Motivación y aprendizaje organizacional

La motivación es un tema de interés universal, es así como encontramos que desde los griegos hasta la actualidad; la filosofía, la ética, la biología, la religión, la moral y la ciencia, han tratado de conocer o identificar lo que realmente motiva a una persona, es decir, cuál es la causa de su conducta.

Es a través de esa incesante búsqueda, que se han planteado interrogantes tales como: ¿Qué inicia el comportamiento?, ¿Cómo se sostiene el comportamiento en el tiempo?, ¿Por qué está dirigido a ciertos fines y no otros?. Una vez iniciada la conducta ¿Cómo se detiene?, ¿Qué fuerzas determinan la intensidad de la conducta con el tiempo?, ¿Cuáles son las diferencias motivacionales entre individuos y cómo se producen tales diferencias?.

Producto de las anteriores inquietudes, surge la necesidad de explicar los factores que son capaces de provocar, mantener y dirigir la conducta humana hacia determinados objetivos. Ya en este punto, la motivación pasa de ser un término con el cual se especuló demasiado, hacia algo más concreto, capaz de explicar un fenómeno que no se puede palpar y que sólo se puede explicar a través del comportamiento o conducta de las personas.

Son muchos los autores y las teorías que desde diferentes perspectivas han intentado abordar tan complejo fenómeno. Unos focalizando su atención en los aspectos ambientales o externos que lo determinan y otros a los internos propios del ser humano, veamos lo que dicen algunos de ellos:

Para Schunk (1997), la motivación es el acto de propiciar y mantener una conducta orientada a las metas.

Según Reeve (1998), la motivación es una causa hipotética de la conducta inducida por las condiciones ambiéntales o que se puede inferir de las expresiones conductuales, fisiológicas y de auto–informe.

Daft y Steers (1999), argumentan que el término motivación se deriva del latín movere, que significa mover. Dentro del marco laboral, la motivación es aquello que energiza, dirige y sostiene el comportamiento humano. Esta definición enfatiza tres aspectos distintos de la motivación. 1) La motivación representa una fuerza energética que impele a las persona a comportarse de determinada manera; 2) este impulso está dirigido hacia algo; es decir, la motivación tiene una fuerte orientación hacia el logro de metas; y 3) la motivación posiblemente se puede entender mejor desde una perspectiva de sistemas; o sea, para entender la motivación humana es necesario examinar las fuerzas dentro de los individuos y sus entornos, que les suministran retroinformación y refuerzan su intensidad y dirección en el trabajo.

Ahora, refiriéndonos al Aprendizaje Organizacional, encontramos a Schunk (1997), quien dice que aprender es un cambio perdurable de la conducta, o en la capacidad de conducirse de manera dada como resultado de la práctica, o de otras formas de experiencia.

Un criterio para definir el aprendizaje, es el cambio conductual o cambio en la capacidad de comportarse. El término “aprendizaje” se utiliza cuando alguien se vuelve capaz de hacer algo distinto de lo que hacia antes.

Schaff-Johnson (1993), citada por Aramburu (2000), identifica la Organización que aprende con: “ Una nueva forma organizativa emergente (opuesta a la jerarquía tradicional) que reconoce el conocimiento y los trabajadores del conocimiento como el nuevo recurso principal del planeta, y que produce algo (producto / servicio) además de producirse a sí misma”

Schunk (1997), hablando sobre el aprendizaje motivado, indica que aunque todos los puntos de vista sobre la motivación tienen relevancia para el aprendizaje, la teoría cognoscitiva social y otras corrientes que incorporan procesos de cognición social han prestado considerable atención a la relación entre motivación y aprendizaje. El aprendizaje motivado, es la motivación para adquirir habilidades y estrategias, antes que para ejecutar las tareas.

Se identifica el aprendizaje motivado, como la motivación para adquirir habilidades y estrategias, que inciden directamente sobre un proceso de aprendizaje organizacional en el cual se comparten ideas, experiencias y conocimiento tácito a través de la socialización del conocimiento.

El Aprendizaje Organizacional, es una herramienta que se convierte en una ventaja competitiva para aquellas organizaciones que son capaces de generar aprendizaje dentro de la organización, a partir de sus propios integrantes.

Para que se pueda dar la transferencia del conocimiento del nivel individual al grupal y, posteriormente, al organizacional, la motivación de los individuos es un factor preponderante, llevando a un aprendizaje hacia la acción, a modificar y/o transformar procesos existentes a través de las competencias generadas.

Las organizaciones deben interesarse en conocer los determinantes de la motivación de sus empleados, de tal suerte que el compartir el conocimiento lleve a la organización a generar una cultura de convivencia que permita generar conocimientos, habilidades, experiencia a nivel interorganizacional.

Factores como la estructura organizacional, el clima organizacional, la cultura, el tipo de comunicación, entre otros, influyen dentro de un proceso de aprendizaje organizacional. Una estructura flexible, una cultura basada en el compartir, un buen ambiente organizacional, aunado a unos canales de comunicación adecuados, facilitarán la creación del conocimiento organizacional.

Referencias:

Aramburu, G. N. (2.000). Tesis Doctoral: un estudio del Aprendizaje Organizativo desde la Perspectiva del Cambio: Implicaciones estratégicas y organizativas. Universidad de Deusto.

Daft, R. L. y Steers, R. M (1999). Organizaciones : el comportamiento del individuo y de los grupos humanos. México: Limusa.

Reeve, J (1.998). Motivación y emoción. México: McGraw Hill

Schunk, D. H (1997). Teorías del Aprendizaje. México: Prentice Hall.