Moisés Mata: La crisis financiera mundial era inevitable

El experto en finanzas y profesor de la Universidad Nacional Experimental de Los Llanos Occidentales “Ezequiel Zamora” (UNELLEZ), Moisés Mata, explica que posiblemente una vez que se recupere la inversión de rescate de la inevitable crisis actual, el mercado hipotecario volverá a desorganizarse.

¿Por qué la crisis que surge en Estados Unidos y evoluciona en un problema para Europa y América Latina?

Nuestro entrevistado, frente a esta interrogante responde de la siguiente manera: ”Es un problema para Europa, porque sus bancos hipotecarios y comerciales de mayor tamaño tienen en sus activos una alta exposición a las hipotecas subprime. Dado que estos activos no tienen ningún valor, es fácil deducir que el sistema bancario europeo tiene una alta exposición al pago de sus respectivas deudas. Tal situación de insolvencia es de suyo más grave en Europa que en Estados Unidos. Bástese con comparar el costo hasta ahora efectivo del rescate financiero: en Estados Unidos es de 250 mil millones de dólares, mientras que en Europa es de 347 mil millones de dólares. No se tiene noticias del costo del rescate financiero en América Latina, lo cual da cuenta de la baja exposición de los activos de la banca latinoamericana a las hipotecas subprime. El problema para América Latina vendría dado por la pérdida de valor en el mercado de futuros de sus materias primas. Mientras siga bajando el precio de las entregas a futuro de materias primas, menor va a ser la relación reservas internacionales/deuda externa, por lo que aumentaría en América Latina la exposición financiera de insolvencia. De las economías latinoamericanas, Argentina pareciera ser la más expuesta. Recientemente el gobierno argentino anunció la estatización de los fondos privados de jubilación, quizás previniendo un nuevo default, (cesación de pagos).

¿Golpeará al bolsillo de los ciudadanos venezolanos?

“La economía venezolana se vería afectada, en el sentido que ya hemos indicado de la pérdida de valor en el mercado de futuros de materias primas, que en el caso venezolano se traduce en la disminución del precio de las entregas a futuro del barril de petróleo. El precio del barril de petróleo en el mercado de futuros, está disminuyendo significativamente, lo que, dado el nivel de deuda externa, es un indicativo de la alta exposición a la insolvencia que la economía venezolana tendría a lo largo del tiempo que dure la crisis financiera global. Por ejemplo, al segundo trimestre de 2008 la relación reservas internacionales/deuda externa a largo plazo es de 0.84 (34.335 mil de dólares/40.872 mil de dólares). Es decir, por cada dólar de deuda externa a largo plazo se dispone de 84 centavos en reservas internacionales, lo cual da cuenta de la mala situación de solvencia que a largo plazo tiene la economía venezolana. Una situación ideal de solvencia sería, que por cada dólar de deuda, se disponga en reservas de dos dólares. Esto implicaría disponer en reservas de dos veces la deuda externa de largo plazo, (81.744 mil de dólares). O, por el contrario, tener en deuda la mitad de las reservas internacionales, (17.167,5 mil de dólares). El bolsillo de los venezolanos se vería afectado en términos de un muy posible recorte presupuestario en los gastos funcionales del Estado para el año 2009. Recordemos que el presupuesto 2009 está calculado sobre la base de 60 dólares el barril. Hasta donde podemos anticipar, el recorte de producción en 130.000 barriles diarios no contendrá por mucho tiempo la caída del precio por encima de los 60 dólares. En suma, recortes significativos en gastos de seguridad y defensa, educación, salud, vivienda, infraestructura, entre otros, es lo que cabría esperar para el año 2009”.

¿Qué se puede esperar ahora?

“Se puede esperar una recuperación –categóricamente el Prof. Mata responde– . Pero la recuperación de la crisis financiera la tiene prevista el FMI, (Fondo Monetario Internacional), para el cuarto trimestre del 2009. Si esto es así, tendríamos una prolongada recesión de 6 trimestres consecutivos, lo cual hace suponer, al menos, que el FMI se equivoque en la estimación, que la crisis financiera impactará la actividad económica real. Hasta ahora, no se tienen noticias de que los activos financieros de las industrias tengan algún tipo de exposición a las hipotecas subprime. La pérdida de valor de los bonos comerciales de la industria automotriz, es una indicación de la preferencia de los inversores por la liquidez ociosa; esto es, de tipo especulativa. Al parecer, se requiere de un mayor arbitraje de los gobiernos para corregir este visible fallo del mercado internacional de capitales”.

