Los efectos del TLCAN en el desenvolvimiento económico mexicano (1994-2010)

1. Introducción
México ha oscilado entre un alto crecimiento económico acompañado de una baja inflación (1940-1982), y entre una alta inflación acompañada de la ausencia de crecimiento económico (1983-2010).

El objetivo de este artículo es evaluar el desempeño económico de México bajo el abrigo de la apertura comercial y financiera ocurrida a la luz del neoliberalismo y bajo el agotamiento de la industrialización sustitutiva, fundamentada ésta en las propuestas y recomendaciones surgidas del estructuralismo latinoamericano.

2. TLCAN e impacto económico
Antes del TLC, Estados Unidos y Canadá captaban casi el 85 por ciento de las exportaciones mexicanas (83 por ciento Estados Unidos y 2 por ciento Canadá), en tanto que para 2010 captaban aproximadamente el 91 por ciento de las exportaciones del país (89 por ciento Estados Unidos y 2 por ciento Canadá). Con las importaciones ha sucedido un poco lo contrario: en 1993 el 71 por ciento de las importaciones del país provenían de ambos países (69 por ciento de Estados Unidos y 2 por ciento de Canadá), y para 2010 la cifra había disminuido al 64,4 por ciento (62 por ciento de Estados Unidos y 2,4 por ciento de Canadá).

La participación que ha ganado Estados Unidos en la estructura de las exportaciones de México la han perdido, por el contrario, Canadá, el G-3, Bolivia, Chile y, en menor proporción, la Unión Europea y el Triángulo del Norte. En tanto que todo lo contrario ha ocurrido con la estructura de las importaciones: la participación que Estados Unidos ha perdido en las mismas la han ganado el resto de sus socios comerciales, a excepción de Nicaragua y la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC) que mantienen su participación sin cambio en la estructura de las importaciones.

El objetivo explícito e implícito de la firma del TLCAN, así como de otros tantos que ha firmado México con otros países y regiones del resto del mundo, es exportar más al mercado más grande del mundo (el de Estados Unidos) a fin de imprimirle mayor dinamismo a nuestra economía.

Después de la firma y entrada en vigor del TLC México-EUA-Canadá, se han firmado y entrado en vigor los siguientes acuerdos o tratados de libre comercio: TLC G-3 (México, Colombia y Venezuela), TLC México-Costa Rica, TLC México-Bolivia, TLC México-Uruguay, TLC México-Nicaragua, TLC México-Unión Europea, TLC México-Israel, TLC México-Triángulo del Norte (El Salvador, Guatemala y Honduras), TLC México-Asociación Europea de Libre Comercio (Islandia, Noruega, Liechtenstein y Suiza), TLC México-UE más Chipre, República Checa, Estonia, Hungría, Latvia, Lituania, Malta, Polonia, República Eslovaca y Eslovenia, y TLC México-Japón. (Secretaría de Economía)

Al preguntarnos ¿cuál ha sido el impacto del TLCAN sobre la productividad del trabajo y, por tanto, sobre el crecimiento económico? Podemos advertir que de 1996 a 2000, la productividad laboral manufacturera creció a una tasa promedio interanual del 4,81 por ciento, en tanto que la economía creció a una tasa media anual del 5,4 por ciento. Mientras que entre 2001 y 2010 la productividad laboral creció a una tasa media anual del 3,24 por ciento y la economía en su conjunto lo hizo a un promedio interanual del 2,3 por ciento.

Los efectos positivos del TLCAN sobre México, vía exportaciones e inversiones directas, sólo duraron cinco años: de 1996 al año 2000. El desempleo aumentó, de los 7,8 millones de desempleados de 1983-1994 se sumaron otros 9,4 millones entre 1995 y 2010, con lo que a la fecha 17,2 millones de mexicanos no tienen empleo, son los damnificados del neoliberalismo aperturista y privatizador.

Mientras tanto, el PIB per cápita, pasó de 12 mil 415 pesos en 1995 a 16 mil 106 pesos en 2010, significando una tasa de crecimiento compuesta anual del 2.4 por ciento. En tanto que la inflación aumentó a una tasa promedio interanual del 12.99 por ciento durante los primeros 17 años de vigencia del TLCAN.

En resumen podemos decir que el escaso impacto del TLCAN en el crecimiento económico de México se explica a partir de los siguientes factores:

 Cerca del 50 por ciento de las exportaciones totales de México son de maquiladoras, y el 55% de las exportaciones manufactureras las realiza dicho sector. La mayor parte de las materias primas de las maquiladoras son importadas, por lo que añaden poco valor contribuyendo escasamente a la generación de riqueza.
 Escasa competitividad de México, vía productividad laboral, frente al socio más grande e importante del TLCAN, Estados Unidos, que explica tanto el alto coeficiente de importaciones de la industria manufacturera como el déficit comercial de dicha industria.
 Sobrevaluación cambiaria, que estimula importaciones y desalienta las exportaciones explicando el actual déficit comercial del país. No obstante, dado el alto componente importado del producto la devaluación, para imprimirle competitividad artificial a las exportaciones, conduciría como siempre a la estanflación.

3. Conclusiones
La apertura económica se circunscribe dentro de la reforma estructural de orientación de mercado, apoyada y avalada por los organismos financieros internacionales (FMI, Banco Mundial), como requisito indispensable de la normalización del proceso de acumulación de capital y, por tanto, de la recuperación del crecimiento económico dentro de la racionalidad de las señales del mercado mundial.

El crecimiento económico bajo el esquema de crecimiento “hacia afuera” ha resultado bastante desalentador, 3,1 por ciento en promedio anual; cuando se esperaba un impacto mayor de la liberalización comercial en la generación de empleos y, por tanto, en el crecimiento económico. De 1983 a 2010, el desempleo acumulado ascendió a 17,2 millones de mexicanos que son los principales damnificados de una política neoliberal.

De 1994 a la fecha, la evolución del PIB a precios constantes guarda estrecha relación con la productividad laboral manufacturera. Así, la evolución descendente y errática de la productividad laboral, junto a un coeficiente de importaciones manufacturero en continuo y persistente ascenso, explican el escaso dinamismo de la economía mexicana y, por tanto, el escaso impacto del TLCAN sobre la actividad económica interna.

Resultando pues, necesario y fundamental entonces:

 Adoptar una política de industrialización explícita que permita al país exportar productos de alto valor agregado, a ser menos vulnerable a los efectos estanflacionarios de las devaluaciones y a reducir el alto componente importado del producto que actualmente se expresa en un alto coeficiente de importaciones manufactureras.
 Estimular los componentes internos de la demanda global, básicamente del consumo privado y la inversión que han perdido participación en la estructura de la demanda global y que han experimentado un dinamismo muy escaso. Se le ha apostado todo al comercio exterior, y casi con un solo país, olvidando y relegando al mercado interno de donde puede provenir el crecimiento económico sostenido y autónomo.
 Diversificar los mercados de exportación del país, a fin de romper la dependencia con respecto al ciclo económico de los Estados Unidos.

(*) Profesor, Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Autónoma de Sinaloa, e-mail: [email protected].