Si tú sufrieras un imprevisto, ¿te has planteado alguna vez si tu empresa te sobreviviría?

¿Cuándo es demasiado liderazgo?

(*) Rafa Galán – La nueva baja médica del consejero delegado de Apple, Steve Jobs, sus reticencias a perderse la presentación del nuevo iPad hace unas semanas y la repercusión de ambas noticias en Bolsa nos han puesto sobre la pista de un exceso de liderazgo del fundador en su empresa. Como Jobs nos queda un poco lejos, expertos y emprendedores nos cuentan cuáles son los problemas que plantea a una pyme un exceso de liderazgo del fundador y si todavía estás a tiempo de ponerle remedio.

Te suenan los nombres de Scott Farstall, Jonathan Ive, Ron Johnson, Phil Schiller o Tim Cook? ¿No? Es el equipo directivo de Steve Jobs. Para que te hagas una idea de la importancia de estos nombres, Jonathan Ive resulta que es el responsable del diseño del Macbook, el iPod, el iPhone, el iPad…. Scott Farstall es el vicepresidente de software de Apple, responsable del sistema operativo OS hasta que Jobs le puso al frente del software del iPhone. Ron Johnson es el creador de la Apple Store. Y Tim Cook lleva el día a día del negocio: es el director de Operaciones.

En una reciente reunión con inversores, Cook lanzó el siguiente mensaje: “Una compañía tan centrada en la innovación como Apple no puede depender de una única persona para tener éxito”. Seamos realistas: tú no eres Steve Jobs, pero puede darse el caso de que tu empresa también tenga una única cabeza visible.

Sin ánimo de llevar a cabo un estudio de mercado sesudo, le hemos preguntado a una veintena de emprendedores de distintos perfiles, sectores y edades si consideraban que ejercían un exceso de liderazgo en su pyme, si su empresa estaba demasiado vinculada a su imagen y si se habían planteado qué ocurriría en su empresa si tuvieran un accidente. El 100% reconoció off the record ejercer un exceso de liderazgo y tan sólo uno de estos emprendedores aseguró que se había planteado la sucesión en su negocio. Obviamente, no nos vale para generalizar, pero sí como punto de partida.

“Cuando arranca una pyme, el emprendedor hace de todo. Pero es que a medida que va creciendo el negocio, si las cosas van bien, los emprendedores tienden a asumir cada vez más funciones y a no soltar cuerda. Porque cuando no funcionan, cuando hay problemas, está claro que no tienen más remedio que pedir ayuda. En realidad el exceso de liderazgo tiene mucho que ver con morir de éxito”, plantea Pablo Maella, director de Maella & Partners.

“El exceso de liderazgo, no es negativo en sí mismo. Lo es el liderazgo personalista, es decir, aquel que luego será imposible de reproducir en caso de ausencia del líder”, asegura Josep Ginesta, director del área de Personas de la Universitat Oberta de Catalunya.

“Es una paradoja: algunas veces tus fortalezas llevadas al extremo se pueden convertir en tus debilidades. No se puede montar una pyme si no eres una persona volcada a la iniciativa, con capacidad de trabajo, perfeccionista, preocupado por los detalles. Y a una persona así le cuesta mucho más delegar: porque es perfeccionista, porque le gusta hacerlo él, porque no tiene paciencia, porque no confía. Pero si cuaja y tienes éxito, no tienes más remedio que gestionar el crecimiento”, plantea Santiago Álvarez de Mon, profesor de gestión de las organizaciones en el IESE.

“Si lo piensas, es la pescadilla que se muerde la cola: si no delegas responsabilidades y no compartes la información, el resto de la empresa no puede tener una perspectiva global del negocio; y como nadie más que tú tiene una perspectiva general de la empresa no pueden tomar buenas decisiones; y como no pueden tomar buenas decisiones porque no tienen perspectiva, entonces tú no les preguntas; y como sólo tú tienes toda esa información, las decisiones las tomas únicamente tú”, advierte Maella.
Dejemos a un lado a Steve Jobs. ¿Y si mañana tú tienes un accidente de coche, te sobreviviría tu empresa? ¿Tu equipo tiene contacto frecuente con tus clientes?

