¿Qué esperar de la diatriba comercial entre USA y China?

En un articulo anterior señalábamos  que era predecible que el indicador del crecimiento económico mundial se  desvaneciera en lo que resta del año como consecuencia del aumento en las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China; que según la Organización Mundial del Comercio (OMC), el indicador de las perspectivas comerciales  ya reflejaba la reducción de los movimientos sobre los volúmenes de exportación, producción y venta de vehículos.

Por tanto, el reciente informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) donde se dio a conocer su informe global anual en el que pronostica que la economía global crecerá menos de lo previsto, 3,7% en 2018 y 2019, como resultado del enfrentamiento comercial entre los dos países, lo que viene es a reconfirmar lo que ya era de esperar. La OMC al igual que el FMI había previsto un crecimiento mayor al que se espera; sin embargo, los especialistas de los organismos internacionales opinan que de continuar la escalada de políticas comerciales restrictivas pudiese registrarse una tasa considerablemente más baja.

El hecho más claro es que se ha reducido el índice de pedidos de exportación, lo que según los expertos de la OMC posiblemente sea consecuencia de la mayor incertidumbre causada por el agravamiento de las tensiones comerciales.

Lo cierto es que los aranceles anunciados e impulsados por el gobierno norteamericano comenzaron a regir sobre sobre miles de productos chinos. El arancel aplicado es del 10% a los nuevos bienes importados de China por un valor de 200.000 millones de dólares. Mientras que se espera,  que los chinos respondan con tarifas de importación del 5% o 10% a los productos estadounidenses por un valor aproximado de 60.000 millones de dólares.

China ha acusado a USA de valerse de información falsa para intimidar a otros países, usando el aumento de los aranceles y otros medios de intimidación económica, para imponer sus intereses en China. Asimismo, acusa a Trump de torpedear años de esfuerzos para acercar a los dos países. Por su parte el presidente Trump solicita a China poner fin a las practicas comerciales que considera desleales y restan inversiones y empleos en Estados Unidos. Deplora especialmente las obligaciones que se le imponen a las empresas estadounidenses que se instalan en el país asiático. Especialmente en cuanto a que los chinos los obligan a tener socios comerciales y compartir con ellos tecnologías, lo que para Washington se considera como un robo de la propiedad intelectual.

Según la calificadora Fitch, la guerra comercial es una realidad y señala que el proteccionismo de USA ya alcanzó un nivel que afecta sensiblemente la perspectiva de crecimiento económico, tal como lo ha confirmado recientemente el FMI. La calificadora también estima, que cualquiera sea la magnitud de las represalias chinas, estas no compensaran totalmente el impacto de los aranceles que impuso Estados Unidos.

Lo más preocupante de esta realidad, son las implicaciones que esta diatriba comercial tendrá en el crecimiento y recuperación económica de los países, especialmente los menos desarrollados y más pobres, ya que las importaciones de los productos y servicios que provienen del mercado internacional habrá que pagarlas más caras. Resta esperar y cruzar los dedos para que en la reunión del grupo de los 20 que se realizará en Argentina en el mes de noviembre, donde se encontrarán los representantes de estas dos potencias, se alivien las tensiones que ya empieza a preocupar a la economía mundial.