¿Qué nos deparará el nuevo año: devaluación, ajuste fiscal, una combinación de ambas medidas ? ¡Sabrá Dios!.

La incertidumbre de nuevo presente en Venezuela. Casi todo el mundo asegura que el regalo que tendremos para el nuevo año será una devaluación. Connotados analistas económicos del país y del extranjero aseguran que el Ejecutivo Nacional no tendrá más remedio que devaluar, si quiere cuadrar sus cuentas.

Aseguran que el inmenso déficit fiscal existente, la gran deuda tanto interna como externa adquirida, el crecimiento desmesurado del gasto público, y las pocas reservas internacionales efectivas los obligará a realizar los ajustes.

Estos añaden que el mayor indicativo de lo que nos espera, se refleja en el comportamiento del dólar paralelo, que se ha disparado hasta cuadruplicar su cotización frente a la divisa controlada, como resultado de la disminución de las asignaciones a través del SITME que maneja el BCV. Se asegura, que nunca se había enfrentado una sequía tan fuerte del billete verde en el país.

Por supuesto que si eso llegara a ser cierto, y fuese verdad que el Gobierno no dispone de dólares suficientes para cubrir las necesidades de bienes importados que el país no produce, los logros en términos crecimiento del PIB y de la disminución de la inflación se desvanecerían y caeríamos en una situación muy difícil y, de la cual habría que cuestionar que sufriéramos esa calamidad, con un precio del petróleo que promedia los 100 bolívares.

Como es de esperar, los rumores de una devaluación del bolívar se multiplican y suben los costos de reposición, y por supuesto los costos de especulación que al final prevalecen como una forma de pescar en río revuelto, augurándose un aumento de los precios de los productos.

Otros que piensan distinto

No obstante, existe otro grupo de economistas, entre los que se encuentra Maxim Ross, que creen que el Gobierno no devaluará en 2013 porque su lógica no responde a las leyes del mercado, sino a sus intereses políticos. Tiene en frente dos elecciones y una posible tercera, en caso de ir a un proceso constituyente para aprobar todo el tema de las comunas, y dicha devaluación sería un duro golpe en su popularidad.

Además, si devalúa, sus metas inflacionarias cambiarían enormemente; no se llegaría al solo dígito que se proyectó ya ante la Asamblea Nacional en el presupuesto 2013.

El Economista considera, que el Gobierno tiene como objetivo el control absoluto del poder económico, y no la de política de precios adecuada. No se requiere una devaluación para resolver los primarios problemas económicos del gobierno, en moneda local, porque puede recurrir al préstamo de dinero en el mercado interno, enviando dinero de gasto fiscal y emitiendo bonos de la deuda.

Por su parte, el economista Nicolás Bianco, ha señalado que en el 2013 no habrá devaluación, sino un ajuste fiscal y que el SENIAT tratará en el primer semestre de incrementar sus niveles de recaudación; que en el caso de no ser suficientes, se produciría un aumento del IVA en el segundo semestre.

Existen otros, los analistas de banca de inversión, que indican que se modificará el control de cambio y se efectuará un ajuste fiscal.

Como podrá ser observado, el panorama no está nada claro, inclusive hay quienes señalan que el Gobierno dispone de dinero en dólares en bancos extranjeros y que los traerían si fuese necesario. Y por supuesto, el Gobierno ha desmentido la posibilidad de una devaluación.

En fin, los venezolanos viven en una permanente incertidumbre, hecho que no les permite pensar con claridad y. en definitiva. casi que hay que disponer de cualidades divinas para conocer los que nos reserva el futuro.

Nosotros particularmente creemos que de todas las medidas posibles, el ajuste fiscal podría ser una medida que ocasione menos inconvenientes a los que menos tienen, porque si algo perjudica al ciudadano común es la inflación pareja para todos, cuando es resultado de la devaluación. También creemos, que ya es tiempo de que el Gobierno inicie medidas orientadas a desmontar el control de cambio, porque si bien es cierto que fue una necesidad para el momento de su implementación, van 10 años y la ciudadanía se percibe cansada del mismo.

Es más, existen propuestas orientadas a desmontarlo en el mediano plazo que se deberían considerar.