Salario Mínimo = Justicia Social

“Un gobierno socialista sabe que
debe determinar cuánto necesita
una familia para cubrir sus
requerimientos básicos.
Va más allá de un número”

D. Alvarado

EL SALARIO MÍNIMO: “Es al que todo trabajador tiene derecho a percibir para subvencionar sus necesidades normales y las de su familia, en el orden material, moral o cultural”. Es de cumplimiento obligatorio, por debajo de él no se puede pactar ninguna remuneración; lo fija el gobierno, previo estudio del costo de vida y de las condiciones de la macroeconomía imperantes (sic).

De acuerdo con la Ley, el salario mínimo deberá ser suficiente para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia en el orden material, social y cultural, y para proveer la educación básica a los hijos.

Busca darle al trabajador un nivel de vida que esté de acuerdo con su posición social y con la naturaleza de la actividad que desarrolla.

A partir de 1999, el Régimen Nacional ha asumido como política la modificación de los niveles del Salario Mínimo, decretándola cada año con ocasión de la celebración del Día del Trabajador (Feliz Día a los asiduos trabajadores lectores de este espacio). Esta política, enmarcada en la normativa legal vigente, debería estar asentada en indicadores básicos como el costo de la canasta alimentaria, de la canasta básica y en los índices de precios al consumidor (sic).

En este orden de ideas, muchos profesionales de las ciencias sociales ligados al mundo laboral –entre ellos el Prof. J. Bonilla García, de la UCAB– han identificado algunos aspectos útiles para el análisis, relacionados con los incrementos del salario mínimo en el mercado de trabajo venezolano, con especial énfasis en el período reciente. Su objeto es enriquecer la discusión de manera de poder contribuir a que este tipo de política se enmarque en un plan coherente que combine medidas específicas que incentiven el empleo, la productividad y exploten las ventajas comparativas del país, lo cual se traducirá en una mejora de los niveles de calidad de vida de la población. Estas ideas nunca han sido tomadas en cuenta por la gerencia pública central.

El Prof. I. Sánchez, Profesor-Investigador de la Universidad de Carabobo, Venezuela, sobre este delicado tema, declaró lo siguiente: “Cuando el 31 de diciembre de 2007, el Gobierno Nacional implementó su decisión de eliminarle tres ceros a nuestra moneda y -a partir del 01 de enero de 2008- un billete de Bs 1.000 se convirtió en «1 Bolívar Fuerte», se buscaba colocar al país en la senda de una inflación controlada, porque se acompañaría esa medida con políticas ciertas que protegieran al bolívar de su deterioro sostenido ante una inflación que competía en el ranking mundial como una de las más altas. Paralelamente a esa medida, a fines estadísticos del Índice de Precios al Consumidor (IPC) se «reseteó» para llevarlo nuevamente a 100, con lo que el 31/12/2007 se convirtió también en la base 100 de este medidor”.

Agregando el Prof. Sánchez lo siguiente: “la idea del gobierno pudo haber sido buena, pero no funcionó. Al 31 de marzo de 2011, que es la última cifra publicada por el Banco Central de Venezuela (BCV), el IPC se ubica en 220,7 lo que quiere decir que 3 años y 3 meses (39 meses) los precios se han más que duplicado; se han incrementado en 120,7% o dicho en otras palabras, lo que valía el 01/01/2008 un bolívar «fuerte» hoy cuesta dos bolívares «fuertes» con veintiún céntimos”.

Viendo el desarrollo de la capacidad adquisitiva o el poder de compra de los hogares venezolanos, desde una perspectiva general, ha estado golpeado fundamentalmente por la pérdida del salario real de los trabajadores. Y, en relación con el ingreso, se destaca -además de las cifras mencionadas anteriormente- los resultados emitidos por el PNUD en el informe sobre desarrollo humano, concluye que VENEZUELA ESTÁ ENTRE LOS 70 PAÍSES CUYO NIVEL DE INGRESO ACTUAL ES INFERIOR AL DE 1960.

El máximo líder de este régimen, al anunciar esta semana el incremento del salario mínimo mensual, no mencionó su equivalente en dólares, como si lo hizo el año pasado. La razón es muy clara: en vez de incrementar el monto, lo rebajó. A continuación, se explica el por qué: Bs. 1.223,89 (salario mínimo actual) entre Bs. 2,60 por dólar -que era el cambio para el año pasado- da $470,73 (en ese entonces dijo que era el salario mínimo más alto de América y tal vez del mundo, pero no dijo que el precio de la hamburguesa en Venezuela es uno de los más altos). El nuevo salario mínimo, a sumarle el 15% el 01/05/2011, más el 10% el 01/09/2011, llegará a Bs.F. 1.548,22; el cual dividido entre Bs. 4,30 por cada dólar, que es el cambio oficial actual, da $360,05. O sea, que en vez de incrementar el 26,5% como están alardeando los personeros oficialistas, se lo rebajó en 23,5%. Los números no mienten: “Dios habla a través de los números” (Pitágoras).

El incremento del Salario Mínimo, aunque beneficia a la masa laboral, podría significar un cohete espacial de la inflación. Este régimen debería aplicar planes para recuperar el empleo y fortalecer el aparato productivo y no sólo pensar en el salario. El aumento debe adecuarse a la productividad. Es recomendable que en un futuro se reactive la Comisión Tripartita –muy exitosa en la época democrática– para discutir no sólo el tema salarial, sino políticas de empleo, responsabilidad social, productividad, etc.

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