Puedo vender una encuesta…, pero me vendo yo también

Una encuesta, es un conjunto de preguntas normalizadas dirigidas a una muestra representativa de la población o instituciones, con el fin de conocer estados de opinión o hechos específicos.

¿Cuál es el objeto de una encuesta? Recabar un rápido y preciso flujo de información sobre las preferencias, necesidades y comportamiento de los miembros de una sociedad. Es en respuesta a esta necesidad crítica de información, solicitada por: el gobierno, el comercio y las instituciones sociales,
por lo que se pone tanta confianza en las encuestas.

Por ejemplo, antes de una elección, una muestra de electores es interrogada para determinar cómo los candidatos y los asuntos son percibidos por el público… un fabricante hace una encuesta al mercado potencial antes de introducir un nuevo producto…una entidad del gobierno comisiona una encuesta para obtener información, para evaluar legislación existente, o para preparar y proponer nueva legislación.

Una forma reducida de una encuesta por muestreo es un «sondeo de opinión», esta forma de encuesta se caracteriza, porque la muestra de la población elegida no es suficiente para que los resultados puedan aportar un informe confiable. Se utiliza sólo para recolectar algunos datos sobre lo que piensa un número de individuos de un determinado grupo sobre un determinado tema.
Actualmente, existen sistemas de gestión de encuestas en Internet, que están acercando su utilización a investigadores que hasta el momento no tenían acceso a los medios necesarios para ejecutarlas. Es un novedoso método de hacer encuestas, que permite que cualquier persona o empresa realice un estudio de investigación de una forma rápida.
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La información es recogida usando procedimientos estandarizados de manera que a cada individuo se les hacen las mismas preguntas en más o menos la misma manera. La intención de la encuesta no es describir los individuos particulares, quienes por azar, son parte de la muestra, sino obtener un perfil compuesto de la población.

Lo más importante de una encuesta, para lograr el objetivo, es el encuestador honesto. Si no tenemos ese elemento muy bien seleccionado, y un buen supervisor pendiente del personal escogido para tal fin, no podremos obtener resultados ciertos. Si un encuestador no cubre las metas y llena las encuestas el mismo, o no toma en cuenta: las edades, sexo, sector a cubrir, etc., seguramente estaremos dando resultados equivocados.

Hoy día existen muchas empresas dedicadas a este mercado en ascenso, cada vez más acelerado. Muchas, conocidas y de credibilidad; otras, menos conocidas; pero no por eso menos confiables. El asunto es, dar un resultado verdadero, no sesgado, no para complacer a la persona, empresa, u organismo que las contrató. Se debe tener la suficiente honestidad y firmeza, para enfrentar al contratante, con unos resultados ciertos. No como suele suceder en muchas oportunidades, algo que estamos viendo a menudo, resultados inclinados hacia el lado interesado.

Encuestas preparadas, encuestas amañadas, encuestas inclinadas hacia acá o hacia allá, encuestas viciadas.

Puedo vender una encuesta…, pero me vendo yo también.

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