorsionada y corrompida como resultado del alto nivel de injerencia oficial en el mercado, que no termina de  entender que los agentes económicos privados son indispensables, para ayudar a lograr una economía próspera y dedicarse a desarrollar estrategias encaminadas a desmontar el control de cambio y gerenciar al país de una manera efectiva  y pulcra, que permita recuperar  el camino perdido en un tiempo perentorio.

Cabría preguntarse ¿hasta cuándo el país podrá seguir soportando el comportamiento distorsionado de la economía como resultado del  empecinamiento del control político ciudadano  y de la actuación de las mafias existentes; que estamos seguro, que a quien perjudica es a la mayoría de los venezolanos, que no están en el Gobierno ni tienen grandes cuentas en el exterior?

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