Los futuros padres deben saber

En el campo de la reproducción humana quizás sea mucho más lo que no conocemos que lo conocido, cuando una pareja decide suspender las medidas de prevención para embarazos, esta debería realizarse una evaluación integral.
El concepto clásico que se ha venido manejando hasta ahora por todos los profesionales dedicados a esta materia, es que si pasado un año de relaciones sexuales sin protección no se consigue un embarazo, se debe iniciar el estudio, ya que estadísticamente la tasa de embarazos durante este período de tiempo debería ser del 80%, y en dos años de un 90%. Luego de algunos años dedicados a esta área del conocimiento médico, pensamos que se debería realizar un estudio básico aún antes de iniciar la contracepción; en esta evaluación inicial podríamos evaluar la función hormonal femenina; con unos exámenes sencillos solicitados en los momentos adecuados del ciclo menstrual, podemos tener una clara idea del funcionamiento ovárico, una ecografía transvaginal realizada con equipos de alta resolución, nos permite observar con detalle la anatomía del aparato reproductor, pudiendo realizar diagnósticos muy precisos en lo concerniente al cuerpo uterino y a los ovarios y, por último, un análisis cuidadoso del semen nos permite evaluar el factor masculino y de esta forma, si todo está dentro de los parámetros normales, se podría recomendar una adecuada prevención de la gestación con el método idóneo para cada caso en particular.
Una mujer que tenga ciclos menstruales regulares, sin dolor, sin sangrados intermenstruales y no presentando molestias durante la actividad sexual, en principio debería considerarse como normal y lo más probable es que la ovulación esté presente, y por lo tanto tenga una alta probabilidad de concebir cuando así lo desee. Contrariamente, cuando las reglas sean irregulares, sobre todo cuando se retrasen considerablemente y además se observen otras manifestaciones clínicas, tales como secreción por las mamas, presencia de vello en zonas que, por lo general las mujeres no lo presentan, sobrepeso o delgadez extrema, nos pueden orientar acerca de cuadros anovulatorios , así como los sangrados irregulares, dolor intenso durante las menstruaciones y durante la actividad sexual, pueden hacernos pensar en cuadros de endometriosis, que es una patología muy ligada a la infertilidad, la cual será explicada con detalle en la sección correspondiente de este portal.
La fertilidad hay que prevenirla y una forma de lograr esta prevención, es una adecuada orientación en esta materia.
El inicio precoz de la actividad sexual, y la multiplicidad de parejas, pueden contribuir a la adquisición de enfermedades bacterianas por esta vía, las cuales tienen como blanco final, el epitelio que recubre el interior de las trompas de Falopio, causando daños irreversibles en las mismas; y como es allí en donde se lleva a cabo la fertilización del óvulo y su posterior viaje hasta el útero, es una causa muy importante y, además muy frecuente, de imposibilidad de la concepción y también de una patología, que puede poner en peligro la vida de la mujer, cuando se presenta y no se diagnóstica a tiempo, como es el embarazo extrauterino, conocido como embarazo ectópico.
Las enfermedades de transmisión sexual también afectan al factor masculino; estas pueden causar daños a nivel de los pequeños tubos por donde los espermatozoides hacen su salida del tejido testicular, hasta llegar a los reservorios espermáticos conocidos como epidídimo, lo que se traduce en una disminución del número de espermatozoides observados durante la realización del espermograma.
El uso de esteroides anabolizantes, que son medicamentos utilizados para aumentar la masa muscular, la obesidad, el tabaquismo y el consumo de drogas, pueden afectar la espermatogénesis; así como el uso indiscriminado y sin orientación profesional de ciertos contraceptivos en la mujer, pueden ser determinantes en un adecuado funcionamiento de los elementos que intervienen en ese maravilloso evento como es la concepción.
No podríamos finalizar, sin hacer un comentario acerca de la edad materna; ello representa un factor fundamental en el momento de decidir sobre la búsqueda de la gestación, a mayor edad, menor posibilidad de embarazo y además, mayor riesgo de complicaciones durante el mismo; es por ello que la no postergación de la maternidad después de ciertas edades, sería una buena manera de prevenir la fertilidad, así como una vida sana, una adecuada alimentación, una orientación médica acertada, en cuanto al uso de las medidas de contracepción, así como una actividad sexual consciente para evitar enfermedades de transmisión sexual.

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