Según Steve Hanke «La economía venezolana está en una encrucijada»

Ha sido la mente de las privatizaciones de Ronald Reagan y antiguo asesor del presidente venezolano Rafael Caldera en el bienio 1995-1996. Steve Hanke, profesor de Economía Aplicada en la John Hopkins University en Baltimore, está considerado como uno de los mayores expertos mundiales en el tema de la inflación. También ha trabajado con los gobiernos de Montenegro y Bulgaria para poner fin a la subida de los precios.

¿Cuál es el mayor problema económico de Venezuela en estos momentos?

La hiperinflación. Lleva 27 meses seguidos fuera de control. A lo largo de la historia, sólo se dieron cuatro casos con una subida de precios similares. Según mis cálculos, en estos momentos la tasa de inflación anual roza el 120.000%. Venga el gobierno que venga, deberá acabar con esta plaga. Esto le permitiría ganar la credibilidad y la confianza necesaria en los mercados. No es algo fácil de conseguir.

¿Y usted qué propone?

Hay dos opciones posibles. Una es el llamado currency board, es decir aplica una tasa de conversión fija entre el bolívar y el dólar. Yo participé en un proyecto similar en Bulgaria en el año 1997. El país balcánico tenía un inflación mensual del 242%. Después de adoptar la medida, al introducir un tipo fijo vinculado al marco alemán, la subida de precios se desplomó en 24 horas.

La otra posibilidad es la dolarización de la economía. Es decir, adoptar directamente una divisa extranjera en Venezuela, en este caso el dólar estadounidense. De hecho, es algo que ya está ocurriendo en la práctica, porque el dólar ya actúa como moneda de referencia.

Entre los ejemplos, tenemos a Montenegro en 1999 con el marco alemán, y Ecuador en el 2001, con el dólar. En ambos casos, la inflación se estabilizó. Mucho dependerá si en Venezuela el Parlamento querrá introducir estas medidas, es una decisión política.

» Para luchar contra la inflación o se adopta el dólar o se introduce un tipo de cambio fijo con el bolívar”

A Argentina le fue bien una década, pero luego…

El sistema de libre convertibilidad peso-dólar de Domingo Cavallo estaba lleno de excepciones. Al principio se restauró la confianza, pero no funcionó, era un mecanismo imperfecto. Yo estaba seguro de que iba a fallar a largo plazo.

¿Y una vez estabilizados los precios?

Hay que privatizar la industria petrolera y abrirla al mercado. PDVSA está al borde del colapso. En este sector hay mucho dinero por invertir, tanto para potenciar la extracción como el refino. Ahora bien, cuando se habla de que Venezuela tiene las mayores reservas de petróleo del mundo, hay que tener presente de que se trata de una variedad de crudo muy pesado, con muchas impurezas. Su petróleo cotiza a un precio de descuento en los mercados.

Sin embargo el problema es otro: Venezuela tiene un ritmo de extracción tan bajo que, de mantenerse constante, se tardaría 400 años en agotar los pozos, con lo que en las condiciones actuales estas reservas no tienen valor económico alguno, a no ser que se invierta de verdad en equipamiento nuevo.

«El potencial es enorme, pero habría que privatizar la petrolera estatal para aprovechar recursos”

¿No le vendría mal un poco de ayuda de instituciones internacionales como el FMI?

Estos organismos nunca han salvado a nadie. Mire el caso de Argentina, que ha recibido hasta una veintena de programas de ayuda económica. Lo que deberían hacer estas instituciones es ayudarles a negociar la deuda, porque está claro que el país no estará nunca en condiciones de devolver el dinero. Sería idónea una asesoría técnica del FMI más que su apoyo financiero.

¿Qué se necesita para que los inversores extranjeros vuelvan a invertir en el país?

Hay que cambiar en bloque el sistema legislativo. Es imprescindible garantizar la protección de la propiedad privada. El país sufre un caos regulatorio total. Y desde hace décadas. Han implementado un tipo peculiar de socialismo, pero en la práctica el país está gobernado por una empresa criminal, una plutocracia, con un grupo dirigente que se aprovecha de los recursos públicos.

El día de mañana, ¿qué podrá ofrecer el país para relanzar su economía?

Tiene enormes recursos naturales, más allá del petróleo. Y es una potencia agrícola. Siempre que se restaure el estado de derecho, claro. Venezuela tiene mucho potencial. Pero también las exrepúblicas soviéticas tienen potencial… Quiero decir que los inversores tienen dónde elegir. No sólo el país debe reconstruir sus infraestructuras, como puertos, aeropuertos y carreteras, sino reescribir el cuadro normativo y regulatorio. Piense que hay una carencia de industria manufacturera y servicios, está todo por hacer. Es una oportunidad de inversión tremenda.

«Instituciones internacionales como el FMI deberían proporcionar ayuda técnica, no financiera»

¿Hay algún modelo que seguir en el continente?

Chile, que no parece ni siquiera América Latina, donde los chicos de la Escuela de Negocios de Chicago pusieron en marcha sus planteamientos liberales. O el Brasil de Jair Bolsonaro. Si el presidente hace realidad sus planes, el país puede protagonizar el boom de la próxima década.

Ha citado dos modelos muy liberales.

Sí, claro. Habrá que ver si hay consenso político para aplicar estas políticas. Pero no nos olvidemos de lo que pasó en China. Era un país comunista y poco a poco ha ido abriéndose al mercado y ha protagonizado el mayor período de crecimiento de la historia.

¿Qué papel pueden desempeñar los venezolanos que han emigrado estos años? Algunas fuentes no oficiales hablan de casi diez millones de personas…

Los ricos se marcharon. Y su dinero, también: está en las islas Caimán, Panamá y Miami. Pero también en Europa, en París o Madrid. Hay que imaginar qué pasaría si este capital decidiera volver a casa. Sin embargo, el país todavía no es seguro. Si no hay seguridad, ya se sabe, el capital huye.