¿Propósito de enmienda?

Resulta preocupante la pretensión de la oposición venezolana de resolver la crisis de liderazgo y de pérdida del capital político, adelantando el tema de las elecciones a la Asamblea Nacional 2015. No sólo me refiero a la MUD, igualmente a independientes, opinadores diversos, quienes pretenden conjurar el impasse opositor con un borrón y cuenta nueva, sólo con actos administrativos, cuando la procesión reclama diagnósticos de una envergadura mayor a lo electoral.

Por supuesto que no es una herejía, hablar del tema de una posible mayoría parlamentaria, como tampoco flagelarse por las batallas perdidas, pero sí creo que la oposición le debe a la población, antes de pedir de nuevo el voto para el próximo año, serias explicaciones de su conducta equivocada, sobre todo después de lo sucedido en lo que todos coincidimos fue una victoria rotunda en las elecciones legislativas 2010, arrebatada por las tropelías del Poder Electoral y el Poder Ejecutivo.

¿Cómo se puede pedir el voto 2015 sin explicar la conducta de los diputados opositores, quienes, sin esperar calentar las posaderas de sus curules, se atropellaron lanza en ristre, abandonando la Asamblea Nacional más de un 50% de ellos, para competir en las primarias opositoras 2012 a cargos de alcaldes, gobernadores y hasta de presidentes? A tal extremo que, en el estado Zulia se perdió un diputado, dado que el principal y el suplente son hoy alcaldes en la Costa Oriental del Lago y no se exigen elecciones para suplirlos. Igual caso hubiera sucedido en Anzoátegui y otras regiones del país.

No hay que tener duda alguna en participar en las elecciones legislativas, agotar los esfuerzos unitarios y un plan de acción más allá de lo electoral que implique la lucha económica y lo socio laboral para tener opción, frente un régimen que trabaja a placer en varios tableros. En Miraflores, analizan en caliente al país en varias salas situacionales, mientras la oposición no maneja ninguna, entre tanto el proyecto gobernante va rampante rumbo a su Estado Comunal, con un PSUV disciplinado con un credo chavista y un plan de formación militante

Continuar  con la permanente política opositora de subestimar al chavismo y esperar a la sombra de un cují la caída del régimen, es asumir en la práctica una política colaboracionista de la que se ha beneficiado la coalición militar-cívica gobernante, antipatriota y depredadora de nuestra nación

El mensaje de los sonidos del silencio del cacerolazo, convocado por la MUD el jueves pasado encara la frustración, la decepción de un electorado que está cansado, agobiado de ser mayoría y de que nadie le interprete su voluntad de lucha y de cambio, ante un régimen oprobioso, negador de todos los derechos democráticos y sociales consagrados en la CRBV.

Repetir la práctica gubernamental de aquí no ha pasado nada, solo por complicidad,  descalificar las divergencias y no ser capaces de ser autocríticos,  nos condena a soportar sus aberraciones  en el tiempo, aun cuando nuestro país esté en peligro de extinción, ante un pueblo condenado a la precariedad y a la miseria.

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(*) Movimiento Laborista