Luces y sombras del mandato de Obama

RASGOS POLÍTICOS: Joven Político sin excesiva experiencia, que se convertirá en icono de masas, (índice de popularidad del 80% en su investidura), conjugando la utilización masiva e inteligente de la plataforma multimedial que desplegó en su campaña electoral, (básicamente en el uso del portal YouTube y de sus apariciones en horario “prime” de televisión repitiendo hasta la extenuación el pegadizo lema, (“YES, WE CAN”), con su innegable carisma personal, telegenia, poder de la Palabra y la ayuda inestimable de su esposa Michelle.

Animal político de innata inteligencia demostrada en la elección como Vicepresidente del veterano senador por Delaware, Joe Biden, para contrarrestar su juventud e inexperiencia política y como Secretaria de Estado a Hillary Clinton, para aglutinar el voto demócrata e incorporar a su Gabinete personalidades políticas de filiación clintoniana.

Joe Biden tendrá un papel fundamental en el logro de acuerdos con la minoría republicana en el Senado para evitar el “filibustering” y podría verse obligado a asumir la Presidencia del País en caso de Magnicidio y a hacer cristalizar las iniciativas inconclusas de su predecesor en un posterior mandato presidencial, (especialmente la Ley de Inmigración), condenando de paso al ostracismo político, al Partido Republicano inmerso en luchas intestinas y lastrado por la nefasta gestión de sus antecesores.

Político ecléctico que aglutinará las ideas de la “New Frontier” kennedyana , del “New Deal “ rosseveliano y de la “reconstrucción” lincolniana: Trabajo, honestidad, cultura del ahorro, iniciativa privada e integración de las diversas razas, credos e ideologías en el crisol de un país renovado.

Representante de la transición de la globalización económica al proteccionismo económico, aplicando políticas económicas keynesianas y roossevelianas como bálsamo ante la recesión económica que recibirá como herencia y que presumiblemente resultarán insuficientes, quedando así diluidas las bondades de sus avanzadas propuestas sociales por la profundidad y complejidad de la crisis económica global.

RELACIONES INSTITUCIONALES: Su espectacular triunfo en las urnas con una de las mayores participaciones de la historia electoral norteamericana, (63,5 %), y el logro de una mayoría en el Congreso desconocida desde 1.992, (258 de los 435 escaños), le auguran una cómoda legislatura que en principio debía facilitarle la presentación de avanzadas propuestas sociales, (Aumento de la cobertura Sanitaria, Proyecto de Revitalización de la Educación Pública, Incremento del Salario Mínimo, Ley de Inmigración y Ley de Reducción de Impuestos), pero que corren el riesgo de quedar aplazados “sine die” o nacer descafeinados, tras su tramitación parlamentaria al ser claramente onerosas para el erario público y estar sumido el país en una aguda recesión económica.

La no consecución de la supermayoría en el Senado, (60 escaños), al perder inesperadamente el escaño de Georgia, le obligará a buscar el consenso con los republicanos en las anteriormente citadas prioridades legislativas, (especialmente en la tramitación de la Ley de Retirada de Tropas de Irak y en la Ley de Inmigración), para evitar que la minoría republicana utilice la práctica política de torpedear proyectos de ley mediante tácticas dilatorias, (“filibustering”).
POLÍTICA ECONÓMICA: El mandato presidencial de Obama nacerá lastrado por la política suicida de las principales entidades bancarias en la concesión de créditos e hipotecas de alto riesgo, lo que originará la crisis de las subprime de EE.UU., seguida de un goteo incesante de insolvencias bancarias, una severa contracción de los préstamos bancarios, una alarmante falta de liquidez monetaria y de confianza en las instituciones financieras y el descalabro de Wall Street.
Una de sus primera iniciativas será la Implantación de estrictas medidas de regulación y supervisión de las entidades bancarias y brokers hipotecarios, que sirvan de base para el posterior paquete de medidas de estimulación de una economía inmersa en la recesión, con casi 10 millones de desempleados y una escalofriante Deuda Externa . Posteriormente, aplicará un paquete de medidas económicas con un monto aproximado de 800.000 millones US$, lo que unido al aprobado por la Administración Bush de unos 700.000 millones de US$, corren el riesgo de dejar exangües las ya maltrechas arcas federales e incrementar peligrosamente el montante de la Deuda Exterior hasta los 13 Billones $.

Previsiblemente seguirá utilizando medidas keynesianas para intentar superar la crisis económica como sucesivas inyecciones de liquidez a los bancos; subvenciones a las empresas del automóvil, (cercanas a los 17.000 millones US$), en forma de préstamos y líneas de crédito blando y reducción de impuestos y medidas calcadas del “New Deal” de Roosevelt, como el incremento faraónico de las inversiones en Obras Públicas, (con el objetivo de dinamizar la actividad económica y crear la friolera de 3 millones de puestos de trabajo), aunado con la subida del salario mínimo para favorecer el consumo privado, ampliación de la cobertura del desempleo, las ayudas a la producción agrícola en forma de proteccionismo encubierto y la posible devaluación del dólar para incrementar las exportaciones.

