Ser solidarios

Solidaridad (De Solidario).
Extraído del Diccionario de la Real Academia Española (R.A.E.).
1. f. Adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros.
2. f. Der. Modo de derecho u obligación in sólidum.

He escuchado decir montones de veces, que no debemos de inmiscuirnos en los problemas de los demás; e, incluso, hace unos días escuché en las noticias, que un joven había muerto por la golpiza que le propinaron unos ladrones, al despojarlo de sus bienes. Lo peor fue que lo golpearon a la vista de varias personas que observaban de cerca lo que estaba sucediendo.

¿Porqué los seres humanos hemos dejado de ser solidarios con nuestros semejantes?, ¿Será por temor a que nos lastimen o, incluso, a perder la vida en una situación parecida a la anteriormente mencionada?

Pero, si nos ponemos en el lugar del joven maltratado y asesinado, o en el de su familia, nos daremos cuenta que hubiésemos deseado que nos ayudaran, que alguien hiciera algo al respecto, que nos defendieran. Sé que algunas de las personas que observaron el suceso, se sintieron impotentes, temerosas; tal vez pensaron que lo mejor era no involucrarse, ya que corrían el riesgo de comprometer su integridad física. Pensé también que si yo hubiera estado presente, puede que tampoco lo hubiera ayudado.

¡Santo Dios!, que crueles y egoístas nos hemos vuelto debido a la violencia y al
miedo; solemos pensar en nosotros mismos y no en los demás. Tendemos a pensar: » no es asunto mío, que vea como se las arregla». Es más, ¿Le ha sucedido que cuando va a hacerle algún comentario a un amigo, sobre una situación que a él le aqueja, inicia diciendo: «Sé que a mi no me importa y no es mi problema, pero…” ¿Cómo que a mí no me importa? ¿Cómo que no es mi problema?

Si somos concientes que un familiar, un amigo, un conocido, etc., está atravesando por una situación difícil, que de alguna manera está siendo agredido o tratado injustamente, estamos en la obligación de hacerlo saber, de ayudarlo, de ser solidarios con esa persona. Una palabra, una llamada, una denuncia, puede ser de mucha ayuda , hasta salvar vidas.

Sepamos compartir con los que menos tienen, y que por circunstancias de la vida, no son tan favorecidos como nosotros. Por favor, no hagamos a un lado a esas personas que consideramos no están a nuestro nivel, ya sea económico, intelectual, social, etc.

Recordemos que si nos despojamos de los títulos, de los trajes y de todo rol, todos
somos iguales y tenemos las mismas necesidades, a escalas diferentes, pero las tenemos.

Ayudemos a cruzar la calle o a bajar del bus a ese anciano que tanto lo necesita y
que lo va a agradecer enormemente, ayudemos a realizar las labores en el hogar, sepamos escuchar y actuar ante las necesidades de los demás.

Colaboremos con nuestros compañeros de trabajo o de estudio.

Parábola del Buen Samaritano

“Se levantó un legista, y dijo para ponerle a prueba: «Maestro, ¿Qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?» Él le dijo: « ¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees?» Respondió: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo».

Le Dijo entonces: «Bien has respondido. Haz eso y vivirás». Pero él, queriendo justificarse, dijo a Jesús: «Y ¿quién es mi prójimo?» Jesús respondió: «Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de salteadores, que, después de despojarle y golpearle, se fueron dejándole medio muerto.

Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote y, al verle, dio un rodeo.
De igual modo, un levita que pasaba por aquel sitio le vio y dio un rodeo.
Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle tuvo compasión; y, acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y montándole sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él.

Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y dijo: «Cuida de él y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva.»

¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?»
Él dijo: «El que practicó la misericordia con él». Jesús le dijo: «Vete y haz tú lo mismo». (Lucas 10,25-37)

Disfrute el día.

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