Sentido Común

Tras la excelente y práctica exposición que había ofrecido el ponente, y ante la pregunta:
-¿Qué os parece?, surge la espontaneidad sincera de un alumno contestando:
-Todo lo expuesto por usted es de sentido común-.
Claro -contesta el ponente-, el sentido común es lo que nos falta.

Intento, a través de la reflexión, obtener el mayor rendimiento posible de cualquier charla o conferencia a la que asisto. Son muchas las ocasiones en las que la intervención de un espontáneo nos hace pensar, indagar en nuestros pensamientos inamovibles, profundizar en nuestras estructuras mentales estáticas.

La respuesta del ponente fue tan acertada como la pregunta del alumno. Aplicar el sentido común a nuestros actos, a los proyectos que creamos y desarrollamos; trabajar con la lógica y el sentido que la situación requiere.

Para incrementar la motivación de todos los miembros de una empresa de una manera sostenible en el tiempo, podemos preguntar con sinceridad, interés, y deseo de ayudar: ¿qué necesitas?, ¿cómo puedo ayudarte? No sólo debe preguntar el directivo a su subordinado, también el subordinado debe interesarse y preocuparse de sus colaboradores cercanos.

Nos complicamos la vida, buscando grandes y sofisticadas técnicas y herramientas para mejorar y resolver determinadas circunstancias y situaciones. Todos sabemos que cuando hay demanda de un determinado producto o servicio, es un buen momento, lógicamente para ofrecerlo; y también sabemos que abunda mucho EXPERTO EN HUMO.

¡Qué bien huele! nos decimos –unos a otros-, ¡qué agradable olor! Olemos y rápidamente vemos imágenes bonitas, que nos ilusionan mucho; el vendedor de humo, es un gran experto en ofrecernos rosas, aunque sólo sirvan para colocarlas, por SENTIDO COMÚN, en un bonito jarrón en cualquier lugar del centro de trabajo.

¿Quién va a negar la belleza, el profundo y agradable olor de una rosa? Lo que sí debemos preguntarnos es: ¿Para qué he comprado tantos aromatizadores artificiales? Si lo que necesitamos es mejorar la motivación en la empresa, no es de sentido común, ofrecer cursos y charlas de triunfadores de salón.

Sólo con abrir la boca y expresar de manera coherente el reconocimiento a su labor profesional y ponerse a su disposición para lo que necesite en el desempeño de sus funciones laborales; mejoramos la comunicación de nuestra empresa, la motivación de todos y, sobre todo, generamos el entusiasmo y el compromiso que una simple rosa nos aporta.

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