Mario Rafael Krause: América Latina está en condiciones de alimentar a mil millones de personas

(Redacción – Cortesía del diario El Carabobeño) – Alfredo Fermín – El profesor Krause vino a Valencia, invitado por el profesor José Ángel Ferreira, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Carabobo, para dictar la conferencia inaugural del II Seminario Nacional de Sociología de las Organizaciones que se celebra en esta ciudad.

Argumentando que América Latina está en condiciones de alimentar a mil millones de seres humanos todos los años, porque aquí está el 60 por ciento de la soya del mundo; el 40 por ciento de las reservas de pescado, el 60 por ciento de la carne bovina y el 60 por ciento del mundo vegetal que oxigena al planeta, el profesor Mario Rafael Krause expresa la necesidad de una gerencia adecuada de los negocios públicos.

“Debemos tener un desarrollo económico más equilibrado entre los países -propone- y para lograrlo deberíamos tomar el ejemplo del venezolano Juan Pablo Pérez Alfonso, fundador de la Opep, y crear una especie de Opep de la soya, de la carne, del pescado para, entre todos los latinoamericanos, ingresar a los mercados mundiales”.

El profesor Krause vino a Valencia, invitado por el profesor José Ángel Ferreira, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Carabobo, para dictar la conferencia inaugural del II Seminario Nacional de Sociología de las Organizaciones que se celebra en esta ciudad. Acompañado de la periodista Carmen Luisa Flores, tuvo la gentileza de venir a El Carabobeño donde tuvimos una larga y grata conversación.

Comenzamos hablando de las universidades latinoamericanas que a su juicio “han ido decayendo en actividad académica, al punto de que hoy ninguna está entre las cien mejores universidades del mundo, tienen que volver a tener, como tema, la excelencia académica, que se logra con esfuerzos y con debates”.
“Las universidades -precisa- tienen que ser el ámbito donde se debaten ideas con respeto a las que disienten de las nuestras. De la confrontación, entre una opinión y otra, surge el equilibrio. Hay que alumbrar a la clase gobernante que está conduciendo mal al subcontinente.

¿Cambiará mucho el mundo, en este inicio del siglo XXI?

-El mundo, en este tercer milenio, cambiará de paradigmas. Todo lo que hemos vivido como una Europa, una América del Norte y un Japón como centros del mundo, es un esquema que, evidentemente, está en crisis, con un horizonte que no pasará de quince años.

Porque las economías asiáticas, que están creciendo a un promedio de diez por ciento, en el PBI, les van a terminar de ganar a las economías de Europa y de Estados Unidos que, de ninguna manera, alcanzan ese crecimiento.

Por una cuestión matemática se puede predecir que la riqueza se está trasladando a la zona Asia por lo cual, quienes mandarán en el mundo, serán los asiáticos y lo que van a transmitir las pautas de conducta en el tercer milenio son esas sociedades que tienen características especiales.

De alguna manera, (los asiáticos), son autistas. No les interesa lo que pasa en el resto del mundo. Ellos tienen metas y las consiguen. Su sistema de trabajo es muy contrario a como pensamos los occidentales para, cada vez, trabajar menos y dejárselo a las máquinas.

En China, la semana de trabajo es de 52 horas. Nosotros estamos debatiendo entre 40 y 44 horas. Zarkozy, que quiere transformar a Francia, que se ha vuelto país no competitivo, propone anular la semana de 36 horas y pasar a la de 40 horas. Porque si los franceses no trabajan, con la intensidad conque lo hace los competidores, quedarán fuera del circuito económico mundial.

Usted ha dicho que cree fielmente en las tesis del Posibilismo Humano, explíquenos los principios de esta tendencia de la geopolítica mundial.

-La escuela del Posibilismo Humano preconiza la posibilidad de cambiar los paisajes geográficos adversos. Hay muchos ejemplos en la historia política y económica que demuestran que el hombre puede cambiar la geografía.

