Para el bebé, llorar no siempre equivale a sufrir

En el recién nacido siempre que llora «no sufre» -nos puede decir que está incómodo, creencia habitual de muchos padres de hoy en día. El llanto de un bebé puede ser debido a muchos motivos y no por dolor.

Este «miedo» a que el bebé llore está llevando a muchos padres a tener que pagar unos tratamientos astronómicos por un problema cada vez más habitual: la plagiocefalia. Los bebés adoptan posturas cómodas y que le permitan estar en contacto visual permanente con su madre o cuidador. Si no se le cambia de posición, la cabeza se va deformando de tal manera que puede requerir una ortesis (casco).

La prevención de la plagiocefalia es muy sencilla pero se está convirtiendo en una epidemia silenciosa y costosa para los padres y la sanidad. Para evitarla no hay más que cambiar la postura de la cabeza del niño de un lado a otro, ponerle un cojín especial mientras duerme o ponerlo boca abajo mientras esta despierto. ¡Ah! aquí viene el drama, si al bebé no se le acostumbra un poco a estar boca abajo, rechaza esta posición y llora – como «sufre» y los padres no pueden «verlo sufrir». Lo vuelven a poner boca arriba y girará su cabeza hacia el lado más cómodo para él, deformándose.

He reproducido, en parte, un texto que escribí hace un año a propósito de la deformación posicional de la cabeza del bebé (plagiocefalia). No ha perdido para nada su vigencia. La Academia Americana de Pediatría acaba de publicar una recomendaciones respecto a la prevención de la plagiocefalia.

Fuente: http://ve.globedia.com/bebe-llorar-siempre-equivale-sufrir