Liderazgo compartido

“Está claro que no es lo mismo estar al frente de una empresa que factura 100.000 euros que otra con una facturación de cinco millones o la que alcanza 50 millones, o más. Con la dimensión, cambia la estructura de la compañía. Y al cambiar la estructura, cambia también el rol del líder. Y ahí es donde se ve la inteligencia de ese líder”, argumenta Gabriel Masfurroll, fundador de la consultoría Wings 4 Business.

“Cuando se lanza un proyecto no tiene tanto sentido delegar como buscar un liderazgo compartido. Tú montas la pyme, vale, pero no eres –o no deberías ser– la única persona que toma las decisiones. Estas no las debe tomar uno sólo con su forma de ver una situación, sino con los puntos de vista de otros. Y aquí el concepto de comité de dirección es sanísimo, incluso para una pyme, y aunque tenga pocos empleados”, apunta Eugenio de Andrés, socio director de la consultora Tatum.

“A mí me parece que una de las claves de tu éxito como emprendedor es el equipo que montas. Tú eres la norma, no la excepción. Steve Jobs no nos puede servir como referencia porque es un caso excepcional, al margen que se haya rodeado de un buen equipo. ¿Por qué tengo socios yo? Porque me complementan. Tienen virtudes e intereses diferentes a los míos. La verdad es que nunca me he planteado la sucesión, pero sí la importancia de compartir el liderazgo cuando la empresa crece”, explica Agustín Cuenca, fundador, entre otras, de ASPgems, una pyme madrileña de 25 empleados.

Entonces, ¿qué puedes hacer? Supongamos que ejerces un exceso de liderazgo en tu negocio. Los expertos y emprendedores que hemos consultado, te proponen estas cinco medidas… si es que no las tienes ya en marcha:

1. Pon en marcha un consejo de administración… o sucedáneo. “Nosotros convocamos una reunión de socios todos los meses, que es casi como un consejo de administración. Ojo, no lo es formalmente, pero así tengo la obligación de preparar la misma documentación que tendría que presentar ante un consejo, pero sin tener un inversor externo”, recomienda Cuenca.

2. Monta un comité de dirección… o sucedáneo. “Es una fórmula para no tomar las decisiones solo. Todos los meses se analiza la compañía: lo que se está vendiendo, lo que se está ingresando, lo que se está haciendo para vender más, los proyectos en cartera y las decisiones que se han tomado… Y se da voz para que la gente opine. Luego tú tomas la decisión”, sugiere Eugenio de Andrés.

3. Establece indicadores: “Se trata de medir a los demás, pero también de medirte. En definitiva, de crear indicadores para poder medir a tu equipo directivo y para que tu equipo directivo, a su vez, pueda hacer lo mismo respecto a la gente que tienen por debajo”, plantea Blanco.

4. Convierte a tus mejores empleados en socios del negocio. “Tiene que haber muchos éxitos antes de hacer socio a un empleado. Si un trabajador funciona bien un año, dale un bonus. Si eso se repite otro año, dale otro bonus. Y si se repite un tercero, al cuarto, le haces socio”, apunta Carlos Delgado, director de Compensa Capital Humano. Jobs, cuando regresó de su destierro a Apple, se cargó los bonus económicos y los sustituyó por acciones de la compañía (le ha funcionado, aunque le ha traído alguna complicación con Hacienda).

5. Distribuye responsabilidades. “Tenemos el trabajo distribuido por fases. A pesar de ser muy pequeños, estamos organizados: yo vendo los proyectos y meto a la empresa en líos; una de las socias se encarga de gestionarlo y ejecutarlo, y el director técnico de la empresa es el que se encarga de supervisar la calidad técnica de lo que hacemos. Hay muchísimas partes del proceso en el que las decisiones no son mías. Quiero decir que la decisión de quién trabaja en qué proyecto, no es mío. O la decisión de qué tecnología es la mejor para un proyecto, no es mía. Sí decido todo lo que tenga que ver con el tema comercial, las contrataciones”, apunta Cuenca.

(*) Redactor en Emprendedores

Fuente: http://www.emprendedores.es/empresa/estrategia/exceso_de_liderazgo