Medicina reproductiva: Introducción

Soy Médico Ginecólogo-Obstetra de base, con un entrenamiento en Medicina Reproductiva realizado en la ciudad de Bogotá, Colombia, bajo la dirección del Profesor Elkin Lucena Quevedo, en el Centro Colombiano de Fertilidad y Esterilidad (CECOLFES), y desde hace 12 años, trabajamos en esta interesantísima disciplina en la ciudad de Valencia (Venezuela), en la sede del Instituto Docente de Urología en el Centro Valenciano de Fertilidad y Esterilidad (CEVALFES), el cual he tenido el inmenso honor de dirigir desde su fundación hasta el presente.

El objetivo de estos escritos, es tratar de dar a conocer, de una manera sencilla, tópicos acerca de los problemas de reproducción que pueden presentar algunas parejas y las maneras de orientarlas, desde el punto de vista de diagnóstico, y de las posibles soluciones terapéuticas que, desde nuestro humilde punto de vista, podrían representar la forma de lograr el éxito en esta compleja tarea y de lograr embarazos, en aquellas parejas que, la vía natural, les ha negado esta posibilidad.

Quizá podríamos preguntarnos, por qué darle tanta importancia a un hecho que, desde el inicio de los tiempos, se ha venido sucediendo de una manera natural y, que todos sabemos, existe un sin número de parejas que han logrado embarazos aún sin proponérselo y, más bien, están en búsqueda de fórmulas para detener el proceso de reproducción.

Por qué dedicarle tanto tiempo y recursos a buscar un embarazo cuando es, por todos conocido, que en nuestras zonas humildes observamos cantidades de niños en condiciones de absoluta pobreza, y hasta en la miseria absoluta, y que, en la mayoría de los casos, sus progenitores, casi siempre la madre, pues es harto conocido el rol matriarcal desempeñado por nuestras mujeres debido al casi constante abandono del padre ante estas situaciones, no tienen los recursos necesarios para la adecuada manutención de los mismos, agravando los múltiples problemas sociales que aquejan a nuestro país.

Todas estas situaciones son del análisis diario en diferentes sitios de todo el orbe. Filósofos, científicos, bioéticos, pensadores, políticos, religiosos y hasta gobernantes, se han ocupado de estos temas; sin embargo, la alegría que produce el nacimiento de un hijo en una pareja que, por muchos años haya intentado su búsqueda y que, por razones que serán motivo de nuestras próximas entregas, no haya sido posible su consecución, casi da por tierra todos los argumentos antes mencionados y, además, cuando una pareja no tiene dificultad en embarazarse, no ha vivido en carne propia el hecho de ser considerada estéril, palabra sumamente fuerte al oído, cuyo significado es que no da frutos, que no produce, y esta situación puede traer problemas de diferente índole en la relación de pareja, y que, no en pocos casos, puede terminar con la disolución de la misma.

Es por ello, que el término esterilidad cada día se use menos, en el lenguaje referente a los problemas de reproducción, introduciendo el de parejas con subfertilidad, debido a que con los avances tecnológicos en esta materia, es poco probable que una pareja a la cual se le analice minuciosamente su problema, y con un diagnóstico acertado, no pueda lograrse con éxito el objetivo propuesto, y que no es otro que lograr traer a la vida un niño sano, con una madre sana, y de esta manera asegurar el deseo de descendencia que es una razón fundamental en la unión entre un hombre y una mujer, constituyendo así una familia que es el núcleo fundamental de la sociedad.

Para concluir estas ideas a manera de introducción, quiero finalizar expresando que, aunque las situaciones que se nos han presentado a lo largo de estos años evaluando problemas de subfertilidad matrimonial, y que, a sabiendas de que los tratamientos para lograr embarazos son complicados, y que las tasas de éxito no son tan satisfactorias, la alegría que nos produce un prueba de embarazo positiva y posteriormente el llanto fuerte de un recién nacido en nuestras manos, así como los rostros de alegría de las parejas y las palabras de agradecimiento de las mismas hacen que sigamos investigando, aprendiendo, estudiando y poniendo en práctica concienzudamente, todo lo aprendido, para lograr una de las actividades más gratificantes que puedan existir, dentro de todo el amplio campo médico, como es ayudar a las parejas con problemas de reproducción, a ser padres de sus propios hijos.