Nuevo Timonel para la Vino Tinto

Con la salida inesperada e intempestuosa del Profesor Richard Páez Monzón como técnico, la Vino Tinto quedó en una especie de limbo que se iba transformando en un gigante hoyo negro, pues a medida que pasaban los días, los numerosos rumores e hipótesis sobre el nuevo seleccionador, aunado con la gran labor realizada por Páez, quien dejaba muchos logros difíciles de superar o por lo menos de igualar, le auguraban a la Federación Venezolana de Fútbol y a su Presidente, un panorama nublado y nada fácil a la hora de la escogencia de un estratega.

Después de haber sonado nombres como los de Daniel Pasarela y Noe San Vicente, para dirigir a los otrora guerreros de Páez, el Dr. Rafael Esquivel, junto a la directiva de la Federación, decidieron colocar a César Farías, de 34 años de edad, quien desde su nombramiento oficial como Técnico de la selección de fútbol, comenzó a escribir su propia historia en las páginas futbolísticas nacionales, al convertirse en el seleccionador más joven de la historia en dirigir a la Vino Tinto, demostrando esto, que comienza -a pesar de muchos-, una nueva era para el fútbol nacional.

Este joven entrenador tiene en su currículo, además de haber participado en cuartos de final de la Copa Libertadores en el año 2004 con el Deportivo Táchira, su logro más importante, cuenta también con el haber liderado el proyecto Nueva Cádiz cumanés en el año 1993, en las categorías Sub 17, Sub 20, hasta llegar a la primera división en menos de cuatro años. En el año 1999, dirigió al equipo Zulianos con el que consiguió otro título de segunda división. En el año 2000, dirigió a Trujillanos FC, logrando el tercer lugar con un equipo muy modesto.

En el 2003 firmó con Deportivo Táchira, quedando en segundo lugar e implantando un récord en el club, de 15 fechas sin conocer derrota, participando además, en dos ediciones de la Copa Libertadores de América. También dirigió a Mineros de Guayana, al cual llevó a la copa Sudamericana y a la Copa Libertadores de América.

Cesar Farías llega a la Selección nacional, con mucha convicción y necesidad de hacer cambios, que puedan adaptarse de la mejor manera, al trabajo que Páez venia realizando; pero que, de una u otra forma, le den una renovación al equipo “que le permita ser un poco más profundo y abierto en la cancha”, según sus propias palabras.

Sabemos que toda transición siempre es un poco traumática, y que todo cambio genera resistencia; sin embargo, en descargo de estas dos premisas, debemos ser objetivos al reconocer, que la selección de mayores debía realizar innovaciones, que a lo mejor Páez no iba emprender. De momento, comienza a verse la intensión de dar una nueva cara al equipo, con la incorporación de jugadores promesas del fútbol nacional, el nombramiento de Juan Arango como Capitán de la selección, justo y merecido en mi opinión, y la aplicación de las tres estrategias pilares fundamentales, en el plan de trabajo explicado por Farías en la rueda de prensa.

Esperemos, y creo que es el deseo de todos, que el nuevo técnico consiga las metas que se ha trazado con la Selección nacional y que pueda manejar los obstáculos que se presentarán, sin duda alguna, en este camino que comienza transitar con la Vino Tinto. No es fácil ocupar el puesto de alguien que lo ha hecho bien y más, cuando los ojos del país deportivo están pendientes de su labor; no obstante, es importante aprender de los errores cometidos para lograr el éxito y estar claro, eso sí, que como Seleccionador, él debe asumir sus propios retos.

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