Prof. Egleé Riera de Caldera: “Con nuestro salario mínimo no cubrimos ni siquiera las necesidades básicas”

La profesora Eglée Riera de Caldera, Pedagoga en Matemática con Magíster en Educación y actualmente cursando un Doctorado en Innovación Educativa, se reunió con el equipo de redacción de la revista entorno-empresarial.com para comentarnos la fuerte tarea que vive día a día, ejerciendo su profesión y lidiando con la crisis económica, para poder ofrecerle a sus hijas un “proceso educativo digno” en nuestro país.

“La educación superior venezolana la considero idónea, buena, completa, sencillamente porque le brindamos a los estudiantes las herramientas mínimas necesarias para salir al campo de trabajo”, afirmó la Profesora, quien además de ser ama de casa, posee un amplio campo de trabajo.

Actualmente trabaja en una institución dependiente del Ministerio de Educación; es tutora metodológica del IUTEPAL, profesora titular de la UJAP y, además ,está contratada por el Departamento de Matemáticas de la Facultad de Ingeniería en la UC.

Con este amplio campo laboral y la experiencia que vive día a día, nos comenta, que dejando a un lado los costos económicos, existe una gran diferencia entre las instituciones públicas y privadas. Considera que mucho de los institutos públicos no están acondicionados para brindar una educación “eficaz”, y generalmente los privados si lo están, a pesar que ambos se rigen por el mismo programa.

“Los profesores estamos muy mal pagados. Además, tenemos que trabajar en diferentes fuentes, para poder solventar nuestros problemas económicos y sociales; yo debo trabajar 36 horas semanales para recibir una quincena de Bs.F. 900”, argumentó.

El costo de la educación en Venezuela es mínimo, asegura la Profesora. “El alumno sólo paga una matrícula muy mínima, pero como el Gobierno no dota a las instituciones como debería, no hay insumos suficientes para brindar una educación de calidad”.

Considera que la situación se complica en esta épocas del año, cuando llegan las amplias listas escolares e, incluso, de las universidades, quienes sin importar si son públicas o privadas, exigen a los alumnos elementos que cuestan más de “tres salarios mínimos juntos”.

“Obviamente el salario mínimo que ganamos los docentes no nos alcanza para cubrir las necesidades básicas; mucho menos nos alcanzará para brindarles a nuestros hijos una buena educación; por eso debemos recurrir a varias fuentes de trabajo”, recalcó.

Para finalizar, puntualizó que desde su punto de vista, la educación en nuestro país en costos de “ejecución” no es cara, pues si un alumno que egresa de una institución privada, sale bien preparado para ingresar inmediatamente a una Institución de Educación Superior: “eso no tiene precio”. La cuestión se torna oscura para todos los venezolanos, cuando nos enfrentamos a las listas, matrículas y mensualidades escolares.

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