Los autos eléctricos no lucen tan verdes

Un estudio de un prestigioso instituto tecnológico noruego revela, que los autos eléctricos, una esperanza importante de los ecologistas para reducir gradualmente la emisión de gases con efecto invernadero, no son realmente tan ‘verdes’ como se esperaba, especialmente en la fase de manufactura, cuando sus fábricas dejan un mayor volumen de desechos tóxicos que si se tratara de vehículos de combustión interna.

Sin embargo, las cosas se emparejan un poco con el uso del vehículo eléctrico, ya que éste no emite gases de escape, pero solo si la electricidad con que se recarga las baterías del auto procede de fuentes poco contaminantes; o sea, de plantas eléctricas que usan energía renovable como la hidráulica, solar o eólica. Pero, alerta el estudio, si la central utiliza carbón, fueloil, gasoil o gas natural para generar electricidad, entonces no se logra mucho en materia ambiental, pues se estaría desplazando la contaminación hacia los alrededores de la planta eléctrica, aunque los centros urbanos experimenten un alivio por la ausencia de emisiones gaseosas o sólidas. El estudio mencionado estimó que un auto eléctrico que rueda más de 100.000 km, genera -debido a la recarga de batería- unos 50 gr de CO2 por kilómetro (el doble para un híbrido, contra los 150 gr/km de un auto que usa combustible de petróleo), por lo que su menor aporte de gases de invernadero es significativo.

De ahí que el informe noruego condiciona la conveniencia en la producción de autos eléctricos, a la forma con que se genera la electricidad para la necesaria recarga periódica de las costosas baterías. El estudio cayó como un balde de agua fría en la atribulada industria automotriz, de por sí, algo reacia a fabricar autos eléctricos, tanto por la escasa existencia de estaciones de servicio con facilidad de recarga rápida, como por la dudosa durabilidad de las nuevas baterías. Por esto, los autos que funcionan también con gasolina o diesel (híbridos), siguen siendo más solicitados que los eléctricos puros; pero juntos, todavía constituyen actualmente menos del 1% de las ventas totales de vehículos en el mundo –mayormente por su mayor costo inicial- esperándose llegar al 6% en el 2020. Por lo visto, estamos bien lejos de un parque automotriz con cero emisiones, con el cual se tendría un aire más saludable en centros urbanos y una menor contribución al calentamiento global, una realidad incuestionable y preocupante para al mundo de hoy.

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