Principales firmas de análisis esperan una caída de la economía venezolana de 6,2%

Víctor Salmerón – @vsalmeron – La última edición del informe LatinFocus Consensus Forecast que agrupa las proyecciones de entidades financieras como Deutsche Bank, JP Morgan, HSBC y Citigroup indica que Venezuela “se enfrenta a la recesión, a una inflación por los cielos y a unos bajos precios del petróleo, condiciones que pueden provocar la contracción más grave de toda la década”

Venezuela es una señal de alarma en el radar de las principales entidades financieras del mundo y en las previsiones de relevantes firmas de análisis. El último informe de LatinFocus Consensus Forecast, fechado el pasado 11 de agosto, que agrupa las proyecciones de Deutsche Bank, JP Morgan, HSBC, Citigroup, Novo Banco, Goldman Sachs, Credit Suisse, Barclays Capital, Ecoanalítica y Oxford Economics, entre otras, indica que “las expectativas económicas de Venezuela son desalentadoras”.

Agrega que “el país se enfrenta a la recesión, a una inflación por los cielos y a unos bajos precios del petróleo, condiciones que pueden provocar la contracción más grave de toda la década. Los analistas participantes en el LatinFocus Consensus Forecast esperan que la economía venezolana se contraiga un 6,2% en 2015, 0,1 puntos porcentuales menos respecto la previsión del mes pasado. Para 2016, el panel ve la economía cayendo 2%”.

En materia de inflación, las proyecciones apuntan a que este año los precios registrarán un salto de 150%, y en 2016 de 107,4%.

Las sombrías proyecciones sobre el desempeño de la economía venezolana obedecen a una serie de desequilibrios en los que coinciden la mayoría de los reportes que semanalmente elaboran los economistas encargados de evaluar el desempeño de América Latina.

Déficit fiscal: Para los analistas este es el epicentro de la crisis. El Gobierno ha elevado sus gastos hasta una magnitud que supera, con creces, al ingreso proveniente del petróleo y la recaudación de impuestos.

Para cubrir este gasto que incluye subsidios como un precio artificialmente bajo para la gasolina, aumentos de salario, pensiones, servicios públicos a bajo costo, entre otros, el Gobierno le pide al Banco Central que fabrique billetes. Una vez este dinero ingresa a la economía la demanda aumenta velozmente y hay más bolívares detrás de pocos productos, una mezcla perfecta para que los precios aumenten aceleradamente.

¿De cuánto es el déficit? El informe que el Gobierno entregó a la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC por sus siglas en inglés) registra que en 2013 con un precio promedio de la cesta petrolera venezolana de 98 dólares el barril el gasto del Gobierno, incluyendo todas las empresas públicas, superó en 16,9% del PIB al ingreso, y este año se estima en torno a 20% del PIB.

Descenso de los precios del petróleo: El petróleo provee 96 de cada 100 dólares que ingresan a Venezuela y la falta de suficientes ahorros para enfrentar el descenso del precio del barril, desnudó a una economía que en los últimos diez años amplificó la dependencia en las importaciones.

Cuando el oro negro detuvo el ascenso y se estabilizó en torno a 95 dólares emergieron las primeras señales de alarma. Luego, cuando a finales de 2014 el crudo inició el declive que hoy lo mantiene por debajo de 50 dólares, no hubo escapatoria y el país ingresó en una crisis económica sin precedentes.

Por ahora, todo indica que el petróleo seguirá con poco empuje en un entorno donde la demanda crece muy lentamente y la oferta continúa aumentando.

Un aspecto relevante es que China, país clave en la demanda global de petróleo, devaluó su moneda esta semana, enviando una señal de que los problemas de su economía podrían ser más profundos de los que se pensaba, y por tanto el crecimiento podría desacelerarse de forma notoria este año.

Escasez de dólares: En un entorno donde un tipo de cambio artificialmente barato a Bs.6,30 dispara las solicitudes de divisas; el precio del petróleo cae; la producción de PDVSA se estanca; hay acuerdos de financiamiento a países aliados que implica que no entra en caja todo lo que debería obtenerse por las ventas de crudo, y crece lo que hay que pagar por deuda externa, los dólares son insuficientes.

Aunque no se ha anunciado un ajuste, el Gobierno tenía que cuadrar las cuentas y lo hizo recortando los dólares para importaciones.

Expertos consideran que es necesario unificar el tipo de cambio, y salir de un esquema donde oficialmente hay tres precios para el dólar, más el mercado negro. Este sistema es el que estimula una demanda excesiva por los dólares más baratos a Bs.6,30 que luego pueden ser revendidos a 600 bolívares en el mercado negro, un diferencial de 9.423%.

Control de precios: Analistas explican que sólo desmontando la madeja de controles de precios que impiden que las empresas reflejen los costos de producción, se detendrá la desaparición de los productos o la venta de los mismos en el mercado negro.

El Gobierno ha mantenido el control de precios desde 2003, a pesar de que el resultado ha sido una escasez creciente acompañada de la aceleración de la inflación.

Sin medidas: Aunque la escasez no se detiene y la inflación alzó el vuelo por la caída de la oferta, y una demanda estimulada por un Banco Central que emite dinero para financiar al Gobierno, Nicolás Maduro se ha negado a tomar medidas de ajuste, ¿A qué se debe la inacción?

En un trabajo clásico sobre este tema (Why are stabilizations delayed?) Alberto Alesina y Allan Drazen plantean que “si después de un choque adverso los países necesitan implantar costosas políticas de estabilización, diferentes grupos políticamente poderosos podrían divergir acerca de la asignación de la carga del ajuste”.

En este sentido, grupos que se han beneficiado con la distorsión cambiaria, obteniendo dólares a 6,30 bolívares, o que se han dedicado a importar lo que antes se producía en el país y tienen influencia en el Gobierno, podrían ser una de las causas del retraso en la toma de medidas.

En marzo de 2014, el entonces ministro de Planificación, Jorge Giordani, le entregó al Presidente Nicolás Maduro el documento Propuestas para la coyuntura económica 2014 donde incluye una serie de recomendaciones como “auspiciar la convergencia de los tipos de cambio en el mediano plazo”. El plan fue desechado.

El 14 de junio de 2014, Rafael Ramírez, para ese entonces vicepresidente del área económica, presentó a un grupo de inversionistas reunidos en Londres el plan de ajuste que implementaría el Gobierno.

Ramírez quería devaluar para obtener más bolívares por los petrodólares y disminuir la impresión de dinero en el Banco Central, además de acabar con un dólar artificialmente barato que estimula las importaciones. El plan era dejar un solo tipo de cambio.

Además, contemplaba reducir la lista de productos con precios regulados, medidas para controlar la liquidez y aumento en el precio de la gasolina.

No obstante, el tiempo transcurrió sin que se aplicaran estas medidas, y el 3 de septiembre Rafael Ramírez fue sustituido en la Vicepresidencia de Economía por Rodolfo Marco Torres, quien no ha anunciado un plan integral para corregir los desequilibrios.