Los problemas de Brasil

Brasil se encuentra en una situación económicamente complicada. Técnicamente está en lo que los economistas denominan una  recesión, pues hace ya dos trimestres que su producto interno bruto muestra cifras negativas. Explicar una situación como esa requiere indudablemente de un análisis muy global y sistémico, que evite la tentación de hacer descansar el diagnóstico en una sola variable.  Sin perjuicio de ello, y con el solo interés de aportar datos que contribuyan a ese análisis global, aportamos aquí algunos datos y reflexiones sobre su situación de comercio exterior.

En materia de exportaciones – elemento que contribuye a explicar lo que sucede con el PIB de cualquier país –  los resultados de 2013 muestran un Brasil que retrocedió en un 02 % con respecto a los resultados alcanzados en el año anterior. Una caída pequeña, pero que incrementa su significación si se tiene en cuenta que las importaciones aumentaron en ese mismo año en un 7.4 %.  Aumento de las importaciones y caída de las exportaciones generan una caída en el saldo comercial de la balanza de pagos, que se mantiene positivo, pero que pasa de 19.395 millones de dólares en 2012,  a 2.557 millones de dólares en el 2013.

Como siempre sucede con los grandes promedios, estos ocultan diferencias importantes entre las partes componentes. Esa caída en las exportaciones brasileñas, por lo tanto, no es igual con todos sus socios comerciales. Así, por ejemplo, las exportaciones hacia los países de Aladi – que son todos los de la América Sur, menos Guayana y Surinam, mas Cuba, Panamá y México – aumentaron en un 11.9 %. Ese aumento en las ventas hacia los países de Aladi incluye el incremento en más de un 1.000%  de las ventas a Panamá, que pasaron de 397 millones de dólares en el 2012 a 4.423 millones de dólares en el 2013. Es dable suponer que ese aumento se debe a las ventas realizadas en la zonas libres que Panamá tiene en la boca oriental y occidental del canal, desde donde se nutre a su vez a múltiples otros destinatarios finales, de la propia América o de otras regiones del mundo. Sin esas ventas el incremento de las exportaciones a Aladi sería indudablemente mucho menor. Pero aun considerando íntegramente las ventas a Panamá, las ventas  a Aladi  representan sólo el 20.8 % de las ventas externas de Brasil.  Y las ventas dirigidas a otras regiones del planeta disminuyeron. Hacia Estados Unidos cayeron en un 7.4 %. Hacia la Unión Europea disminuyeron en un 2.7%. Hacia Centroamérica y el Caribe la caída fue de 38,3 %.

Hacia Venezuela las exportaciones bajaron, seguramente por las dificultades de este país para financiar sus compras externas, cualquiera que sea el país proveedor. De 5.056 millones de dólares de exportaciones a Venezuela en el 2012, estas bajaron a 4.849 millones de dólares en el 2013. Las importaciones, curiosamente aumentaron, pues se le compró a Venezuela por un monto de 997 millones de dólares en el 2012 y de 1.181 millones en el 2013.

Estos sencillos antecedentes permiten sacar algunas conclusiones tentativas. En primer lugar, Brasil necesita abrirse en mayor medida al mundo, para aumentar sus exportaciones y generar por esa vía un salto adelante en su actividad productiva interna. El mero mercado interno, y el mercado latinoamericano ya no le son suficientes para insuflar dinamismo a una economía de las dimensiones de Brasil. La inversión extranjera directa, que ha sido generosa con Brasil en los últimos años, parece tender a estancarse para todos los países emergentes a nivel mundial, lo cual también afectará negativamente a Brasil.  En el campo de sus socios comerciales principales, la Unión Europea representa hoy en día el destino del 19.7 % de las exportaciones brasileñas – casi tanto como todas las exportaciones a Aladi – lo cual implica que Brasil necesita fortalecer su presencia negociadora y competitiva en ese mercado, con la ayuda del Mercosur  o sin ella. China es otro de los mercados de destino que tiene alta significación para Brasil. El 19 % de sus exportaciones se canaliza hacia allá, pero el más lento ritmo de crecimiento de la economía china trasmitirá su más lento dinamismo a la economía brasileña, lo cual se constituye en otro elemento que llevará a Brasil a buscar otros mercados, o a incrementar su presencia en los mercados donde ya tiene presencia.. Todo eso pasa por redefinir su capacidad negociadora internacional – parar gana autonomía y flexibilidad –  y por introducir cambios en su política económica interna, para  ganar competitividad en los complejos mercados internacionales contemporáneos.

 

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