¡Que os pasa tíos¡

Lo sucedido el domingo en Cataluña fue de escándalo mundial, particularmente para los latinoamericanos, a quienes la Madre Patria no nos es indiferente ya que cinco siglos de vínculos históricos no pasan en vano, dejan profundas huellas en la cultura y nuestro ser, siendo la península ibérica el puente con la historia universal.

Los efectos del desenlace de este desencuentro dominical afecta no solo a catalanes y españoles, produce terribles trastornos a la Unión Europea, quien observa como el maltrato a los nacionalismos puede generar no sólo en España, sino en el continente una epidemia de secesiones contrarias a la realidad global del siglo XXI.

En este caso refleja la incapacidad de la Generalitat y del Presidente Rajoy de afrontar una solución a las exigencias nacionalistas, ya que ambos se han enzarzado desde las trincheras del poder en asumir posiciones, que no contribuirán a una solución civilizada ante los resentimientos que afloran en la región, ya que tanto la convocatoria improvisada al referéndum donde hubo ventajismo por el SI, como los brutales atropellos de la Guardia Civil a la población que decidió votar, reflejan posturas insensatas ante la grave crisis.

En realidad el contexto de acuerdos va más allá de lo jurídico, se centra en lo político, ya que la separación de Cataluña es como un tejido al que se le despunta la costura de 17 autonomías, que convergieron mediante referéndum en la constitución vigente (1978) en la conformación de la nación, luego de haber superado la larga noche franquista, quien creyó en 1939 al concluir la guerra civil tener “todo atado y bien atado” sobre los cadáveres de casi 1 millón de españoles.

¿Cuál es entonces la solución según los independentistas catalanes?, balcanizar España y disgregarla en repúblicas separadas, ya que a Cataluña pudiera seguirle Euskadi, cuyas aspiraciones históricamente han sido más radicales que la de los catalanes, a tal punto que tuvo en la ETA su brazo armado, hoy por cierto disuelta e integrada a la legalidad, luego ¿quién vendría? ¿El país Valencia, Galicia o Andalucía?

Si pugnas por ser nación independiente siendo hoy una autonomía en el Estado español, con el mayor desarrollo y mejor nivel de vida de toda España, es porque tienes la posibilidad de ofrecer algo mejor a tu pueblo. Veamos, el aporte de Cataluña al PIB español es de 19%, producido también gracias a la relación con el resto de España, a quien le vende un 80% de su producción anual, cuota que deberá vender como nación independiente en París, Londres o Berlín en un agresivo mercado global, en lugar del mercado seguro que mantiene actualmente.

Son riesgos a asumir para luego no lamentarse, ya que insuflarse el pecho celebrando la Diada o bailando la Sardana, no será suficiente para lograr una economía boyante en medio de un mercado global donde sobreviven solo los competentes, sino pregúntense por que el Canadá francófono postergó sabiamente el grito separatista de Charles Degaulle ¡Vive le Quebec libre¡(1967), al reconocerse uno de los países más prósperos del mundo, o por que hoy los ingleses están arrepentidos del Brexit (2016) al separarse de la Unión Europea y perder una de las condiciones más ventajosas para su economía.

Por tanto, tíos, poneros de acuerdo, ya que por ahí anda el Estado Islámico reclamando el Al-Ándalus y el restablecimiento del Califato de Córdoba, cuando la España árabe era la región de mayor estabilidad política y de desarrollo intelectual y económico de la Europa feudal.