¿Podría acabar China como la antigua URSS?

20 / 08 / 2013 Andreas Landwehr (dpa)  El crecimiento se estanca, las tensiones aumentan y cada vez hay más nerviosismo entre los comunistas chinos. ¿Podría estar el gigante asiático ante un colapso como el de la Unión Soviética?

A petición de las más altas esferas, los medios estatales han comenzado a disparar toda su artillería contra los críticos. Un artículo ampliamente difundido acusa a los intelectuales del país de "lanzar rumores y malas noticias para dibujar la imagen de un derrumbamiento inminente". Sostiene que el objetivo de los detractores es sublevar al pueblo y culmina con una oscura advertencia: "Si estallan disturbios en China, el desenlace será peor que en la Unión Soviética."

La comparación no deja indiferente. Para el ex alto funcionario Bao Tong, los argumentos son "alarmistas y engañosos". El antiguo secretario del que fuera jefe de partido Zhao Ziyang identifica otras causas bien distintas de las actuales tensiones en China: "Una contaminación institucionalizada, la enorme corrupción e injusticias sistémicas", además de la creciente brecha entre ricos y pobres, dijo a la emisora estadounidense Radio Free Asia.

Sin embargo, no hay duda de que la caída de la Unión Soviética y su Partido Comunista, en 1991, sigue causando dolores de cabeza a los comunistas chinos. El nuevo jefe de Estado y del partido, Xi Jinping, instó a los suyos ya antes de su nombramiento a que aprendieran la lección del derrumbe de la URSS: "Una importante causa fue que se hundieron en sus convicciones e ideales", señaló. Una "palabra en voz baja" de Mijail Gorbachov bastó para disolver el partido. "Al final, faltaba un hombre de verdad. Nadie se opuso", rezaba su discurso.

Para muchos observadores, la preocupación china ante un panorama semejante es señal de nerviosismo y un intento de acallar a los críticos. Y es que los tiempos que corren no son precisamente de color de rosa: se prevé que este año el crecimiento económico caiga a sus niveles más bajos desde hace más de dos décadas, el desempleo supera, según medios independientes, el nueve por ciento (el doble de la tasa oficial) y entre los jóvenes de entre 16 y 19 podría situarse en el 15 por ciento, según la Universidad de Pekín.

Además, la brecha entre los ingresos es enorme: mientras que una cuarta parte de los hogares sólo gana el 3,9 por ciento, otra cuarta parte se lleva el 59 por ciento, señala un estudio de la reputada universidad realizado en unos 15.000 hogares. La insatisfacción crece. "En los próximos años habrá seguro más tensiones sociales", opina Nicholas Bequelin, de Human Rights Watch. Y al igual que otros expertos, también él diagnostica un empeoramiento de la situación de los derechos humanos.

La seguridad estatal ha emprendido una nueva oleada persecutoria masiva contra disidentes y activistas, como con el Movimiento de los Nuevos Ciudadanos. Vagas acusaciones como la de "socavación del poder estatal" o "alteración del orden público" acarrean penas de prisión. "El Estado se prepara para un aumento de las tensiones sociales", sostiene Bequelin. Pero en lugar de emprender reformas políticas y constitucionales, el Partido reacciona con mano dura.

Con todo, incluso en la Academia china de las Ciencias Sociales se duda de que esta "estabilidad a cualquier precio" pueda tener éxito. En una sociedad moderna, con medios sociales y ciudadanos formados, la verdadera estabilidad ya no es posible "con medidas represivas ni a la fuerza, como en los tiempos de Mao", advierte el profesor Yu Jianrong. En lugar de una "estabilidad rígida" mediante la presión y un régimen autoritario, lo que China necesita hoy en día es una estabilidad "elástica" y "resistente", escribió en un artículo.

Pero para eso, se necesitan mecanismos que protejan los derechos de los ciudadanos. Según afirma Yu, es necesario crear canales abiertos para que los ciudadanos puedan articular sus intereses y sus quejas, a fin de solucionar los problemas. Se necesitan reformas sociales, un reparto justo y una reforma de la Justicia, afirma este conocido intelectual. "La Constitución ha de ser un pilar de apoyo de la estabilidad social."

Fuente: http://www.tiempodehoy.com/mundo/podria-acabar-china-como-la-antigua-urss