Normas de comportamiento en las redes sociales

ANTONIO DELGADO – Con la proliferación de las redes sociales, la capacidad comunicativa se multiplica de golpe y del mismo modo aumenta el riesgo de molestar al prójimo.

Relacionarse a través de Internet significa interactuar con otras personas. Por lo tanto, al igual que en la vida real, es importante mantener un comportamiento correcto y conducirse de forma educada. Con la proliferación de las redes sociales, la capacidad comunicativa se multiplica de golpe, y del mismo modo aumenta el riesgo de molestar al prójimo. Muchos usuarios realizan numerosas acciones en estas comunidades sin entender el funcionamiento de las mismas, lo que acaba generando efectos no deseados sobre el resto de la comunidad. Una cosa es querer llegar al mayor número de personas a la hora de comunicarse, y otra muy distinta imponer a los demás los mensajes, desarrollos o ideas propias.

Un protocolo para cada red y la «netiqueta»

Desde los primeros tiempos de Internet, los pioneros desarrollaron el concepto de «netiqueta», (palabra castellanizada derivada del francés «étiquette» -buena educación- y del inglés «net» -red-), que se puede definir como un conjunto de normas creadas para hacer más armoniosas las relaciones sociales a través de la Red. Esta serie de normas básicas de comportamiento se pueden aplicar a cualquier sistema de comunicación «online», ya sea la mensajería instantánea, las salas de chat, el correo electrónico, etc.

«Netiqueta» se puede definir como un conjunto de normas creadas para hacer más armoniosas las relaciones sociales a través de la Red.

Es famoso un documento técnico creado en 1995 por Sally Hambridge, una directiva de Intel, orientado a los empleados de la empresa para que aprendieran cómo comportarse en Internet, en aquella época algo mucho más minoritario que ahora. Sin embargo, estas normas de «netiqueta» no son rígidas e inamovibles, sino que se adaptan a cada comunidad o grupo social. La personalidad de cada una de las redes sociales viene dada por el comportamiento general de sus miembros, y por tanto lo que en unas es inaceptable es en otras anecdótico e incluso bien recibido.

Cada una de las redes sociales de moda, como Facebook, Tuenti o MySpace, tiene sus normas de comportamiento, aceptadas por el grupo y permitidas por la empresa responsable de la red social.
Cada una de las redes sociales de moda tiene sus normas de comportamiento, aceptadas por el grupo y permitidas por la empresa responsable de la red social.

Por ejemplo, en MySpace es normal agregar contactos sin necesidad de conocer directa o indirectamente a los mismos, un hecho que en Tuenti o en Facebook es impensable. Mientras que en el primero de los sitios pedir a alguien que le incluya en su lista de contactos es un signo amigable, en los otros dos puede ser osadía cuando no se conoce al contacto ni se tienen referencias indirectas de él. Al contrario, invitar en Myspace a un usuario desconocido a utilizar un programa que se ha desarrollado puede considerarse spam puro y duro, pero en Facebook sería de lo más normal del mundo. Y esto pasa en muchas otras facetas.

Spam social y coleccionismo de amigos

Se llama spam social, (también denominado «Bacon»), a aquellos mensajes enviados de forma masiva y continuada a otros usuarios dentro de una red social. Estos mensajes llevan contenidos faltos de interés para el destinatario, así como invitaciones para usar cualquier tipo de aplicación o para acudir a un evento que no se ajusta con el perfil del internauta que lo recibe, y a quien, por tanto, no le interesan para nada.

Cuando el spam social se junta con el coleccionismo de amigos, las redes sociales suelen convertirse en un coladero de mensajes no deseados.

Una de las primeras perversiones sociales que descubren los usuarios al formar parte de una red es el coleccionismo de amigos. Es decir, añadirse de forma indiscriminada a usuarios de la red en la que se acaba de entrar. Cuando el spam social se junta con el coleccionismo de amigos, las redes sociales suelen convertirse en un coladero de mensajes no deseados para sus usuarios, con lo que pierden su objetivo comunicativo inicial.

Esta acción, utilizada como una forma de darse a conocer, nunca es bien recibida por los demás usuarios. Por mucho que existan en algunas redes botones para invitar automáticamente a todos los contactos que se tienen en una determinada cuenta de correo «online», principalmente en Yahoo! Mail y Gmail, debe efectuarse un filtro detenido de la lista para hacer partícipe solamente a la gente que de verdad se quiere invitar o avisar de que se ha entrado en la red, y no pulsar nunca el botón que abre la puerta a todos.

Spam social y markerting

Numerosas redes sociales están invadidas por empresas y particulares, que abusan del sistema e inundan con correos de todo tipo los buzones del resto de usuarios.

En los últimos meses, empresas ajenas a las redes sociales, están utilizando las mismas para hacer amigos entre los usuarios y crearse una amplia red de contactos. Posteriormente, con este material se introducen en las cuentas de correo de los miembros de la red y les envían publicidad que ellos no habían pedido y probablemente no les interese, como parte de campañas marketing. En realidad, acaban consiguiendo el efecto contrario al planificado. Lo cierto es que muchas de las actuales redes sociales están invadidas por empresas y particulares que abusan del sistema e inundan con correos de todo tipo los buzones del resto de usuarios.

