No tengo sencillo. ¿Y quién nos protege?

Aun cuando se supone que el dueño de algún negocio, (cualquiera que sea), está en la obligación de cumplir con dar el vuelto reglamentario, se escucha todo el tiempo: “¿tiene los doscientos, tiene los cincuenta, etc.?”

El caso es que la mayoría de los comerciantes cobran más, no menos. Por ejemplo, los estacionamientos con el aumento del IVA, deberían cobrar por el mínimo de una hora, 1,12 bolívares; pero como nadie tiene los 20, es más fácil ,(para ellos), cobrar los 1,20. Nadie dice nada, y menos cuando estamos esperando, (para variar), en una cola, locos por salir y llegar a casa, o al destino inmediato.

Hasta en el banco, en días pasados y sin avisar siquiera, luego de salir y corroborar el dinero, me he dado cuenta de que me faltaban 50 céntimos de Bolívar. Las empresas de correo privado, además de que aumentan el envío cuando quieren y de una manera exorbitante, casi nunca tienen para dar el vuelto, y, por supuesto, “se lo quedo debiendo”.
De todas estas situaciones, me sorprendió gratamente, que la ferretería muy conocida, cuando no tiene para dar el vuelto completo, pregunta si quiere donarlo a una institución benéfica.

Una empresa de servicio de electricidad, se lo abona al próximo mes y en el caso de las empresas de televisión por cable, también hacen lo mismo. Eso de lo que he sabido. Supongo que habrá otras instituciones que hacen lo mismo. Más no así, los montones de negocios grandes y pequeños también, que redondean hacia arriba.

La pregunta es, ¿cuánto le queda de céntimo en céntimo, a un negocio de ventas masivas, al día o al mes?

¿Quién nos protege? Supongo que no vamos a ir al INDEPABIS, con tres carpetas a denunciar 20 céntimos, o 30, o 400 bolívares. ¿Y las pruebas?

Además, si la persona afectada reclama sus 100 bolívares, el resto del público se queda mirando como si uno fuera un desadaptado; o sea, porque reclama 100 bolívares. Piensan: ¡qué pichirre!.

Por supuesto, se repite cada momento la misma historia.

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