¿Qué ocurrirá?

«La sabiduría es, además de lo prudente y lo sensato, la quinta esencia del conocimiento.» Kaled Yorde.

Es sorprendente el caudal de opiniones por todos los medios haciendo conjeturas sobre los resultados de este 20 de mayo y qué va a ocurrir a partir del día 21; como si se esperara un milagro. No soy clarividente, pero instuyo y preveo que ese día 20 se perfeccionará el fraude electoral más descarado de nuestra historia, el cual ya tiene preparado el régimen dictatorial. El candidato Maduro ganará, pero, paradójicamente, su legitimidad se reducirá; su radio de acción, su gestión y sus relaciones internacionales se verán constreñidas a un grupito de cómplices temerosos de la teoría política del bumerang.

Los que asisten en comparsa como candidatos presidenciales tendrán su futuro económico asegurado, no así el político, una vez cumplida su misión de intentar dar un barniz democrático a la farsa montada concertadamente con las instituciones espurias que obedecen al mandato del PSUV y sus bandas asociadas. Ese será el precio de su traición.

Los que consideran que votando tendremos una oportunidad de devolverle el rumbo democrático a la nación, seguirán, ingenua o interesadamente, culpando a los que no asistimos a ese simulacro electoral del «error histórico» que cometimos y hablando posiblemente de la necesidad de diálogo y reconciliación, en una especie de rendición ante el afán burocrático.

El régimen triunfante en su «reelección», intentará atraerse a los votantes de oposición ofreciendo premios de consolación que serán aprovechados por los organizadores de la corrupción y el descalabro nacional, así como por ávidos burócratas con intenciones de seguir vivos políticamente reclutando incautos y vividores de oficio.

Los que tenemos claro la trágica situación económica, política, social y moral que pesa sobre los hombros del venezolano, sabemos que a partir del día 21 de mayo se hará necesario redoblar los esfuerzos para seguir la lucha donde se impondrá la sabiduría y una nueva conciencia por devolver a la nación su dignidad y lograr un cambio institucional que permita unas elecciones verdaderamente limpias y transparentes que permitan a otros gobernantes con el perfil adecuado,  principios muy sólidos y el esfuerzo de todos los venezolanos, sacar al país del pantano putrefacto en que se encuentra.

A partir del 21 de mayo debemos impedir que cunda la desesperanza porque tendremos nuevos elementos a favor de nuestras luchas. A nivel interno tenemos venezolanos capaces y dispuestos a conducir el país con responsabilidad y conocimiento de lo que hay que hacer para reconstruir una patria decente, civilizada y moderna; a nivel externo, los acontecimientos se acelerarán favorablemente, ya que convergerán intereses geopolíticos y geoeconómicos, dentro de una estrategia de carácter mundial, donde la prioridad por razones de seguridad la tendrá sacar del juego político a los países que representan una amenaza nuclear y centros de comercialiacion del narcotráfico, donde desgraciadamente han incorporado a Venezuela los vándalos que tienen el poder actualmente.

No hay que desesperarse ni impacientarse, surgirán líderes nuevos y viejos que se crecerán ante los obstáculos y dificultades. Venezuela resurgirá de las cenizas, las enterrará junto con los escombros ideológicos de un estado fallido dirigido por los engendros del mal, y se reconstruirá con nuevos esquemas producto de las enseñanzas que dejará este terrible período histórico. Entonces reclamaremos nuevamente el lugar que nos merecemos entre las naciones prósperas y serias del nuevo mapa mundial.