A los internautas que disponen de una gran cantidad de contactos dentro de una red social y al mismo tiempo están dados de alta en multitud de foros y grupos de interés, la red puede acabar pareciéndoles inmanejable debido a la multiplicación de mensajes comerciales, de invitaciones a eventos o al uso de nuevas aplicaciones, así como nuevos requerimientos de amistad. Al final, la única solución si no se contemplan las normas de la «netiqueta», es darse de baja en aquellos sitos por los que no se tenga un interés muy elevado; sólo así se consigue cortar el spam social.

Normas de comportamiento en las redes sociales

Los usuarios deben seguir algunas pautas básicas para evitar llenar de spam al resto de la comunidad

Frenar el spam social en Facebook

Más de un millón de usuarios de Facebook pidieron a principios de año que la empresa incorporara algún mecanismo para frenar la creciente cantidad de spam social que reciben en sus cuentas. Muchos de estos usuarios amenazaban con abandonar el sistema al ver cómo, poco a poco, se incrementaba la cantidad de requerimientos e invitaciones masivas que recibían para hacer nuevos amigos o usar las aplicaciones que otros usuarios iban creando.

Una de las características principales de Facebook es la posibilidad de que los usuarios puedan desarrollar sus propias aplicaciones para que las usen los demás. En muy poco tiempo, los usuarios de Facebook han pasado de tener apenas unas pocas aplicaciones a disponer de más de 15.000 de todo tipo, desde invitaciones a rondas virtuales de cerveza a programas para realizar encuestas rápidas de todo tipo. Y la noticia del nacimiento de cada aplicación ha sido enviada al total de la comunidad, fuera o no de interés para los usuarios.

La primera novedad presentada por Facebook para frenar el spam social es una herramienta para poder borrar todos los requerimientos de un plumazo y mediante un único botón. Antes de esta implementación, los usuarios tenían que aceptar o declinar cada invitación de forma manual.
Otra de las novedades presentadas por Facebook es, la de añadir al perfil de cada usuario, una orden de ignorar todas las invitaciones enviadas por ese amigo. De esta manera, los usuarios no tienen que borrar a ningún contacto para frenar los envíos, sino simplemente bloquear la recepción de sus envíos masivos de una forma sencilla. Además, los desarrolladores de aplicaciones para Facebook no serán penalizados por el caso omiso que los usuarios hagan de sus aplicaciones. Anteriormente, la promoción de cada una de estas aplicaciones dependía en buena medida del éxito y la aceptación producida al ser enviada de forma masiva.

Recomendaciones para no tener problemas con el spam social

No instalar aplicaciones de forma masiva: una buena manera para seleccionar qué aplicaciones instalar es comprobar cuáles utilizan más asiduamente los amigos de la red social.
Evitar enviar invitaciones a todos los amigos: es mejor seleccionar a un grupo de amigos afín, interesados en el la recepción de dicha invitación.
No añadir como amigos a gente desconocida: coleccionar amigos no hace más populares a los usuarios. Tampoco es recomendable aceptar como amigas a todas las personas desconocidas que lo soliciten, ya que son propensas a reenviar todo tipo de spam social.
No agregar a gente popular por el mero hecho de serlo: intentar tener a una persona conocida como contacto no hace mejor al usuario.
Participar en grupos afines: la mejor forma de darse a conocer en las redes sociales es participar en grupos de discusión afines. De esta forma, los usuarios conocen el discurso de cada uno de los participantes, germen para futuras acciones o movimientos sociales dentro y fuera de la red, y les colocan una personalidad definida.

Comportarse en Twitter

Twitter está para que el usuario escriba lo primero que se le pase por la cabeza, no para convertirse en más popular. Twitter es un tipo de red social muy peculiar, donde los usuarios reciben información en tiempo real sobre lo que hacen o reflexionan sus contactos. Por ello, es normal que cada usuario de Twitter siga a decenas o centenares de contactos y, a la vez, sea seguido por muchos otros. Esto se traduce en un flujo continuo de mensajes cortos que se van sucediendo en la página personal de Twitter de cada usuario.

Si un usuario «twittea», (escribe), un mensaje sobre lo que está haciendo cada cinco minutos, provocará que las páginas de sus contactos se llenen con sus mensajes, pero no dejará espacio para los mensajes de los demás contactos, de modo que este emisor puede resultar molesto para algunos de sus contactos.

Otra norma de cortesía, tanto en esta red como en cualquier modo de comunicarse «online», es no utilizar excesivamente Twitter para promocionar enlaces al blog propio o a publicaciones que se hagan en la red. Twitter está para que el usuario escriba lo primero que se le pase por la cabeza y para dar detalles de su situación física o circunstancial, pero no para convertirse en más popular.

Fuente: www.consumer.es