¡Mentira!, ¡Mentira!, es una campaña destinada a atemorizar al pueblo.

El presidente Chávez afirmó que ¨el bolivar no fue devaluado sino revaluado y, que en vez de inflación, la medida produciría deflación¨; en ese instante también señaló, que hay una campaña terrible, destinada a atemorizar al pueblo y hacerle creer, que hay una espantosa devaluación del bolivar y que la gente perdió ya la mitad de su poder adquisitivo o más; ¡mentira!, ¡mentira!. Para complementar la medida de ¨la revaluación¨, el presidente anunció un aumento del salario mínimo que lo elevará en 96,75 BsF en el mes de marzo, y en 150,64 BsF en septiembre, para alcanzar a finales del 2010 un monto de 1.223,89 BsF; y manifestó la disposición de sustituir importaciones apoyando el incremento de la producción interna.

A casi dos meses de la medida, el desempeño de la economía muestra que la inflación supera con creces el % de aumento recibido, que la ¨revaluación¨ anunciada no ha sido tal, y que los precios de los productos regulados y no regulados se han elevado sustancialmente y que el dólar permuta no ha bajado, esa es la realidad de la situación.

Es de imaginar, que no se podrá seguir utilizando aquella fantasía de que teníamos el sueldo mínimo en dolares más alto de Latinoamerica. No obstante, el gobierno sigue afirmando que el efecto inflacionario no superará el 1%, ¿habrá alguién que se crea eso?, no lo sé, pero parece iluso.

Algunos pronosticos de los más avezados en materia económica y social, han proyectado tasas de crecimiento negativas superiores al 2,9% ocurrida el año pasado. Ya en el 2009, por primera vez en cinco años hubo reducción en el consumo, importaciones y exportaciones, lo cual se ha reflejado en la disminución de las ventas de las empresas privadas. El año pasado la única variable que manifestó crecimiento fue el consumo público, y es de esperar que siga asi, ahora que hay mayor capacidad fiscal como resultado de la devaluación y por ser éste, un año electoral.

Durante el período 2004-2008, según la encuestadora Datos, la clase más pobre, es decir la (E), fue la única que incremento su poder de compra, en más del 50%, lo cual impacto en la calidad de vida de la gente. No obstante, en el 2009 esta misma clase redujo su poder adquisitivo en 17%, evidenciandose un retroceso en todas las clases sociales y por tercer año consecutivo vemos un salario mínimo que no crece en términos reales sino que decrece.

Es dificil pensar que el impacto de la devaluación no haya afectado o afectará el gasto del hogar de una familia promedio en Venezuela, a sabiendas de que somos un país que viene dependiendo en los últimos años en gran parte de las importaciones.

El panorama es incierto porque no sabemos que tan efectiva y beneficiosa será la actividad desplegada por Cadivi y el gobierno como un todo. Lo que Cadivi ha mostrado en lo que va del año, es una lentitud que no beneficia ni a la economía ni a la sociedad en general.

Lo que si se observa, son obstaculos a la producción manufactureral, no han aumentado las exportaciones no petroleras, se han incrementado los costos de producción, continuará la disminución del consumo, incremento del desempleo (especialmente el de los jovenes en 20%), y un mayor impacto en el IPC. Y conocido por todos, los problemas de los servicios públicos como las restricciones de electricidad y agua sumados al grave problema de la inseguridad.

Como corolario, por el camino que vamos el impacto económico y social de las medidas fiscales devaluativas no muestra hasta el momento un impacto positivo, al contrario tiene a la sociedad llena de mucha desconfianza e incertidumbre. Toca cruzar los dedos a ver si el precio del petroleo mejora y esperar cambios de rumbo por parte de los gobernantes de turno.