Un ejemplo es Holanda, cuyo territorio está diez metros por debajo del nivel del Mar del Norte. La cultura del pueblo holandés es resistir el embate de las aguas para que no le arruinen sus tierras cultivables, muy bien cuidadas. Los holandeses hacen queso muy bueno, producen flores y mantienen, a toda su población, concentrada en el avance científico, técnico, industrial para ser altamente productivas. Otro ejemplo es Israel.

Los israelíes, por una jugada geopolítica, en 1947, obtuvieron un lugar para que los judíos ubicaran a su nación en un estado. Se encontraron con un desierto, que nunca había producido nada y comenzaron a cambiar el paisaje. Importaron tierras, desalinizaron el agua del mar, pusieron árboles para fijar los suelos arenosos. Y, de pronto, el 25 por ciento de la superficie de Israel se hace fértil y producen alimentos.

¿Cómo logró Japón su transformación en potencia tecnológica?

-Japón, un país destruido, víctima de uno de los genocidios más terribles e impunes que tiene la historia de la humanidad, porque mataron, en menos de diez días, con la bomba de Hiroshima 200 mil personas y con la de Nagasaki 150 mil. Fueron 350 mil seres humanos que murieron por una explosión atómica y un montón quedó mutilado.

Al terminar la II Guerra Mundial, los japoneses se encontraron conque no tenían materias primas, sino japoneses. Decidieron entonces desarrollar ese capital como un recurso humano. Inventaron sistemas para producir con cero defectos. De pronto, le ganaron a todo occidente con sus técnicas de producción.

Cuando Estados Unidos les llevó una reforma agraria mal pensada, repartieron dos millones y medio de tierras productivas entre cinco millones de trabajadores. ¿Qué podía hacer un ser humano en menos de media hectárea? Pero producían y la única forma de que ese trabajador sobreviviera, era poniendo altísimos aranceles para que la competencia externa no los eliminara. Eso tuvo como consecuencia que el costo de vida del japonés sea el más caro del mundo.

¿De dónde viene la denominación la economía de los Tigres Asiáticos?

-En esta economía global, los capitales empezaron a ver que, en las inmediaciones de Japón, había poblaciones con las mismas características de los japoneses: tranquilos, trabajadores, inteligentes, con metas permanentes, con vocación de superación día a día.

Descubrieron que podían hacer lo mismo que hacen los japoneses, a un costo que era la décima parte de lo que cuesta en Japón. Entonces tomaron en cuenta a Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong, Singapur, Tailandia y Malasia. Todos esos países se convirtieron en los Tigres Asiáticos, que tienen el mismo sistema de producción de los japoneses a un costo infinitamente más bajo.

¿Por qué los japoneses no son bien vistos en algunos países?

-Los japoneses tienen dos grandes dificultades. Una es, que nadie se olvida de lo despiadados que fueron, cuando invadieron otros países durante la II Guerra Mundial. Porque si los nazis dejaron cicatrices imborrables, en los países que invadieron, los japoneses hicieron lo mismo. Estas son facturas que, de alguna manera, la historia cobra. Los otros países no se olvidan de lo que tuvieron que soportar, sus poblaciones invadidas por Japón. La armada japonesa salió para invadir Pearl Harbor, de las islas Kuriles, que están al noreste de Japón, el 7 de diciembre de 1941. Cuando terminó la guerra, esas islas, quedaron en manos de la Unión Soviética que nunca se las devolvió. Por eso los japoneses no invirtieron en Rusia.

Si hubiesen invertido, los japoneses habrían accedido a materias primas valiosas, más baratas y, por consiguiente, serían más competitivos. Afortunadamente las islas Kuriles no se las devolvieron y Japón no pudo concretar pacíficamente el dominio del mundo que quería hacer por vía bélica.

Por más que Japón tenga la segunda reserva de dinero del mundo, el ritmo de crecimiento es igual o inferior a las economías europeas o norteamericanas. Por eso Japón es un perdedor en la guerra del siglo XXI.

¿Cuál es el destino de China?

-China e India son ganadoras, porque producen mucho, exportan su mano de obra de altísima productividad, tratando de que sea de alta calidad. Si logran esto arrasarán con los otros competidores.

¿Cree usted que la próxima guerra será de carácter cultural?

