Salud mental en la empresa

En el último informe sobre la Salud Mental en el mundo, que la Organización Mundial de la Salud emitió, aparecen cifras interesantes que quiero compartir para justificar el presente artículo que hoy les traigo.

Según la OMS (2001), un millón de personas se suicidan anualmente y entre 10 y 20 millones intentan hacerlo. Esto como consecuencia de la depresión y el estrés, los cuales son la cuarta causa de morbilidad (enfermedad) en el mundo; y para el 2010 se estima que serán la primera causa de enfermedad y ausentismo laboral.

Es apenas en los últimos cinco años que comenzamos a ver récipes psiquiátricos para reposo laboral en algunas empresas de nuestra ciudad. Algo que en el pasado tenía acento de tabú y generaba rechazo. Aún existe resistencia ante la idea de ser estigmatizado por sufrir algún colapso nervioso, un síndrome de fatiga crónica o un episodio de estrés laboral agudo expresado como un desajuste situacional emocional, es decir, comenzar a gritarle a la gente, andar irritable constantemente y caer al piso por una crisis hipertensiva o un dolor en el pecho.

No todas las crisis terminan en un hospital, pero cada vez es más frecuente el diagnóstico de “estrés” y la ínterconsulta con psiquiatría en nuestras emergencias médicas. Todo lo expresado conlleva a una relación directa con el significado de Salud Mental Ocupacional, área de la Psicología y la Psiquiatría que aún no ha tenido fuerza suficiente en nuestras empresas, teniendo como resultado la inexistente cultura de salud mental laboral.

Ya para finales del siglo 19, Federico Engels hace referencia a la situación de la clase obrera en Inglaterra como “crimen social”, por las precarias condiciones en las que se trabajaba. (Engels, 1845). Con el pasar del tiempo apareció Sherman (1927), quien afirmaba que, “la psiquiatría debería ocuparse legítimamente en la esfera laboral, del ajuste del individuo a su situación de conjunto e intentar impedir los desajustes, tratando de crear intereses e incentivos”.

En las primeras ediciones del Tratado de Psiquiatría de Friedman, Kaplan y Sadock, aparece claramente la definición de Psiquiatría Ocupacional: “Campo que se interesa por la adaptación de un individuo a su ambiente laboral. No se limita a la psicopatología, sino que se ocupa igualmente de los factores del ambiente laboral que estimulan una conducta saludable”. (1984, Pp. 2620).

Ahora bien, ¿Estamos promoviendo una conducta saludable en nuestras empresas? ¿Estamos realizando la vigilancia epidemiológica de la salud mental de nuestros trabajadores? ¿Sabemos lo que significa la esfera “psicosocial” del trabajador? La, ya tan conocida ley, LOPCYMAT menciona la palabra psicosocial sólo dos veces en todo su texto. No porque no tenga importancia, sino porque aún estamos dilucidando lo que significa el aspecto psicosocial del trabajador.

Para lograr esclarecer tal definición, debemos volver a la Psicología y las bases de la conducta; pero no es el tema en cuestión. Lo importante a resaltar es, la imperante necesidad que tiene el mundo moderno de desarrollar los aspectos psicosociales que definen a la existencia humana. Empresas diseñadas ergonómicamente, psicólogos en las empresas, reuniones de fin de año en localidades que generen contacto con ambientes naturales (playas, montañas), leyes que intentan proteger la psique del trabajador y cada vez más, reposos médicos emitidos por psiquiatría. Todo esto no es más que el resultado del cambio a un nuevo paradigma en relación con el trabajador y su medio ambiente laboral.

Ya no es suficiente enviar al trabajador a una consulta psicológica o psiquiátrica, ni hacer cursos en las montañas y meditaciones vestidos de blanco cada año. Los textos como “La Nueva Mística Empresarial”, “Administración por Valores” de O’Connor, “Compromisos para Ser Líder” de Cornejo, Las Seis Medallas del Valor” de De Bono y “Cómo disfrutar de la Vida y el Trabajo” de Carnegie, entre tantos otros que inundan el mercado actual, no son más que el resultado de una necesidad antigua de encontrar el Santo Grial del éxito integral, al desarrollarnos como seres humanos y evolucionar a un estado de consciencia superior, donde la asertividad se expresa en una vida responsable y libre. Bernard Shaw dijo que: “la libertad conlleva responsabilidad; por eso no todo el mundo la persigue”.

Quiero dejar el mensaje de la importancia de instalar, cultivar y mantener la cultura de la salud mental ocupacional viva en nuestras organizaciones, siendo, tal vez, la única manera de alcanzar la punta de la pirámide en la escala de motivación de Maslow: la autorrealización personal traducida al éxito empresarial. No existen empresas exitosas si su personal no está saludable, feliz y en armonía con su ambiente laboral. Personalmente, desde hace unos años, he estado promoviendo la importancia de la salud mental en las empresas. La respuesta ha sido lenta, pero mes a mes se suman más organizaciones a los programas de apoyo psicosocial que existen en el mercado.

Esto me da esperanza y me motiva, elevando mi compromiso, a seguir ofreciendo salud mental: no sólo el tratamiento de la Psicopatología sino la promoción del bienestar personal, el crecimiento emocional y el autoconocimiento para la liberación personal. “Se puede ser feliz, sin exigirle a los demás que estén de acuerdo con uno”. (Goethe).

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