No estaba muerta andaba de parranda

En un momento se dijo que una cierta página web extranjera – que publica diariamente la relación de cambio entre el bolívar y el dólar – era la causante de todos los males que enfrentaba la economía venezolana.

Poco después el discurso cambiò: se pasó a decir que esa perversa página web había sido derrotada. Más de alguno, que nunca falta, seguramente llegó a pensar que sería bueno proponer un desfile de honor, en que las tropas victoriosas que habían participado en esa singular batalla entraran desfilando a Caracas para recibir el calor y el aplauso del pueblo entusiasmado y agradecido.

Pero resulta que esa página web no estaba derrotada. No estaba muerta, sino que andaba de parranda. Sin previo aviso, el bolívar pasa a tener en esa siniestra página una cotización con el dólar que sin duda alguna debe preocupar a aquellos que piensan que los grandes problemas que enfrenta la economía venezolana tienen que ver con lo que publica o deja de publicar una cierta página web, de los cientos de páginas web existentes en el mundo que publican comentarios e informaciones sobre la economía venezolana.

¿Porque la fulana página web volvió a dar datos alcistas sobre la relación entre el dólar y el bolívar fuerte? Algunas hipótesis que se pueden esbozar al respecto serían las siguientes: primero, la situación política. Pareciera que una cantidad importante de empresas y ciudadanos venezolanos se convencen de que es mejor esperar que la aguas se aquieten pero con sus churupos fuera del país. Salga sapo o salga rana, es mejor esperar afuera. En segundo lugar, la situación económica. Hay empresas que tienen compromisos en dólares y tienen que pagarlos a cualquier precio, pues las relaciones con sus proveedores internacionales son suficientemente valiosas como para no ponerse graciosos en ese campo. También hay empresas que necesitan insumos para mantener sus actividades productivas dentro del país, y compran dólares para adquirir esos insumos, convencido de que podrán resarcirse posteriormente de esos gastos por la vía de los precios finales que le pongan a sus productos. La política que se comienza a implementar – aun cuando sin mucha bulla- de permitir importaciones de bienes que posteriormente se venden a precios de mercado internacional, favorece ese tipo de operación. En tercer lugar, la mala imagen. El episodio de la renegociación de los bonos de Pdvsa, y el nivel no precisamente elevado de las reservas del Banco Central de Venezuela, contribuyen poderosamente a vender la imagen de que las cosas no están muy buenas. De que dólares no hay, o son muy escasos. Y lo escaso tiende a subir de precio. Una cuarta hipótesis: la apertura de la frontera con Colombia ha contribuido a que el bolívar se haga abundante en las ciudades fronterizas y eso hace que su `precio baje. Una última hipótesis: la liquidez monetaria parece retomar su ritmo acelerado de crecimiento, pues el gobierno no puede vivir sin déficit y sin emisión monetaria, y parte importante de esa liquidez se traslada al mercado cambiario.