No es que esta caro, es que se gana muy poco. Los peores salarios del planeta son los de Venezuela

Finalmente, en nuestro país urge no solamente controlar el monstruo inflacionario mediante el aumento de la productividad sino también un incremento general de salarios dignos que se acerque al menos al del promedio de Latino América

Clemente Balladares.- Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2015) el salario promedio de la fuerza laboral del planeta, incluyendo obreros hasta profesionales, es de unos 1.350 dólares americanos por mes. En Venezuela, a la tasa real de cambio, sería de unos muy pobres US$ 30  mensuales, apenas un dólar por día.

Ahora los precios no subsidiados de la mayoría de los bienes están dolarizados al precio real, ya que obviamente, según entienden mejor los economistas, los productos regulados o controlados son muy pocos y por supuesto de altísima demanda. La mayoría de los venezolanos compramos productos a cambio real, de allí el desbalance entre lo que percibimos contra lo que necesitamos comprar.

La canasta básica según el CENDA –Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores- en octubre 2014 era de BS. 26.576 (US$ 144) Solo comparen con el ingreso mínimo.

Muchas veces la gente dice: –Qué caro está tal cosa! Y el enunciado generalmente viene de alguien con salario muy magro, escasamente más de dos ingresos mínimos a lo sumo. Mi respuesta es: –No es costoso, es que se gana muy mal.

Lo dramático del informe de la OIT es que, en años recientes a nivel mundial casi todos los países que han aumentado su productividad también han tendido a mejorar los salarios en todas las escalas, no así en Venezuela.

El panorama de los profesionales es más grave aún, ya que las mismas remuneraciones a nivel gubernamental son devastadoras, siendo caso patético el de los profesores universitarios, técnicos y científicos. Una escala elaborada por el Grupo Page sobre remuneraciones profesionales en Latino América, revela que los gerentes, médicos e ingenieros son los mejor pagados en la región. Igual sucede en nuestro país. Sin embargo, la diferencia con nuestros vecinos es abismal. Solo los consultores privados obtienen un equivalente que igualmente sigue siendo inferior al de todos nuestros vecinos (a excepción de Cuba), pero la mayoría de estos técnicos en el Estado perciben mucho menos incluso que los obreros.

Realmente en Venezuela no solamente los ingresos son extremadamente bajos, si no que se ha aplicado una especie de castigo salarial contra el personal más tecnificado. Un profesional de ambiente en Brasil para empresas petroleras llega a ganar US$ 17.937, pero en esta “tierra de gracia” solo alcanza máximos de 375 dólares en ejercicio privado, en el Gobierno no llegaría a US$ 50 mensuales. A los trabajadores básicos se les reconocen horas extras, muchos beneficios y bonos que logran llevar su salario hasta 6 veces el mínimo de la ley, amén de los cesta tickets. Por ejemplo, en la Electricidad de Caracas, un obrero puede pasar los BS. 24 mil, más Bs. 7 mil de cesta tickets. No es para pensar que es gran cosa, únicamente que en contraste con muchos empleados que deben entrenar, coordinar y supervisar a los trabajadores, generalmente gana muchísimo menos. Y a ellos se les niegan horas extras y bonos de productividad.

Una búsqueda simple por Internet en inglés, de los peores salarios del mundo para 2014, apunta que muchos países africanos tienen ingresos inferiores a 500 dólares mensuales, Bangladesh paga la mitad de esto y en Cuba unos US$ 108. La peor remuneración del planeta está calculada para Corea del Norte en US$ 35.

He preguntado a doctores, cuánto gana solo por consultas 4 días a la semana y, sin operaciones, pasan los BS. 125mil (US$ 675). Un taxista logra más de BS. 35mil por mes, ciertamente es una dura labor seis días a la semana y arriesgando, incluso, la vida en las peligrosas noches de nuestras ciudades. Un albañil puede hacer el doble que un taxista.

Es verdad necesitamos quien asée el quirófano, quienes arreglen la tubería, e igual son vitales los choferes que ayuden en traslados, pero… ¿Y qué queda para los maestros que enseñan a nuestros hijos, los profesores universitarios que forman todas las profesiones y otros técnicos que realizan igual de nobles labores en Venezuela?

Finalmente, en nuestro país urge, no solamente controlar el monstruo inflacionario mediante el aumento de la productividad, sino también un incremento general de salarios dignos que se acerque al menos al del promedio de Latino América.

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