En el supuesto de agravarse la crisis económica, asistiríamos a la severa contracción del consumo interno, (uno de los tradicionales motores de la economía de EE.UU. ya que representa más de la mitad del PIB del país), y a la brutal reestructuración de la industria automovilística, (llegando las tasas de paro a niveles desconocidos desde la II Guerra Mundial).

POLÍTICAS SOCIALES: Presentación por Obama del Proyecto de Ley sobre Inmigración: Acuciado por la exorbitante tasa de inmigrantes ilegales, (rondando los 12 millones), revisará y cambiará la anterior política gubernamental sobre la inmigración, presentando un proyecto que buscará una mayor igualdad y protección de derechos civiles y laborales, tanto para los nacidos en el país como para los que obtengan el derecho de residencia, quedando postergada “sine die” y diluidos sus efectos benéficos, por la cruda realidad de la severa recesión económica.
Recuperación del espíritu del “New Frontier” kennedyano, plasmado en la llamada de Obama a la implicación personal de todos los ciudadanos en la recuperación del país y en su utópico Programa de destinar ingentes fondos federales para la Mejora de la Educación y la Ampliación de la Cobertura de la Sanidad Pública; del “New Deal” Roosseveliano con el espectacular incremento de inversiones en Obras Públicas y la Reaparición de los “Cuerpos de Paz”, con cientos de jóvenes voluntarios y expertos en Educación, Agricultura, Sanidad e Infraestructuras Básicas, que participarán en el Programa de Ayuda de Emergencia ante la crisis alimenticia mundial que se avecina, (con especial incidencia en Antillas, Centroamérica, África Subsahariana y Sudeste Asiático).
El previsible agravamiento de la crisis económica podría conllevar frecuentes estallidos de conflictividad laboral y la agudización de la fractura social del país, obligando a amplias capas de la población, (especialmente negros e hispanos), a depender de los subsidios sociales, lo que unido al renacer de sentimientos xenófobos en los Estados Sureños y las soflamas incendiarias de líderes religiosos como Jeremías Wright podrían terminar por reeditar los violentos disturbios raciales del verano de 1.963.

POLÍTICA ENERGÉTICA: Acuciado por el disparatado consumo, (26% del consumo mundial), y elevada dependencia energética, (60%), deberá presentar el Programa de Racionalización del Consumo y del Autoabastecimiento Energético en el horizonte del 2015, con la construcción de edificios inteligentes; sustitución del alumbrado y calefacción públicos; la reestructuración del sector del automóvil, (sustituyendo los obsoletos y contaminantes modelos actuales por nuevos modelos, más respetuosos con el medio ambiente y de menor tamaño y más tirón en los mercados emergentes), y conjugando el extraordinario desarrollo de las energías renovables, (eólicas, fotovoltaicas y biocombustibles), con la reapertura de obsoletas minas de carbón y la reactivación de la energía nuclear.

POLÍTICA EXTERIOR: Obama será puesto a prueba de inmediato por Rusia para conocer la capacidad de reacción e iniciativa del nuevo equipo presidencial, siendo éstos los posibles escenarios en los que se podría ver involucrado durante su mandato presidencial:

Instauración de la política de la “ Coexistencia Pacífica” de Kennedy tras superar escenarios de Guerra Fría con Rusia: Tras los desacuerdos surgidos entre EE.UU. y Rusia por la declaración unilateral de independencia de Kosovo, Agfasia y Osetia del Sur, la primera prueba de fuego será la Renovación del Tratado Start I, (Tratado de Reducción de Armas Ofensivas Estrátegicas), que expira en diciembre del 2009 y de no lograrse un acuerdo, la tensión podría incrementarse con el proyecto de la Administración Bush del Escudo de Misiles Antibalísticos, (NDM), considerado por Putin como una amenaza directa a Rusia.

Dicho proyecto comprende la instalación de una base de misiles interceptores en Polonia y otra de Radares en la República Checa y entraría en funcionamiento en el 2011 y, en el supuesto de que Obama continuara adelante, sería presumiblemente respondido con la instalación por parte de Rusia, de misiles ISKANDER en Kaliningrado, (enclave ruso situado entre Polonia y Lituania), y el despliegue de tres regimientos en Kozlesk encargados del manejo de los mismos), pudiendo revivirse la Crisis de los Misiles de Cuba, (1962), y concluir con la firma de un nuevo y necesario Tratado de Misiles Antibalísticos, (MAB).

Aplicación de la doctrina del “Multilateralismo” en las relaciones con sus aliados: Estados Unidos ya no sería el policía del mundo y buscaría compartir las decisiones con sus tradicionales aliados de la Unión Europea, Asia y América Latina, lo que implicaría recomponer los organismos que el gobierno de Busch desdeñó, (ONU y OEA).

