Pío Tamayo en otro octubre de silencios y estridencias

Mery Sananes – Este 05 de octubre se cumplieron 76 años del asesinato de José Pío Tamayo. Un joven tocuyano que empuñó su idealidad avanzada para trabajar en dirección a lograr algo fundamental: introducir una nueva perspectiva histórica para la comprensión e interpretación de la vida de aquella y esta Venezuela. El objetivo era muy claro: romper con el pensamiento tradicional-positivista que hace del caudillo-mesías el punto de partida de la historia y delinear las grandes coordenadas de la historia por construir.

Una acción que debía tomar en cuenta al pueblo como primer elemento de acción social, regida por un código de deberes, que permitiera enfrentar los males tradicionales que han padecido y siguen padeciendo los pueblos sometidos a la avaricia, la codicia, la corrupción y la descomposición que conlleva un ejercicio despótico del poder.

Su vida y su obra, cargada de futuro y de una propuesta histórica y vital que se enfrentaba a la historia heroica y mesiánica con la que se ha sometido y domesticado al colectivo, desde los tiempos de la invasión inicial, ha sido y sigue siendo sometida al silencio.

En la actualidad se trata de producir ruido y estridencias con el traslado de sus restos, por la vía de la autoridad y la imposición, al Panteón Nacional. Pero lo que se anuncia como un homenaje no es sino una forma de aumentar el silencio y el cerco.

Pío es la aventura del pensamiento, la creación, el camino. Es el poeta, la imaginación, el aporte que se riega por todas partes. Es el artista que se vuelve luchador andante porque le importan todas las causas de todos los destinos. Y por ello, la intención de encerrar en altos y sólidos muros su pensamiento y su mensaje es algo que no se aviene con su sueño de furtivo creador de amaneceres.

Desde la Cátedra Pío Tamayo y el Centro de Estudios de Historia Actual de la UCV, desde 1983 nos hemos dedicado a la divulgación, difusión y debate sobre la historia de las ideas políticas de este expaís, haciendo hincapié en el mensaje porvenirista piotamayista que traza un compromiso invariable.

En esas labores hemos producido tres volúmenes que recogen parte de las Obras Rescatadas del Floricultor de Hazañas, en cuyos trabajos dispersos, puede encontrarse a plenitud ideas y propuestas que abarcan la mayor parte de los ámbitos de nuestro destartalado vivir.

Hemos tratado de aportar elementos para una mayor presencia de Pío. Sin embargo, sigue siendo un silenciado y su obra un conjunto de papeles que no han perdido la clandestinidad que le impuso la tiranía gomecista.

Pìo Tamayo es el introductor de las nuevas ideas inspiradas en el marxismo pero alejado de dogmas y cultos. De allí que no haya un mayor empeño por penetrar en su pensamiento ni en divulgarlo. Y hay quienes creen que violando su voluntad de ser enterrado en su lar natal, podrán convertirlo en un pensador-valor para una tal ‘revolución socialista’.

Pío estuvo alejado ayer y lo está hoy aún de toda acción o interpretación que haga abstracción de la idealidad, del poder de creación. De vuelo de humanidad. Y esta es la razón para que en muchas oportunidades se constituya en una acusación frente a quienes dejaron de lado el código de deberes, para hacer de la acción política una codicia del poder y una defensa de intereses minoritarios, muy lejanos al bienestar del colectivo.

Y constituye una acusación no sólo frente a sus antiguos compañeros y alumnos de su Carpa Roja en el Castillo de Puerto Cabello, sino ante quienes actualmente usurpan su nombre para crearle más mitos a la vieja historia heroica, que nutre las mayores perversiones y el mayor grado de domesticación-represión.

Afortunadamente Pío Tamayo está mucho más allá de sepulturas y de panteones. De la tierra tocuyana en la quedó sembrado hace 76 años, salió hace mucho para seguir emprendiendo su solitaria cruzada porvenirista.

Viaja por los cauces subterráneos del agua, nutriendo a la inversa el tiempo de floreceres que anunció desde su Tonel de Diógenes o su Bar Júpiter hasta su despedida final aquel 05 de octubre de 1935, frente a los últimos resplandores del dios Helios. Y que se cumplirá el día en que el colectivo logre organizarse como fuerza-acción, en dirección horizontal, para rescatar este expaís y construir un tiempo de porvenires.

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