-Eminentes estudiosos de las civilizaciones han observado que la próxima guerra será por el choque cultural. Pienso que no será una guerra tan dramática, como la que nos pueden dar los fundamentalistas islámicos u occidentales. Ni los fundamentalistas islámicos, ni los fundamentalistas al estilo de Bush, sirven para la negociación política.

Puedo garantizar que ni los hindúes, que juntan a mil millones de seguidores, ni los budistas que son dos mil millones, se van a meter en guerras por problemas religiosos. Alguna parte de los seguidores del Islam y las religiones judeocristiana, podrían tener fanáticos religiosos. Pero no serán los que mandarán.

Desde el punto de vista cultural, se están produciendo tantos avances, y se han producido y tienen un pensamiento filosófico superior, al de occidente las civilizaciones orientales. Hablamos de Aristóteles y Platón. Y Confucio y otra gente, que los occidentales desconocemos, tienen una sabiduría que no está escrita sino que se transmite de generación en generación.

La filosofía de Confucio le ha enseñado a los chinos y a los asiáticos, que siguen sus indicaciones religiosas, a tolerar, a desarrollar la paciencia. No quieren peleas, sino resultados. Quieren vivir y dejar vivir. Si yo trabajo más, tengo derecho a vivir mejor. Es una regla esencial. Lo que viene es la cultura del trabajo, que la practican los asiáticos desde siempre. Nunca vivieron como los europeos, de la rapiña a África, a Asia y América Latina. Nunca vivieron como los estadounidenses, que están viendo a quien le roban el petróleo. Los asiáticos no le roban nada a nadie porque lo producen.

El futuro de América Latina

-En estos momentos América Latina está en condiciones de alimentar a mil millones de seres humanos todos los años, porque aquí está el 60 por ciento de la soya en el mundo; 40 por ciento de las reservas de pescado. Tenemos el 60 por ciento del mundo vegetal que oxigena al Planeta. Estamos en condiciones de producir más del 60 por ciento de la carne bovina, entre Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay. América Latina necesita una gerencia adecuada de los negocios públicos. Pero tiene que presentarse en forma conjunta para atender los mega mercados del siglo XXI.

Debemos tener un desarrollo económico más equilibrado entre los países para que la renta nacional y regional se distribuyan de manera equitativa.

¿Cómo lo lograría?

-Para atender los mega mercados, tenemos que ir en forma conjunta. De allí la grandiosidad de la obra y de la acción del venezolano, Juan Pablo Pérez Alfonso, fundador de la Opep. Tenemos que imitar su ejemplo y crear una especie de Opep de la soya, de la carne. Entre todos los latinoamericanos, tenemos que entrar juntos a los mercados mundiales e invertir en el hemisferio y lograr que el hemisferio sur pase a ser el hemisferio norte.

-Tenemos un desaprovechamiento de nuestros recursos naturales que es verdaderamente lindante con el derroche.

¿Cuál es nuestro horizonte?

Nuestro error es, no pensar para el futuro, sino para la coyuntura de las próximas elecciones. Tenemos que empezar a razonar como potencias ganadoras, en esta guerra de empresas y competitividad que viene en este siglo XXI. No es una guerra de balazos, sino de eficiencia. Para eso hay que trabajar en las universidades, en las escuelas técnicas.

El entrevistado

Mario Rafael Krause, nacido en Córdoba-Argentina en 1947, se graduó de Licenciado en Ciencias Políticas, Sociales y Diplomáticas en 1969 en la Universidad Católica de aquella ciudad.

Desde 1972, ejerce la docencia en las facultades de Ciencias Económicas y de Administración, Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de Córdoba.

Dicta clases en el postgrado de la universidad de Belgrano. Fue representante de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa, en la primera reunión de Mercosur en Montevideo, como miembro de la directiva de la Sociedad Rural de Córdoba.

Es autor de los libros: “Evolución Política del Poder Mundial”, “La Transformación Sociológica Argentina”, “La Historia del Petróleo y su Proyección en el Tercer Milenio” y “Problemas Políticos, Económicos y Sociales de Latinoamérica”, editado en 2007.