Muesca, se le ven las patas al perico

Como en el “Truco”, que jugábamos en mi querida Barcelona, este desgobierno ha quedado en evidencia, no hay sorpresa.

Desde su gestión interna: se hace de un cuerpo de paramalandros, a quienes saca antes del Referéndum, a generar focos de conflictos: agreden a personalidades, a los estudiantes que protestan, disuelven las reuniones de los partidos de oposición, con lo cual crean un ambiente de incertidumbre y miedo en la población.

La intención muy clara, sembrar en el subconsciente de la población que si gana el NO, habrá violencia. Todo el mundo sabe que estos grupos son mantenidos, financiados, cobijados y hasta alcahueteados por el Gobierno.

Siendo así, los regañan e insultan y reniega de ellos; al unísono se escucha un eco, el presidente del PSUV: “…condenando los violentos de las piedritas…”; imagino que verían algunas encuestas, donde no salía favorecida la violencia, acto seguido salen a protegerse, creyendo que ¿la gente es tonta?. Ellos mismos se han encargado de evidenciar sus cuerpos armados, porque era el brazo armado de la revolución y, ahora ¿no lo es?,

“…Chávez ha confundido su propia historia personal con la del país…El Estado más que convertirse en un actor político se ha transformado en un promotor…de la industria personal de Hugo Chávez Frías…” (Alberto Barrera Tyscka, El Universal, 08-02-2009). A nuestro juicio, no hay mejores palabras para describir la actitud presidencial, el Estado venezolano no es Hugo Chávez. Lo que si es, es un gobierno malandro y fuera del orden legal.

De cara a su relaciones externas: celebra la valiente acción del pueblo iraní por el 30 aniversario de la revolución Islámica, (ideal de independencia y soberanía, según el Presidente por supuesto), país que reiteradamente ha declarado la desaparición física del pueblo judío; envió recientemente millones de dólares, en ayuda “humanitaria”, ¿por el Cólera o para la celebración con caviar y champaña que abusivamente celebró el dictador de Zimbawe? Pero lo que no dicen, son los índices de esperanza de vida: 43/44 años, probabilidad de morir antes de los cinco años: 85%, mortalidad infantil: 58%, en ese país; donde la mayor preocupación de la dictadura, es mantenerse en el poder y gastar en acabar a sus adversarios, pero no en salud, hecho que tiene a esa nación, en la más absoluta miseria con un crecimiento anual 2007 de: -6,1%, PIB por habitante de US$188, de elección en elección y de fraude en fraude lleva 30 años gobernando; pero el Cólera no es su responsabilidad, es de Inglaterra, que la infiltró, al igual que EE.UU. infiltró la Malaria en Venezuela, (cualquier parecido es pura coincidencia); su entrega total a Fidel Castro a quien tiene como ejemplo a seguir. ¿Dime con quién andas y te diré quien eres?

Entonces, realmente Chávez no nos ha engañado. Lo que pasa es que el pueblo, como los enamorados, se negó a ver quién era realmente Chávez y le daban hasta atributos: “…es un hombre de buenos sentimientos, se preocupa por los pobres, es el único…”, me decía una amiga exchavista.

En esta puesta en escena, el Presidente utiliza la parodia para engañar, pero se le ven las patas al perico, dicen en Truco. En el comportamiento diario de una persona, por más representación, se ven señales, las cuales obviaron como buenas enamoramos. ¡Ah!, pero cuando se dan cuenta, propio del ser humano, buscan otros esquemas y, por supuesto, otros amores, (nadie se muere de amor).

Estos son momentos de crisis económica en el mundo, buenos para repensar lo que hemos hecho hasta ahora y reflexionar si está bien, o si necesitamos reinventar la política en nuestro país, para ejercerla desde la gestión pública, la transparencia, con participación ciudadana, programas de desarrollo económico, apoyo al sector privado, redistribución equitativa de riqueza y, lo más importante, desde una actitud honesta en el ejercicio de los valores democráticos.

Lamentablemente no tengo una bola de cristal, pero sí la convicción de que este Gobierno, como los novios malos ha quedado desenmascarado frente a la sociedad venezolana.

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