¿Se ha podido evitar la crisis?

“Bajo el sistema de desregulación financiera norteamericana, la crisis era inevitable”, puntualizó nuestro entrevistado, además agrego lo siguiente: “La actual crisis se originó en el mercado de deuda hipotecaria. Pero no es la primera vez que en Estados Unidos se origine una crisis financiera en este mercado. Ya para el año de 1985, producto precisamente de una desregulación del mercado de hipotecas, Estados Unidos tuvo una crisis similar, que no tuvo los alcances de la actual, en virtud de que los bancos comprometidos eran entidades de ahorro y préstamo de menor tamaño. S&L de Ohio y Maryland eran los bancos comprometidos, no Fannie Mae y Freddi Mac. A 150.000 mil millones de dólares alcanzó el costo del rescate financiero en 1985. Producto del costo de rescate de la actual crisis, que es mucho más costoso que en 1985, cabría esperar una regulación más estricta del mercado de deuda hipotecaria. Pero, mucho me temo, que una vez que se compense el costo de rescate de la actual crisis, el mercado de hipotecas norteamericano volverá a un nuevo período de desregulación”.

¿Surgirá algún beneficio?

Aunque no dudo de los beneficios microeconómicos derivados de la actual crisis, como por ejemplo, que Goldman Sachs y Morgan Stanley hayan cambiado su razón social de bancos de inversión a bancos comerciales, con lo cual los depósitos de sus clientes estarán ahora protegidos por el sistema de regulación y garantías de depósitos de la FED, (Reserva Federal), pienso que todavía es muy prematuro para hablar de los beneficios netos derivados de la actual crisis financiera. Habría que esperar la magnitud del impacto en el mercado de la industria, en el de las materias primas, y en el de divisas. Ya sabemos que la crisis financiera impactó al mercado automotriz, al mercado petrolero y al euro. Lo que no sabemos es cuánto durará.

¿Qué hacer?

“¿Qué hacer? es la pregunta que siempre se hace el liderazgo político en los momentos de crisis. Momentos en verdad inadecuados para la adopción de decisiones públicas. El costo puede ser muy alto, si la decisión de políticas públicas resulta ser inconveniente. Pero los beneficios pueden ser también muy altos, si la decisión es conveniente. La conveniencia de una decisión, no solamente está determinada por el costo financiero de una crisis, sino que también lo está, por el costo político de la misma. Por ejemplo, en la reciente cumbre de Pekín, el primer ministro chino Wen Jiabao abogó por la aplicación de un sistema de regulación más estricto, que subordine los intereses de la innovación financiera a los intereses de la economía industrial. Si esta propuesta se impone en la cumbre del 15 de noviembre en Washington, el Gobierno chino marcará la pauta y se convertirá así en el gran beneficiario de la reforma de los organismos e instituciones financieras internacionales, que es el tema del encuentro propuesto por el presidente Bush. Sea como fuere, de la cumbre del 15 de noviembre seguramente surgirá un nuevo Consenso de Washington”.

Nuestra pregunta final al Dr. Mata, fue la siguiente: ¿Cuáles serían los indicios que anticiparían una América Latina mejor?

“Los indicios serían, sin lugar a dudas, el que los gobiernos de América Latina decidan recomprar sus deudas de largo plazo. Los gobiernos de América Latina tienen que anticipar, como ya lo anticipó el Banco Mundial, que es sólo cuestión de tiempo para que la crisis financiera global, también impacte al mercado de deuda soberana, que es el mercado de deuda pública externa. Producto de la crisis de deuda soberana de Argentina en el 2001, y de Brasil en el 2002, cabe suponer que sus respectivos gobiernos se anticipen a una nueva crisis de deuda soberana. El gobierno de Venezuela debería hacer otro tanto. El anticiparse significa, calcular el valor presente de la deuda en una situación de crisis financiera como la actual, en la que, sea menester repetirlo, la disminución de las tasas de interés no ha tenido el efecto teóricamente esperado, de aumentar el valor de los bonos. Por el contrario, el valor de los bonos disminuye. Por tanto, y por paradójico que parezca, activar un programa de recompra en una situación, en la que los acreedores muestran tener una mayor preferencia por el dólar como reserva de valor, no puede menos que ser un beneficio derivado de la actual crisis financiera”.