Obama: ¡Mi socialismo eres tú!

Agustín Blanco Muñoz – Barack: después de todo lo que está pasando en Libia, que ayer era fiesta para todos, y hoy se le ve como la peor de las escorias, es hora que tú y yo hablemos sin que nadie lo sepa.

Debemos examinar nuestras relaciones y si es de pelear peleamos y, si no, ponernos de acuerdo, porque lo que no nos luce es llegar a rompimientos como el que se produjo entre tú y Muammar.

No es justo que, después de estar tan cerca y que él te manifestó su disposición a darte mucho más petróleo del livianito para tu imperio, vengan a enfrentarse en forma tan desmedida y destemplada.

Este fin de semana, en mi Aló Presidente, que estoy seguro te calas al igual que Fidel, después de ver el comienzo de la invasión a Libia, dije un puño de pendejadas que espero entiendas, para que podamos marchar juntos a paso de vencedores.

No olvides que en doce años de revolución no te he faltado ni un día en cuanto a suministro de petróleo. Ni siquiera cuando el golpe de Estado del 11A-02.

Entonces, fíjate Barack, y antes que te lo lleven como chisme, lo primero que dije es que no entendía quién le dio derecho a tu país, Francia e Inglaterra para tirarle bombas a Libia. Ni por qué tu Pentágono llegó a la conclusión de que lo mejor que podían hacer era asumir el comando de esta operación.

Eso me dio una gran arrechera. ¡Eh! Y te advertí que no te atrevieras a intervenir en Venezuela porque verías brotar de la tierra a millones de Guaicaipuros, lanceros de las Queseras del Medio o de Mucuritas, milicianos tipo Che Guevara, comuneros, consejeros, soldados, estudiantes, obreros, campesinos y todas las fuerzas del Alba y demás aliados que irían contra tu imperio.

Porque, me dije, si tú tenías aliados para atacar al socialismo libio yo también los tengo para destruirte.

Pero claro, después me puse a examinar la cosa y me di cuenta que en la votación del Consejo de Seguridad de la ONU los camaradas chinos y rusos se hicieron los locos y materialmente votaron a favor de la invasión, al no aplicar su derecho al veto.

Llegué así a la convicción de que esas dos naciones ya no son socialistas sino capitalistas.

Claro, a mi eso me cayó como pedrada en un ojo porque ya yo le entregué a los que creía camaradas chinos un poco de bienes a cambio de que, como gran potencia mundial, en un momento dado, me defendieran de ti y tú imperio.

Pero ahora me doy cuenta de que estaba más allá del perol y que con estos señores que están muy bien contigo y tu imperio que es su primer mercado, no tengo nada que buscar. ¡Uno sí que es ignorante!

Entonces a estas alturas, debo admitir que estoy muy solo. Porque a mí nada más me quedaba Gadafi, dado que Raúl Castro hace tiempo que no me para.

Por ello, y viéndolo bien, no me queda otra que pedirte que reconsideres tu posición sobre mí y Venezuela. No sabes cuanto me habría gustado que en tu gira latinoamericana me hubieras incluido.

Te prometo que me dejaré de cómicas y que haré lo indecible para ganarme hasta tu cariño y que dejaré de lado el impulso destructor contra lo que tú representas.

Y eso sí, no me pares cuando me escuches hablando como el más bravo de los antiimperialistas. No olvides que tengo que atender a los radicales para que no me embochinchen mi revolución. Y sé que si no cojo consejo, ni me miro en el espejo Gadafi, quién sabe dónde puedo ir a parar.

Pero quiero que sepas que, a diferencia de Muammar o los Castro, no tengo partido único, sino que triunfo electoralmente en la pluralidad.

A mí me eligieron en el 98, el 2000 y 2006 y ahora en el 12 pasará lo mismo. Porque ellos están cada vez más enredados en las tales primarias y ahora hasta divididos en tres toletes, el socialdemócrata, el socialcristiano y el humanista.

Eso lo inventó Ramos Allup para quedar él como candidato de su bloque que seguro ganará las tales primarias.

De manera que si el candidato es Ramos, tengo el mandado hecho porque nuestro No Volverán adquirirá toda su contundencia.

Yo sé que ellos van a tratar de agitar el país a punta de violencia para sacarme. Ya están ensayando con un puño de cosas como las huelgas de hambre. En la OEA montaron una y caímos en la trampa de negociar. Pero ahora tienen otra en el PNUD y ni siquiera le estamos parando.

Y ahí es donde creo que tú tienes que ponerte inteligente y entender claramente que yo soy y seré el único que te puede garantizar la paz y la estabilidad para que sigas recibiendo tu cuota petrolera diaria.

Y nada te cuesta calarte y hasta ayudar al desarrollo de mi socialismo del siglo XXI. A tí te interesa mi petróleo y a mí mantener mi poder y sé que solo como estoy terminaré hundido. De modo que ambos podemos negociar para que todo transcurra suavecito y sin agites.

Ahora, creo que te he dado muestras de que yo soy un hombre que sabe rectificar. Y sé que pié un poco tarde, como decía Luís Herrera, pero ya no creo ni en capitalismo ni en socialismo salvajes.

Hoy sólo creo en mi socialismo del siglo XXI, pero soy el único. Porque muchos supuestos camaradas son hoy un buen bojote de sinvergüenzas que se ha enriquecido como le ha dado la gana.

Barack, si me ayudas a salir de este enredo te veré como a mi propio socialismo. Sé que cuento contigo, hermanazo. Y, por favor, no le digas a nadie que yo te escribí!

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