Servicios públicos deficientes

Zenair Brito Caballero – Hay motivos de sobra para protestar. Comprensible es la inconformidad ciudadana por la pésima prestación de los servicios públicos en Maracay. Meses atrás, rayos y centellas caían plenos en la humanidad de la empresa responsable de mantener limpia y decorosa a la ciudad. En aquella época, las calles y avenidas parecían muladares, tanta era la basura y malos olores despedidos por doquier. Daba nauseas caminar y transitar por las calles maracayeras. Por fortuna, dicho servicio ha mejorado de manera ostensible.

Si antes las náuseas las provocaba los malos olores emanados de los basureros callejeros, albergue también de animales en descomposición, en el futuro inmediato las va a provocar el desaseo de hombres y mujeres obligados a salir a las calles sin el riguroso aseo y baño de todos los días. El servicio de acueducto (Hidrocentro) que lleva el agua hasta Maracay, porta la batuta de lo ineficiente; todos los días, de modo imprescindible, escasea y se ausenta el líquido, por largos períodos, en barrios, urbanizaciones, viviendas y establecimientos comerciales del centro de la ciudad. Ha de admitirse lo añejo del problema; en las pésimas administraciones anteriores ocurría el mismo perverso fenómeno, y no valieron protestas diarias, de las más disímiles formas, al menos para gestionar, los correctivos de rigor. El problema hoy se ha incrementado y, a juzgar por la deficiente oferta del servicio, amenaza con colapsar a la empresa y a la ciudad.

Las excusas técnicas le suelen atribuir la no acometida de las obras de corrección a la precariedad financiera, en proporción a los altos costos de las mismas y han pasado ya 9 años de gobierno revolucionario y no se hace nada. Más temprano que tarde han de acometerse, con mayor razón si persiste el visionario empeño de gratar de ver a la ciudad en Destino Turístico, y como núcleo gravitacional las ferias de Maracay en honor al santo patrono San José, excelente vitrina para despedir deslumbrados a miles y miles de visitantes.

El problema no es coyuntural en tanto se padece en buena parte del año. Durante los 5 o seis, o más meses de intenso verano, el agua de los grifos escasea en los barrios, urbanizaciones y en la zona comercial del centro de la ciudad merced a la ausencia de lluvias y a la poquedad de los ríos, incrementada la escasez por el crecimiento urbanístico y poblacional de la ciudad. Y durante los pocos meses de invierno también escasea por no poderse servir dada la turbiedad.

Bonito panorama: Con cara perdemos y con sello gana el rival. Parece no importar esa herida en el corazón de los maracayeros y maracayeras; en las puertas de las próximas vacaciones escolares, y esperándose similar flujo de visitantes para ciudad y playas, sería un desastre no satisfacer la demanda de agua. Así, año tras año, se socava la imagen de la ciudad, y debilita la apuesta Turística no sólo para las playas de Ocumare, Cata, Catica, el Playón, también de Choroní y de la turística Colonia Tovar, pues aquella es la puerta de oro de éste. Para rematar, también ha defeccionado el servicio público de energía eléctrica con el paso de la empresa a ser propiedad del Estado; en los últimos días se le ha dado por repetir a cada momento ingratas deficiencias o apagones supuestamente superadas.

La energía sube y baja de manera abrupta día a día, y se interrumpe el servicio con frecuencia, con las secuelas de daños en electrodomésticos y pérdidas considerables en la red productiva, y lo que es mucho peor que la empresa Cadafe no va a resarcir los daños a los usuarios por las reparaciones y pérdida de los artefactos, pero si corta el servicio cuando el usuario está moroso, amén que hace renacer la desesperanza de otras épocas.

¿En manos de quién estamos?

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Fuente: http://choroni.travel/es/choroni/noticias/344-servicios-publicos-deficientes