Museo de esculturas submarinas: Un método para salvar el ecosistema marino

Se trata de 400 esculturas, copias exactas de los habitantes costeros de las ciudades de Isla Mujeres y Cancún. El autor de la exposición, el particular escultor y artista británico Jason De Caries Taylor, consiguió en su obra una semejanza casi fotográfica: según los testigos, las esculturas tienen la misma altura que las personas que copian y «parecen vivas».

Jason De Caries Taylor, empezó a crear su exposición en noviembre pasado, cuando colocó en el fondo del mar en Cancún, sus primeras tres esculturas. El proyecto se realiza meramente, por las donaciones del pueblo y las compañías locales. Las primeras 100 figuras le costaron al escultor unos 350.000 dólares.

‘La evolución silenciosa’
La exposición, situada a una baja profundidad (unos 9 metros), se titula ‘La evolución silenciosa’ (‘The Silent Evolution’) y persigue el noble objetivo de conservar la naturaleza: recuperar el ecosistema que sufre destrucciones de los submarinistas.

La palabra ‘evolución’ se usa no por casualidad: el material básico con el que se construyen las esculturas es el hormigón, que tiene el mismo índice de pH que el agua del mar. Este factor, junto con la superficie porosa de las figuras, confiere un ambiente ideal para los seres marítimos como, por ejemplo, los pólipos que tienen esqueleto de cal, medusas o anémonas de mar. Así, la exposición adquirirá un aspecto fascinante y será muy parecida a los corales.

Jason espera, que la naturaleza elabore definitivamente su obra y ‘La evolución silenciosa’, no sólo sea un parque de esculturas, sino también un buen sustituto de los arrecifes de coral, ya que conservará este fenómeno único de la naturaleza y, al mismo tiempo, aumentará el flujo turístico en la zona.

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