Según Jose Luis Cordeiro, de no corregir Venezuela podría convertirse en el próximo Haiti

Venezuela podría convertirse en el próximo Haití.

Rafael Gómez Torres

[email protected]

Sincerar la economía venezolana y enrumbar al país por la senda de la recuperación monetaria es un escenario posible para el economista y experto petrolero venezolano José Luis Cordeiro, quien sin dudar coloca todas sus fichas en un solo número, un solo color: aplicar un proceso de dolarización.   

Cordeiro ha participado en seis transformaciones de este tipo en Ecuador, El Salvador, Kosovo, Montenegro, Estonia y Lituania. Asegura que ha llegado la hora para su aplicación en el país antes de “retroceder otros 50 años en materia económica”.

“En Ecuador se dolarizó con apenas $ 850 millones aproximadamente. En el caso de Venezuela, el país tiene extraordinarios recursos dentro y fuera. Eso permitiría hacer una buena dolarización con cinco mil millones. Sin embargo, la cifra es irrelevante. Si hay 100 millones de dólares disponibles, entonces puede hacerse también solo con ese monto”, apuntó el también profesor de la Singularity University en Silicon Valley, Estados Unidos.

Autor del libro “La segunda muerte de Bolívar”, en el que describe el proceso de deterioro del poder adquisitivo del venezolano en los últimos 50 años, Cordeiro condena la existencia de bancos centrales politizados y la apropiación por parte del Estado del petróleo y la estatización monetaria.

¿Por qué una dolarización y no otro rumbo para la recuperación económica?

—No me gusta usar la palabra dolarización, yo propongo simplemente libertad cambiaria y la propiedad privada del dinero. Si hay gente que quiera tener dólares, que tenga dólares. Si hay alguien que quiera bolívares, pues que guarde sus bolívares. Lo que yo planteo es una libertad total monetaria. Hay mucha ignorancia en Venezuela sobre la dolarización, incluso de economistas que no tienen la más remota idea y no han trabajado en esto.

¿Cómo vislumbra un proceso de este tipo en Venezuela?
—Los mercados se ajustan después de hacer un anuncio de una completa libertad cambiaria. Cada país es distinto, pero las leyes de la economía funcionan igual. Si eliminas el control cambiario y determinas la libertad cambiaria, en pocos días se ajusta la tasa de cambio.

En un ejercicio de soberanía monetaria, el Gobierno podría argumentar que esa propuesta no es considerable…

—El concepto de soberanía monetaria está mal interpretado. No es la soberanía monetaria del gobierno, es la soberanía monetaria de la gente. Que la gente decida. Sí, es posible dolarizar en Venezuela, sería la medida más transparente y con más credibilidad para la población. Hay que preguntarle a la gente si prefiere ganar en dólares o en bolívares. El Salvador y Ecuador son gobiernos de izquierda que odian la dolarización, pero no la pueden eliminar porque tiene una aprobación por encima del 90%. Cuando uno habla de soberanía, tiene que ser soberanía de la gente.

Sería necesario entonces un referendo monetario…

—Claro. En vez de hacer tanto referendo político, por qué no hacemos un referendo monetario y que se le pregunte a la gente; sería la decisión más soberana, patriótica y popular de la historia de Venezuela. Sería soberana porque le vas a devolver la soberanía monetaria a la gente, patriótica porque finalmente Bolívar va a descansar, ya que la moneda que lleva su nombre está muy desacreditada. Como referencia histórica, los Estados Unidos se copiaron hace más de 200 años del peso español al crear el dólar. ¿Acaso perdió Estados Unidos su soberanía cuando copió el peso español? El dólar se ha copiado dos veces de nosotros, de nuestras monedas, una del peso español en 1792 y otra del peso mexicano en 1865.

La medida de control cambiario se tomó en 2003 cuando las reservas disminuían rápidamente, hoy son aún menores ¿Ha sido esto un fracaso?

—Hay estimaciones que el Gobierno ha sacado más de 300 mil millones de dólares. Venezuela es un país que se puede dolarizar rápido con poco dinero. Ecuador se dolarizó con 850 millones de dólares y las reservas de ese momento eran 1.200 millones de dólares, no es nada comparado con Venezuela. Sobraron casi 400 millones que quedaron en el banco central. Los bancos centrales politizados no hacen falta en el mundo global del futuro. Por ejemplo, Panamá no tiene banco central, y no lo necesita.

—Tampoco se ha diversificado la economía nacional…

—El Estado ha acaparado las principales actividades productivas como el petróleo. En los años 60 y 70 se inició la primera actividad petrolera privada en Venezuela hasta que el Estado las expropió en los años 70. ¿Cómo es posible que los venezolanos no podamos participar directamente en el negocio más rentable que tenemos? El país está perdiendo la última oportunidad histórica de hacer algo productivo con el petróleo ya que en unos 20 años dejará de usarse debido a las energías renovables limpias. La dolarización como en Ecuador puede ocurrir también en Venezuela, aunque mucho mejor y más rápido.

¿Sugiere entonces que las medidas económicas tomadas se han aplicado por desconocimiento?

—Hay ignorancia en Venezuela, hay desconocimiento y por eso se han tomado estas medidas equivocadas. Se han implementado terribles decisiones económicas y con los dos principales activos de la gente: su dinero y su petróleo. El gobierno aquí no vive de la gente, no vive de los impuestos, sino que vive del petróleo. El Estado venezolano es un estado “impropio” porque se apoderó de los recursos de su población. No solo estatizó el petróleo, sino que también estatizó la moneda. En Venezuela no existía banco central en 1940, cuando se creó, y fue mitad privado hasta 1974. Su completa estatización fue la verdadera tragedia del país.

—En su libro usted afirma que Venezuela ha retrocedido 50 años…

—Hemos perdido medio siglo y lo peor es que esto puede continuar. Mira el caso de Haití, era la colonia más rica de las Américas en el siglo XVIII. Hoy es ejemplo de fracaso, lleva más de 200 años de retraso. No sabemos si el país seguirá así por otro medio siglo. Venezuela podría convertirse en el próximo Haití.

—¿Cómo ve el panorama económico para el 2017?

—Terrible. No es solo por el tema monetario, que está ahorcando al país, sino por el tema petrolero. El petróleo ya no tendrá utilidad en unos 20 años, estamos viendo la muerte del petróleo. Ya no hay nuevas plantas de generación de carbón, ni tampoco de gas natural. Ahora comenzaron a comercializar los carros eléctricos que los recargas gratis en diferentes puntos para siempre. La gasolina no podrá competir contra la electricidad, es imposible.

—¿Qué debe hacerse entonces?

—Hay que abrir el sector petrolero y el sistema cambiario, que se estabilicen los precios del dólar. El gobierno logró que se reconocieran las reservas, ahora tenemos 400 años de petróleo. Eso es maravilloso, lástima que no se va a usar en 20 años. Hay que mirar más allá del petróleo como lo han hecho países como Noruega, Arabia Saudita y los Emiratos Arabes que, aun cuando son productores de crudo, ya se están preparando para las energías alternativas del futuro: limpias y renovables.

 

Con información de Panorama.com.ve