Migraciones venezolanas ¿Delegando Culpas?

Las migraciones se realizan cuando la población sale del lugar de nacimiento a otro, en el caso de nuestro país existen dos tipos de migraciones: las internas y las internacionales. La población venezolana se desplaza de un estado a otro o de una ciudad a otra, debido a varios factores: primero, la masa poblacional busca áreas de mayor estabilidad económica, con mejores fuentes de trabajo, para así obtener un nivel de vida más aceptable; y segundo, en los núcleos urbanos existen mejores oportunidades educativas y efectivos servicios públicos.

En Venezuela se dio un gran auge en la migración extranjera proveniente principalmente de Europa, antes y después de la Segunda Guerra Mundial. De allí en adelante el ingreso de extranjeros al país ha sido continuo, por otra parte han surgido migraciones de países vecinos, con poblaciones que poseen un nivel de vida inferior al nuestro, lo cual origina la entrada de muchas personas indocumentadas.

Las migraciones traen como consecuencia en los lugares de destino, aumentos en el volumen poblacional, en la fuerza de trabajo, en la población económicamente inactiva y en la desocupación, mientras que en los lugares de origen producen una baja de la desocupación, elevada dependencia económica que, sin lugar a dudas, anima el deseo de emigrar.

La información estadística levantada por los censos de 1961 hasta la actualidad permiten comprobar, que a lo largo del tiempo, los flujos migratorios internos han procedido fundamentalmente del medio urbano y en muy baja proporción del rural, lo que nos lleva a afirmar que las migraciones venezolanas son la causa primordial para que nuestros profesionales, talentos, juventud y grupos familiares decidan trasladarse a otro país en busca de una “mejor calidad de vida”.

Ahora bien, si analizamos las emigraciones por parte de ciudadanos venezolanos al exterior del país, nos daremos cuenta que una de sus principales causas ha sido el desempleo, la inseguridad y el miedo a las posibles políticas que el actual Gobierno pueda implementar. La mayoría de los casos de emigración surgieron luego del paro petrolero ocurrido en diciembre del 2002, donde muchas empresas privadas quebraron, viéndose en la obligación de dejar sin empleos a grandes cantidades de personas, además de la larga lista de “Tascón” que tanto perjudicó a profesionales en su búsqueda laboral, sólo por nombrar algunos casos.

Por otro lado la Unión Europea, (U.E.), explicó a la Comunidad Andina que la directiva comunitaria sobre el retorno de inmigrantes irregulares refuerza «la seguridad jurídica» de estas personas, a la vez que se intenta garantizar que los inmigrantes legales tengan los mismos derechos que los ciudadanos comunitarios. En una carta dirigida a los cancilleres de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, la UE intentó tranquilizar a esos países reafirmando el «fuerte compromiso» europeo con los derechos humanos y la lucha contra el racismo, la xenofobia y el tráfico de personas.

Ahora sería necesario preguntarnos ¿De verdad esa directiva de retorno le ofrecerá la “seguridad jurídica” y la igualdad de derechos humanos entre los inmigrantes y los ciudadanos nativos?, ¿Cuál es el empeño del continente europeo en culpar a los latinos y viceversa? ¿nadie puede asumir las consecuencias de los errores de cada gobierno?, todo eso trae como consecuencia que sus nativos, su gente, jóvenes, profesionales, talento nacional decida, entonces, emigrar.

La crítica de este reportaje sería para todos los gobernantes del mundo, latinoamericanos y europeos, para que dejen a un lado el egoísmo y la delegación de culpas, que asuman sus roles y propongan leyes que contribuyan al desarrollo socio-económico de los países de origen para que sus ciudadanos puedan tener mejores condiciones de vida sin estar obligados a abandonar su país; así como también promover la integración de los inmigrantes, de manera que cuenten con derechos equivalentes a los de los ciudadanos nativos.

Para finalizar, puedo concluir que hoy el tema de la inmigración no se puede reducir «a la instancia seguridad», se debe crear un proyecto «fundado en el equilibrio de derechos y deberes». Existe en el mundo una «desorientación innegable» en cuanto a la inmigración, tema que requeriría más «lógica y coordinación» que medidas de emergencia centradas en la seguridad. Lo que se necesita es un proyecto fundado en el equilibrio de derechos y deberes, entre seguridad e integración, que produzca medidas idóneas para afrontar el tema.

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