Neurodidáctica: Aprender Desarrollando El Cerebro

En los últimos 20 años, la neurociencia ha alcanzado gran importancia, y su popularización ha permitido, una “bajada” a otras ramas del saber. Esta bajada hacia otras especialidades, está sirviendo de soporte a la computación, la psicología (para quienes la consideran ciencia), la robótica y últimamente la pedagogía entre otras.

Antes de continuar con la temática del artículo, se considera necesario hacer una diferenciación, se considerará entonces como docente, a aquellos profesionales de formación no pedagógica, que ejercen labor instructiva en una o más instituciones educativas. Se entenderá como relator, a aquel individuo que dada su habilidad en alguna materia, se le ha consignado dictar una o varias charlas, sobre sus áreas temáticas en las que es especialista. Por último el educador es aquel profesional de formación pedagógica, que ha sido formado especialmente para facilitar el aprendizaje y/o gestionar en educación.

El punto importante en este artículo, está dado por el contexto actual y el cuestionamiento al presente rol del educador, el que ha sido desdeñado a empellones por ingenieros, sociólogos y psicólogos que tienen en la mayoría de los países latinoamericanos, una formación científica y técnica, más rica que la de los educadores. Pensando en que cuando uno tiene un problema de salud, acude a un médico, o cuando tiene un problema de construcción, acudiría a un constructor civil, etc. Cuando uno tiene un problema con la educación de sus hijos ¿Piensa inmediatamente en un educador?, probablemente no. Tal vez, como padre, hasta a mí me merezca más confianza un psicólogo y lo más cercano que llegaré a un educador es a un psicopedagogo.

Esto, en principio no es culpa de los educadores, sino de esos gestores (ingenieros, sociólogos y psicólogos) ,que por años se han hecho cargo de la tarea educativa, y que no han logrado un equilibrio entre la formación en ciencias de la educación, y la formación en la especialidad, en la que el educador basará su quehacer o sobre lo que “enseñará”. Lo anterior, da como resultado que: por ejemplo, un profesor de matemáticas licenciado, sea medianamente experto en educación y rebasado ampliamente en conocimientos matemáticos por un ingeniero. Para complementar y seguir ejemplificando esta problemática, citaré en forma textual el veredicto de una agencia acreditadora que se refiere a una universidad chilena: “no ha sido posible superar la tensión existente entre formación pedagógica y formación especializada, problema reiterado en los procesos de acreditación y reconocido por todos los estamentos.”(1) .

Si bien en principio, la responsabilidad de la problemática antes expuesta, no es de los educadores, una vez éstos formados, con postgrados a su haber y con su experiencia, no han sido capaces de formar un educador que realmente sea experto en lo que debería, esta competencia debe estar basada en comprender cabalmente el cómo aprendemos, pasando por la psicología y la neurociencia, para formar desde ese conocimiento profundo, ser experto en diseñar metodologías y estrategias didácticas.

Ya en el año 2003 en Alemania se habló de fracaso escolar, dado que este país se encontraba en los últimos lugares del informe PISA de la OCDE. Justamente, este fracaso se atribuyó a las estrategias didácticas que se estaban utilizando entonces, es decir, no estaba siendo bien dominado el cómo se enseña, ni el cómo se aprende. Políticos y gestores educacionales, volcaron sus esperanzas a investigaciones como la del profesor Wilfried Gruhn, de la University of Music Freiburg de Alemania. Investigación que se apoya, en los nuevos conocimientos que brinda la neurociencia, en el aprender y el entender, aportando a la enseñanza de la música, una base sólida en el estudio del estado mental, en vez de cómo el mismo Dr. Gruhn señala: “centrarse en una mera esperanza, de que la música hace algo bueno al cerebro”.

En la humilde opinión del autor de este artículo, no se enseña, más bien se facilita el aprendizaje, pero esos términos, como “proceso enseñanza-aprendizaje” o “mejorar la calidad de la enseñanza”, denotan la ignorancia que existe y la falta de reflexión sobre el hacer(2) por parte de los pedagogos, que de haber tenido lugar, no tendríamos a profesores del siglo XX, “enseñando” en el siglo XXI con metodologías del siglo XIX (con suerte).

Creo que en Latinoamérica, es necesario hacer lo que ya hace 3 años se comenzó a hacer en Alemania, a mezclar las ciencias cognitivas y la neurociencia con la educación, valiéndose de estas ramas, para diseñar estrategias didácticas y metodológicas más eficientes, que no sólo nos aseguren un teórico y filosófico “aprendizaje significativo”, sino que vayan de la mano con un mayor desarrollo cerebral y psicodinámino, términos que para muchos educadores y docentes, (como lo fueron alguna vez para mi), son absolutamente desconocidos(3) .

Cuando aprendemos cambian nuestros circuitos cerebrales y nuestra estructura de personalidad, es aquí donde humanismo y “ciencia dura”, deben tomarse las manos y apoyar las nuevas ciencias de la educación.

Es evidente, que la investigación cerebral puede mejorar en la práctica el aprendizaje en escuelas y universidades, pero es responsabilidad de los educadores, manifestar interés por la “neurodidáctica”, que es como se ha apodado este derivado de las neurociencias. Por otro lado, es responsabilidad de anatomistas, neurólogos y neurocientíficos en general, el ayudarles a los educadores a comprender el sistema nervioso central, a manejar la terminología, los aspectos morfofuncionales y fisiológicos, la anatomía del cerebro, a leer imágenes para la valoración cerebral, etc. Todo lo antes dicho, para potenciar la educación y facilitar el aprendizaje, sin dejar de ver, que hay cosas del humanismo psicológico, que la neurociencia aún no ha logrado explicar y por ello también debemos capacitarnos en dichos temas.

(1) Comisión Nacional de Acreditación, “Acuerdo de acreditación institucional Nº 65”, 2006, Chile

(2) Se recomienda ver entrevista realizada a Humberto Maturana, sobre “la reflexión sobre el hacer”, disponible al 24 de Julio del 2006 en http://www.youtube.com/watch?v=Y4QDajqeTJs

(3) Se recomienda la siguiente lectura: JENSEN ERIC, “Cerebro y Aprendizaje: Competencias e implicaciones educativas”. Editorial Narcea. Madrid 2004

Referencias bibliográficas

Comisión Nacional de Acreditación, “Acuerdo de acreditación institucional Nº 65”, 2006, Chile

Organización Para la Cooperación y el Desarrollo Económico, “Informe PISA”, 2003

XXVIth ISME International Conference – Tenerife, Spain, 11 – 16 July 2004

Friedrich, Gerhard y Preiss, Gerhard, Art. “Neurodidáctica”, Revista Mente y cerebro: 4 –Esquizofrenia, 2003, España

Schumacher, Ralph, Art. “Neurodidáctica”, Revista Mente y cerebro: 20 -Aprender a hablar, 2006, España

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