En el escenario europeo, podríamos asistir al final de la luna de miel de Sarkozy y Obama, debido a las relaciones preferenciales de la U.E. con Rusia en materia de abastecimiento energético y comercio exterior y a su desacuerdo con la Administración Obama, en temas como el apoyo tácito de Obama a Israel en su invasión de la Franja de Gaza o la petición de Obama de un incremento sustancial de tropas aliadas en Afganistán y por ello, no sería descartable una reafirmación de la soberanía francesa que se plasmaría en la salida de las tropas francesas de Afganistán antes de las Presidenciales del 2012, siendo considerado en el entreacto Sarkozy interlocutor válido para mediar entre las dos grandes potencias enfrascadas en un nuevo episodio de Guerra Fría.

Establecimiento de la “Pax obamaniana” en el conflictivo del Cercano Oriente: Tras las acusaciones vertidas por los países árabes de una tácita complicidad de Obama con Israel en la “operación Plomo Fundido”, (Invasión de la Franja de Gaza), y de un deslizamiento del gobierno de EE.UU. hacia posiciones porcionistas, por la presunta pertenencia al “lobby” judío de parte de los miembros de su Gabinete, Obama se verá obligado a implicarse activamente en la apertura de un nuevo Proceso de Paz en el Cercano Oriente.

Tanto Israel como la ANP le pedirán que lidere el proceso de negociación que ambas partes iniciaron en 2.007 con el objetivo de establecer las bases para la creación del futuro Estado Palestino, (previo reconocimiento del Estado de Israel por parte Palestina), y que podría concluir con la firma de un Tratado de Paz entre el presumible nuevo Primer Ministro israelí, (el actual Ministro de Defensa Ehud Barak), y el nuevo Presidente de la Autoridad Palestina, (que sería el representante del nuevo Gobierno de Coalición, que surgirá tras la inevitable aproximación de Hamas y Al Fatá).

Dicho Acuerdo contaría con las bendiciones políticas de Egipto, Rusia, Siria e Irán y como colaboradores económicos necesarios, en la reconstrucción de Gaza, a la U.E., EE.UU., Japón, Arabia Saudí y Emiratos Árabes y sería global y vinculante para todos los países del área geopolítica del Ceracano Oriente, logrando la instauración de un nuevo “status quo” en la zona, (“Pax obamaniana”), tras la solución del contencioso nuclear con Irán y el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países.

Desplazamiento de la inestabilidad al Oriente Medio, con la presentación por Obama del Proyecto de Ley de retirada de tropas de Irak, (que probablemente sufrirá las maniobras obstruccionistas de la minoría republicana en el Senado), y una segura intensificación del conflicto armado de Afganistán, debido a la ampliación del área de influencia rusa en el conflictivo Medio Oriente. Dicha influencia quedaría plasmada en el inicio de la ayuda militar rusa, (asesores militares, logística e información de los satélites- espías), a las milicias talibanes de Afganistán en su lucha contra las fuerzas de la NATO allí desplegadas, con el objetivo de alargar el conflicto y aliado con la falta de liquidez monetaria de los aliados europeos, lograr su gradual retirada de Afganistán, lo que podría derivar en una peligrosa “vietnamización” del conflicto.

Recuperación de la “doble vía” kennedyana en su relación con los países de Iberoamérica: Obama se verá obligado a prestar una atención especial al tradicionalmente considerado “patio trasero de EE.UU.”, para intentar frenar la expansión de la influencia rusa en Latinoamérica, tras la firma por parte de Mendeiev, del Pacto por la Amistad y Cooperación con Cuba y por extensión, con los Gobiernos de corte populista-progresista de Latinoamérica, aprovechando la miopía política de una Administración Bush obsesionada con el Eje del Mal.

Si se recompone la OEA, (que es el ambiente natural donde América Latina se comunicaba con EE.UU.), se podría avanzar en temas como el bloqueo a Cuba y se podrían mejorar las relaciones con gobiernos considerados “non gratos” por Washington como Bolivia y Venezuela,
En caso contrario, podríamos asistir a la firma de un nuevo tratado de colaboración militar de Cuba con la Rusia de Putin, (aprovechando el viaje de Raúl Castro a Moscú previsto para el 2009), que incluiría la instalación de bases militares en el territorio cubano y la llegada de aviones estratégicos con armas nucleares, (los temibles TU-160 conocidos en Occidente como “BlackJack”), complementada con la instalación en Venezuela de una base naval y de logística.

Como consecuencia de lo anterior, EE.UU. podría gestar una Alianza Panamericana, (liderada por México, Brasil, Chile y Argentina), que conjugaría la ayuda económica y la firma de acuerdos preferenciales con dichos países amigos, con el Boicot comercial y el aislamiento en los Foros Internacionales de los regímenes de corte populista-progresista, (Cuba, Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Bolivia), para lograr la desestabilización de sus regímenes.

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